Y no sabe sino volverlo más extraño. Después de quedarse analizando una supuesta verdad general, la conclusión fue que no seria bueno. Yo lo sé. Pero claro, si luego dice con tanta alegría que le agrada la idea de poder seguir viéndonos, uno se enreda.
Yo no quiero enredos. En ese juego pierdo yo.
En casi todos pierdo yo. Cosas que no quiero sacrificar.
La falta de etiqueta, eso me gusta. Eso me perturba. Es más fácil si simplemente dices no y ya.
Pero vamos, ¿quién se puede resistir a un David de Miguel Ángel?
Nosotras.
¿Que no sabe hacer algo más que jugar a dos bandas?
Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
18 sept 2013
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