Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

12 dic 2011

Me gusto así!

Aclaremos algo.
No se trata de que esté loca, no se trata de que oiga voces, ¿Que escritor no está un poco loco?
¿QUIEN EN ESTE MUNDO NO ESTÁ UN POCO LOCO?
Pero todo se resume a esto: SOMOS O NO SOMOS FELICES.
Punto. Eso es todo.
Un amigo de verdad te va a aceptar y a querer estes loco o no, seas deportista o musico, escritor o pintor, cantante o poeta. Un amigo te da la mano y ya.
No me importa si crees que tengo problemas mentales, no me importa si crees que soy la persona más grosera del mundo, no me importa si no sabes interpretar lo que digo. Sé quien soy y qué no soy. No fue ser grsera, fue tratar de hacerte entender que no me drogo, que no soy parte de tus prejuicios, que no lo sabes todo de mi solo por unas frases.
Nevermind. Solo necesitaba sacar un poco de la ira que tengo.
Pero si, SI ESTOY LOCA, SI OIGO VOCES, SI SOY FELIZ! Y ME GUSTA ASI!
¡Nunca te pedí que aparecieras!
Nunca desee conocerte, ni verte, yo no pedí esta condena de quererte.
¡Yo no te extrañaba!
Miento, si te extrañaba,
no te conocía pero sabía que te necesitaba,
nunca había oído tu voz,
aun así sabía de que me hablabas.
Hablabas de esa vieja promesa oxidada que dejé olvidada
en el buró de un hotel barato hace mucho tiempo,
te referías a ese sueño que intente ahogar en gotas de alcohol y en litros de agua salada
que derrame como si no hubiera un mañana,
me recordabas esa necesidad que ignoré conscientemente, temerosa del precio a pagar.
Sin embargo yo no te llame,
yo no te busqué,
yo no te invoqué.
A pesar de todo no fui yo quien inicio esta batalla,
no fui yo quien empezo la guerra,
estaba cansada de las batallas,
¿crees que buscaria otra guerra?
Simplemente aparecí en el lugar equivocado y en el momento equivocado,
¿o eran acaso el lugar y momento correctos?
¡ Mírame!
Ni siquiera sé, corazón, dónde estoy,
no se, vida mía, qué sentir,
qué hacer,
no sé qué pedirle a esta sofocada mente,
no sé siquiera si esto parezca un pensamiento coherente.
¡ Mírate!
Eres igual de deseable,
igual de valioso,
igual de estable.
Eso es algo con lo que yo no cuento,
no hay estabilidad, no hay normalidad,
creo que ni siquiera hay cordura dentro de esta cáscara sin mas.
Lo siento, cariño, no sé cómo ser directa.
Supongo que al final eso es algo que en mi cuenta,
tan normal como que respiro,
tan común como que parpadeo,
tan exasperante como fuertes son nuestros te quiero.
Pero yo no te buscaba,
yo no sabía que te necesitaba
y ahora que lo sé,
no sé cómo cambiar la página.

9 dic 2011

Por una mejor ortografía


Esta imagen la encontré en el blog de Dulce Cautiva y me encantó la idea. A pesar de que los medios de comunicación masifiquen y cambien todo, no por eso debemos olvidarnos de lo importante de escribir bien. Personalmente me enfurecen y avergüenzan los enormes y aterradores errores ortográficos que comete gente de mi generación. Por esto me uno a la campaña.

8 dic 2011

Algo en lo que estoy trabajando III



III

Los zapatos resonaban a través del embaldosado del pasillo mientras él se acercaba al aparcadero. Iba bastante temprano pero quería darle una sorpresa: era su aniversario y sabía lo mucho que ella odiaba no verlo en casa.
El parqueadero estaba vacío, aun faltaban más de dos horas para la salida general y no había ni un alma en los alrededores. “Perfecto”, pensó, lo último que necesitaba era algún compañero celoso que convirtiera en problema su salida ese día. Apagó la alarma y subió al auto. Debía pasar por una floristería, ella amaba las flores, las rosas rojas eran sus favoritas y él era consciente de no haberle dado flores desde que se casaran.

La autopista estaba igual de desierta que el parqueadero de la empresa, tomó aquello como una buena señal y aumento la velocidad. Extrañaba a su mujer, la quería, de eso no cabía duda, pero había sido tan descuidado y la había dejado tan sola en esos meses que quería reparar un poco del daño. No había vuelto a tener una aventura desde que su esposa abortara, por accidente, claro, sin embargo, la culpa lo carcomía. Había sido un simple affaire, una secretaria de la oficina, muy voluptuosa y dispuesta, a quien no le había importado que él estuviera casado. Nadie lo había sabido y el planeaba seguir con ella e incluso dejar a su mujer; ahora decía que había sido un capricho, una crisis por verse perdiendo la juventud, ya que amaba a su esposa y nunca antes había pensado en dejarla pero una parte de su mente se preguntaba si quizá no estaba empezando a aburrirse de la monótona y aburrida vida que llevaban. 



Se estremeció al recordar cómo había sido esa tarde. Regresaba a su casa después de un encuentro clandestino con su amante cuando encontró a su mujer desfallecida en el suelo y un charco de sangre a sus pies. La llevó de prisa al hospital y allí le informaron que a pesar de los esfuerzos, ella había sufrido un aborto; él ni siquiera sabía que estuviera embarazada. Al parecer había caído de la escalera y el golpe había sido demasiado para el feto que no tenía más que unos dos meses. Se maldecía a sí mismo por no haberlo notado, era obvio que su abdomen estaba un poco abultado pero hacía mucho que no compartían el lecho y él no había puesto atención. Al volver en sí ella le confesó que no se lo había contado porque esperaba a estar un poco más segura, por si era una falsa alarma: Ellos llevaban varios años tratando de tener hijos sin éxito.
A partir de ese día había dejado a su amante y se había enfocado en trabajar. Ahora reconocía que antes que el empleo debió haberse enfocado en ella. Ella que siempre había estado allí para él incluso cuando no hallaba qué hacer, ella que era su confidente y consejera, ella que lo cuidaba y lo apoyaba, ella que había soportado tantos años de privaciones y de su mal carácter solo porque lo amaba, ella a quien hacía mucho él no veía sonreír.



7 dic 2011

Tienes que gritarme, tienes que presionarme,
tienes que deslizar el cuchillo sobre mi cuello para que la sangre fluya y burbujee,
tienes que domarme, buscar como aprisionarme,
tienes que empujarme al barranco para que mis alas se desplieguen.
Me pides que escriba, me pides que sueñe,
me pides que marche porque tu lo quieres,
me pides que sea yo para poder ser tu,
 me pides que te ame para recibir tu amor.
Olvidas que la sangre me llama, que el fuego me encanta,
olvidas que el salvajismo puro que perdiste un día
es el motor que me lanza a las garras de la vida.
Olvidas que no soy tu,
que soy pasión y no pensamiento,
que soy un sueño y no un plan concreto.

5 dic 2011

Lágrimas..


Pequeñas y gigantes,
reales o de cocodrilo,
importantes e insignificantes,
dolorosas y divertidas,
asfixiantes o para respirar más tranquila,
liberadoras o aprisionantes,
eternas y efímeras,
dulces o amargas,
sin motivo y con todas las razones del mundo,
sentimentales o frías,
de ira o frustración,
de dolor o alegria,
de sufrimiento o de regocijo,
por tu vida o por la ajena,
por nosotros o por ellos,
por que si y porque no.
No importa el tipo, ni la emoción, 
todas y cada una de mis lágrimas las quiero vivir con vos.

La bailarina vecina


Casi podía sentirla, casi podía verla. Soñaba con ella cada mañana, cada momento, y su cuerpo reaccionaba cada vez que la música empezaba a sonar en el piso superior. Ella estaba ensayando. Ella estaba de nuevo en puntillas, atravesando la habitación como si flotara, como si nadara, como si de un campo de flores se tratase.
Ella vivía en el sexto piso, él, en el quinto y tirado en el piso mientras observaba el cielo raso, soñaba con el camino que ella recorría mientras danzaba y se revolvía. Suplicaba por los días en que ella se olvidaba de cerrar la cortina, eran días gloriosos y no perdía instante alguno en verla. No sabía de su existencia, no sabia de su eterna espera por un empujón del destino que le permitiera conocerla, acercarse a ella.
Casi la veía, casi la sentía, casi la conocía.
Era ella, recorriendo el techo en puntillas y haciéndole cosquillas de esquina en esquina. Sabría algo de él la inquilina? De cómo la esperaba todos los días a las afueras y surfeaba el camino dejado por su espalda rumbo al teatro.
Al día siguiente sería, fielmente cumplida, la misma odisea.


Basado en: "La bailarina vecina" - Ricardo Arjona.

La diferencia entre tu y yo.

La diferencia entre tu y yo?
Tu vives de la necesidad, yo vivo de la pasión.
Tu sientes por obligación, yo siento por deseo.
Tu sueñas con quedarte, yo me muero por marcharme.
Tu vives en una burbuja, yo vivo a la intemperie.
Tu juegas con la vida, yo vivo jugando.
Tu estas atado a un recuerdo muerto, yo mate las ataduras que me condenaron al recuerdo.
Tu eres todo lo que puedes ser, yo soy aquello que puedo, aquello que no puedo y aquello que es imposible
La diferencia entre tu y yo?
Tu eres un deseo ajeno, yo soy un anhelo propio que simplemente sueño con remontar el vuelo.

4 dic 2011


Despertar por las mañanas nunca había sido un problema, nunca había supuesto tanto sacrificio. Le gustaban las mañanas, eran frescas y podías observar el cielo despejado y en calma. Las aves cantaban desde algún lugar fuera de la ventana y se respiraba un aroma a sol y agua. Pero claro, todo esto lo sabía porque en algún rincón de su mente había una vocecita contándole todo lo que se estaba perdiendo, todo lo que estaba ocurriendo afuera, detrás de la ventana, detrás del cristal, lejos de donde ella se encontraba o, al menos, lejos de su alcance. Todo eso que una vez experimentara y que tanto le atrajera, era ahora un sueño vacío al cual no podía regresar. Aquella realidad que se extendía más allá de los muros en los cuales estaba era algo a lo que no podría acceder nunca más. Había renunciado a ella por un minuto más en su compañía, por una eternidad en su compañía, por una vida a su lado y ahora tenía que pagar el precio. Oscuridad eterna, lo había escogido, casi que había rogado por ello, había tomado su decisión, de no haberlo hecho lo habría perdido, había escogido ganarlo y conservarlo. A veces se preguntaba si valía la pena, si no se habría equivocado; en momentos como esos se sentía desfallecer, pero entonces llegaba la noche y con ella su presencia, su visita, el escape a toda esa pasión que la consumía. No, no sentía que fuera un error. Para estar con él debía renunciar al sol y valía la pena, era su verdugo, su domador y su salvación.

Algo en lo que estoy trabajando II

Al observar a través del cristal transparente como se movía tan suavemente su alrededor, deslizándose como en una esponjosa nube, como la vida seguía un curso no menos que perfecto, donde todo era tan rosa, tan dulce, ¡tan malditamente perfecto!, su mente gritaba, su interior, esa zona que no conocía pero a la cual no podía evitar escuchar, gritaba desesperadamente ante la quietud y la calma de aquel lugar. Había algo antinatural en todo aquello, algo que no encajaba, la vida no era tan dulce, nada era tan sencillo y simple como parecía en ese lugar. Sin embargo mantenía en silencio sus inquietudes y sonreía cada vez que él le preguntaba cómo se sentía allí, incluso cuando quisiera gritar y volver a su viejo piso bohemio en el centro de la ciudad. La razón de que se mudaran a ese sitio era comenzar de nuevo, olvidar los viejos errores e intentar reconstruir lo que habían destruido, por ningún motivo podía ella pedirle que se marcharan. Todo estaba pago, todo estaba trasladado, todo era condenadamente perfecto. No tenía razones validas ni argumentos sólidos con los que pedirle que se marcharan y si le explicaba que era todo un tonto presentimiento él podría creer que extrañaba sus viejas andanzas. No, no podía permitírselo, no podía decírselo.

Simuló una sonrisa mientras los brazos de su compañero rodeaban su cintura, era lo menos que podía hacer. Estaba dispuesta a todo para que las cosas funcionaran de nuevo y eso incluía soportar la locura progresiva que le imponía ese lugar,  quizá no locura, se trataba más de un letargo y un sopor que la sumían poco a poco en la perfecta nada donde vivía la gente de ese sitio.

3 dic 2011


"Puedes tomar todo lo que tengo, puedes romperme en mil pedazos igual que todas esas cartas y mensajes. Puedes incluso fingir que nunca sucumbiste a ese momento. Puedes convertirte en ese condenado mentiroso y aun así no olvidaras, aun así mantendrás tan presente el sentimiento que querrás quebrarte cada vez que recuerdes que lo tuviste todo y lo perdiste indefinidamente."

‎"Cuando no estás, cuando sé que no estarás, cuando me doy cuenta de la magnitud de esta necesidad que has creado, entonces sé que estoy perdida. Porque la única solución es tenerte a mi lado y esa es la única cosa que tengo prohibida." 

Belle.

"Podrías dejar de caotizar mi mente, lo sabes, y sin embargo prefieres hacer de mi un completo desastre antes que admitir que me necesitas más de lo que jamás pensaste." 

Belle.

2 dic 2011

Algo en lo que estoy trabajando I


“No llores”, pensó su adolorida mente al ver las gotas de sal caer por las nacaradas mejillas de aquella que, momentos antes, fuera su tan apasionada amante.
Nunca había soportado las lágrimas, incluso antes de conocerla, pero ahora mucho menos. Era tan difícil ver al objeto de su pasión y adoración llorar que, simplemente, no podía mirarla. El rostro tierno y dulce que había observado tan devotamente, mientras remontaba a su dueña a océanos de éxtasis inimaginables, estaba surcado por expresiones que él no sabía cómo manejar. Era tan difícil hallar la dirección correcta en medio de todo ese caudal de agua salada que surgía directamente del corazón, que prefería alejarse, sin embargo, algo dentro de él le decía que, si se alejaba, la perdería sin posibilidad de recuperarla.

El vecindario se veía en silencio a través de la ventana. Parecía que todos disfrutaban de la dulce quietud esa mañana, de la suave brisa que corría entre los árboles y hacía cantar a las más pequeñas y tiernas avecillas.  El motivo de que escogiera aquel lugar era precisamente ese, la quietud que podía sentirse, la calma, la tranquilidad.  Esa tranquilidad que al parecer sus vecinos disfrutaban tanto, pero que a ellos no llegaba.

Ellos V



"En el mismo momento en que aparecieron se conmocionó al mundo, fue tanto el caos causado por sus dulces y nacaradas pieles que la fuerza publica no bastaba para contener a las masas. Había quienes los creían monstruos, había quienes los contaban como dioses, había otros, más osados si se quiere, que los consideraban el destino para el cual habían sido creados los humanos. Ser alimento, ser ordeñados. No parecía una idea tan atractiva. No a menos que se considerará el premio que era otorgado a cambio de ser una victima sin voluntad. Quizá si el libido humano no fuera tan insaciable, si la necesidad de los cuerpos hubiera sido más controlable, entonces quizá habríamos sobrevivido un poco más en libertad, lastimosamente deseaban demasiado el morboso e impúdico placer que era tan fácilmente obtenido con ELLOS."