Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

31 oct 2012

Perforaciones

Me causaba curiosidad. Me causaba una increíble curiosidad.

Era tarde, bastante tarde por la noche y yo no tenía por qué estar donde estaba. Mas ahí estaba. Sentada en el taburete de aquel viejo bar escuchando canciones de una época en la que mi nacimiento ni siquiera había sido planeado. Y sin embargo, sin embargo, no sentía que estuviera mal, no sentía que estuviera fuera de lugar. Ese viejo bar tenía un gran poder de atracción sobre mi, un magnetismo que me había estado persiguiendo las últimas semanas.

Había descubierto el sitio por casualidad un par de noches antes, mientras deambulaba por la oscura ciudad nocturna buscando donde calmar la extraña sensación que me corroía.  Sensación de necesidad, de que algo faltaba, de que mi puzzle personal no estaba completo aún. Por mera casualidad me encontré a mi misma en una calle desolada donde un letrero anunciaba la entrada de un bar. Yo, curiosa por naturaleza, decidí que no perdería mucho si entraba a ver, ya de paso bien podía tomarme una copa o dos.

El sitio era lo que prometía, un lugar oscuro y viejo con una banda sonora que, aunque conocía, pertenecía a una época muy anterior a mi. No pensé mucho y me dirigí a la barra, el barman estaba de espaldas a la gente, limpiando lo que parecía un espejo. No parecía ser muy mayor, quizá tendría unos cuantos años más que yo, y su cuerpo mostraba claras señales de trabajo físico. Unos músculos bien marcados y una contextura que descartaba cualquier posibilidad de tomarlo por un blandengue. A través de la superficie reflectante pude ver su rostro, era, como yo pensaba, joven, aunque una leve barba de un par de días cubría su rostro. Tenía el cabello largo y recogido en una coleta sobre la nuca, sin embargo era diferente, no era como los muchos chicos que lo hacían porque pensaban que era sexy, esto era más como un acto de pragmatismo y funcionalidad.

Le había hecho una seña al joven barman para que me pusiera algo de atención, para ver su rostro.  No recuerdo qué pedí, si es que pedí algo, porque en el momento en que empecé a llamarle vi en el espejo algo que me distrajo. El hombre, en un gesto que creo era de concentración absoluta, había sacado la lengua y la movía sobre su labio superior. No, no se trataba de que tuviera una linda lengua, aunque quizá la tenía, era todo a causa de la perforación que tenía en ella. Siempre he sido un poco victima de mis caprichos, y ese era uno de los mayores, lo es aún, por lo que cuando vi ese detalle en su lengua, automáticamente caí presa de uno.

Yo había ido a tomar algo, ¿cierto? Pero mi mente se había perdido por completo del mundo. Entablé una pequeña conversación con el hombre. Cosas triviales, si, pero que me permitían observar más de esa perla que brillaba sobre su lengua. Continué yendo al bar las noches siguientes, sin que importara si eran días laborales o no, podía permitirme ese lujo. Continuaba hablando con el barman, haciendo que su lengua se moviera dentro de su boca, observando sus blancos y relucientes dientes y sus carnosos labios. Esa manía mía de no poder apartar la vista de aquello que me gusta, hacía que también reparase en sus labios, dientes, rostro y en todo lo relacionado a ese punto donde mi atención estaba fijada.

Me causaba mucha curiosidad. Demasiada curiosidad.

No me sentía fuera de mi elemento en aquel bar, ya no, lo había convertido en mi lugar. Lo único que me hacía tambalear seguía siendo ese chico, ese chico y aquella joya en su boca. Miles de preguntas e ideas rondaban mi mente cada vez que le veía hablar. La principal duda que me recorría era el saber cómo se sentiría ser besada así. No podía preguntarle directamente a él, claro, eso significaría admitir mi interés y podría ser interpretado como una invitación. Cosa que, aunque no sería desagradable, de hecho sonaba incluso tentador, podría haberme hecho quedar como una cazadora y, si bien no era presa, tampoco era que estuviese de cacería.

Al parecer mi escrutinio de esa noche no era muy discreto, más de una vez le descubrí observándome con expresión divertida a la vez que me sacaba la lengua. El muy imbécil, se había dado cuenta. Me sentí extraña, no intimidada ni nerviosa pero si extraña. No había considerado, a pesar de mis múltiples fantasías con él y su lengua, el hecho de que quizá pudiese notar mi escrutinio. Estuve un rato debatiendo entre irme o quedarme ahí sentada, al final ganó mi debilidad y decidí ponerme en pie, resuelta a no volver a aquel sitio en un tiempo. Iba a tener que dejarme de fantasías raras con ese chico y su lengua perforada, que me empezaba a jugar la cordura en el proceso.

La calle, como solía estarlo todas las noches, estaba desolada y oscura. Las luces de las farolas eran tenues y no ayudaban a despejar mi cabeza. Me sentía como si en cualquier momento alguien pudiera aparecer a mi espalda y susurrarme cosas al oído. Presentimiento que demostró ser cierto. No me había alejado ni un metro de la puerta del bar cuando una mano se aferro a mi cintura y el golpe cálido del aliento agitado del objeto de mis fantasías golpeó mi nuca. No dijo nada y yo, definitivamente, no podía hablar. Se limitó a apretar aún más el brazo con el que rodeaba mi cintura mientras su otra mano apartaba el cabello de mi cuello y dejaba un trozo de piel libre para sentir su aliento.

- No habrás pensado -dijo una suave y ronca voz- irte sin decirme adiós, espero.

¿Qué es lo que se supone que le dices al objeto de tus fantasías cuando lo tienes a tu lado?

- Esto... yo...

No terminé la frase, ni siquiera terminé de articular la idea en mi mente. Con un movimiento que fue a la vez lento y veloz, me giró hacía él y acercó su rostro al mio. Su aliento ahora rozaba mis labios y me hacía sentir que respiraba una droga.

- Quiero saber -dijo en un susurro encendido, mientras una de sus manos, ahora en mi espalda, apretaba la parte baja de mi cintura y su otra mano acariciaba mi mejilla- si tienes el mismo sabor que aparentas tener.

- ¿Disculpa? -tonta, eso era lo que yo quería y ahí estaba poniendo trabas.

- Te he observado desde la primera vez que viniste y no pienso dejarte ir hoy sin averiguar qué sabor tienen tus besos.

Si alguna vez has sentido que tu corazón saldrá volando de tu pecho si no ralentiza sus latidos, sabes como me sentí.

- Y de paso -continuó él mientras sonreía-, cumplamos esa fantasía que tienes con mi lengua, ¿vale?

Y no sé cómo lo supo o cómo sobreviví a esa noche o qué pasó después de eso. No sé nada de mi vida anterior ni de lo que sea que haya hecho con ella. Lo único que sé, y de lo que tengo certeza, es que después de probar el sabor de esa pequeña fantasía, y lo que siguió, no me resigno a soltar mi presa cada vez que, entre juegos, logro morder un poco de esa coraza que le protege o cada que, con satisfacción, puedo ver cumplido ese capricho una y otra vez.

30 oct 2012

Me preocupo, pero no me preocupo.

Resulta que, además de enternecida, me preocupo cada día más. Belle sabe perfectamente por qué.
Es decir, me encanta, me gusta muchisimo eso de que me abracen o me den esos besos que te da en la mejilla o el cabello la gente que te quiere o que me hagan reír o que simplemente se queden hablando conmigo, eso me encanta. Mucho más de lo que con palabras se puede decir. Mucho más si es de una persona en especifico que estamos hablando.
Pero me preocupa, gente, me preocupa bastante.
Me preocupa porque soy yo, porque soy una persona demasiado emocional, demasiado sensible, a veces hasta demasiado tonta. Me preocupa porque suelo pensar que si yo lo siento, entonces la otra persona también ha de sentirlo. Me preocupa porque creo firmemente en que todos tienen un lado bueno hasta que me demuestren lo contrario, e incluso entonces les concedo el beneficio de la duda. Me preocupa porque no creo que pueda aguantar otra cicatriz sin dejar de ser yo en gran medida. Me preocupa porque me involucro a un nivel que no debería y con una velocidad que definitivamente necesita ser moderada.
Me preocupa, en definitiva, porque la forma en que todo empezó es eso que nunca me había pasado y que involucra clics y cosas desconocidas para mi, entiéndase en este caso, un clic por un yo-no-se-que que me causa muchas cosas.
Y todo resume en que no sé qué pasa que me derrito, que me preocupo, y que quiero seguir preocupándome porque, por ahora, se siente bien, se siente lindo, se siente como que no es unilateral. Y eso es todo lo que pido.

24 oct 2012

Probando, uno, dos, tres. 
Me gusta la nueva imagen, creo. 
Me hacía falta cambiar un poco, esto es parte de mi mega proyecto que avanza a paso tortuga.

Ella/yo y sus/mis ideas.

Belle tuvo una idea (y a veces me odio por esto) y resulta que se le ocurrió que no es posible que alguien nos aplique un adjetivo que no poseemos. No pueden decir que somos algo que realmente no somos.

Y entonces pienso que quizá por eso no lo dice, porque no puede aplicarme esa palabra a mi. Y entonces el mundo es un poco más gris, porque soy superficial y porque quisiera que me viera así.

Y entonces me doy cuenta, la idea no fue de ella, fue mía  son mías y se las atribuyo a ella porque no deseo considerarlo como auto sabotaje, porque no quiero reconocer -no queremos reconocer- que nos falta esa vena de cooperación con nosotras mismas.

Y bueno, eso pasa por ver tan fijamente el paisaje desde la ventana de un bus. O por pensar tanto en algo. O por desear tanto algo. O por no saber controlar mis sentimientos. O por darme cuenta de que voy perdiendo el juego. O por saber que no tengo escapatoria. O por recordar que mi cárcel si es una cárcel.

Y pasa, pasa muy a menudo, que pensar cosas así nos da bajones. Sabemos que soy .. digamos que simpática, depende de quién mire, no tengo un rostro deforme ni marcado y tengo una sonrisa relativamente cordial, según creo. Pero quizá, quizá todo eso no basta para ese adjetivo que quiero, o quizá según los cánones bajo los que deseo ser considerada así, no cumplo las expectativas.

¿Saben qué? Yo me voy. Iré a buscar algo que no me deprima y trataré de no pensar en esto.

Belle/yo fuera.

Herir susceptibilidades no es el plan.

Yo no quiero hacer sentir mal a nadie, no quiero confundir ni hacer sentir incomodo a nadie. 

Si, la mayoría de las veces no sé por qué digo lo que digo. Oh, espera, si, si lo sé. Suelo decirlo porque lo siento, porque al menos siento una parte de lo que digo y, para poder sacarme el veneno, tengo que amplificarlo y magnificarlo cosa que no quede ninguna astilla rezumando de podredumbre. 

Y ahora no soy capaz de creerlo si lo escucho, porque ya dije que quería escucharlo. Y todo, todo, todo lo que diga, haga, sienta o deje de sentir y/o hacer en mi presencia quiero que sea pura y sencillamente porque así lo desea, porque así le nace, porque eso quiere, no porque sepa que es lo que yo deseo. 

Quizá por eso no digo mucho, para no influir, porque realmente me cautiva cuando es así, tan natural y espontaneo como él mismo.

Y creo que esa persona tenía razón, por mucho que no desee admitirlo, creo que posiblemente estaba en lo correcto. Pero eso si es algo que no diré, ni hoy, ni mañana ni en un futuro próximo. Porque le tengo miedo, porque me aterra y porque tengo demasiadas preguntas aún sin respuestas. 

Cambio y fuera, ahora vamonos a observar la conducta humana.

(Tengo que decirlo: Elefantito mío, necesito terapia (al más puro estilo tu y yo juntas un rato) y pronto)

23 oct 2012

No pasa nada, solo necesitamos sacar el veneno antes de que corrompa lo poco bueno que queda acá adentro.



No pasa nada. Está todo bien.


No pasa nada. Todo tranquilo.


Pasa, pasa mucho. Pero también pasa que no importa, porque una sonrisa borra todo y lo hace nada. 


Pasa que caemos, incontrolablemente, irremediablemente. Y morimos de miedo.

Conversaciones Interesantes XXXIX

- Pero si eres linda ¿qué más quieres?

+ ¿Dices linda? Linda... linda .... 
 
- No te entiendo, de veras que no.

+ Pues es simple, aunque al parecer eres tonto y no lo ves.

- ¡Entonces iluminame!

+ Yo no quiero ser bonita. No quiero ser linda. Odio que me llames así.

- Pero pensé que te halagaría. ¿Qué quieres entonces, mujer?

+ Idiota. Yo no quiero que me llames bonita o linda. ¿Es que es tan difícil que puedas considerarme hermosa, preciosa, atractiva, sexy o alguna de esas cosas que se le dicen a las mujeres?

- Ah, ya veo. ¿Y entonces eso de linda y bonita a quien se le dice?

+ Eso, eso se lo dices a tu hermana, a tu sobrina, a la hermana de un amigo o a alguna amiga. Eso no se lo dices a alguien que te atrae, por el simple motivo de que te atrae.

- ¿Qué tiene que ver la atracción?

+ Sigues siendo un niño ¿no? Es que, cuando de veras, de veras, te atrae alguien, esas palabras son demasiado pequeñas.

- Tu eres pequeña.

+ Pero daría cualquier cosa por ser grande a tus ojos. Eso es todo.

¿Bonita?

Veamos, veamos.

Escucha, escucha.

Siente, siente.

No sé cómo decirlo, no sé qué decir.

Sé que quiero decir algo, tu sabes que quiero decir algo.

Principalmente, quiero preguntarme por el por qué de las cosas. Me refiero a que me gustaría preguntarle, a Dios o a quien sea que haya creado el universo, por qué hizo de los seres humanos algo tan complejamente complejo. Sé que es una redundancia decirlo, pero así es. Somos unos seres tan complejos como extraños. Miremos por ejemplo esa necesidad patológica que tenemos de escuchar a alguien que nos importa decir que nos vemos bien o que somos atractivos (hablo de hombres y mujeres por igual), y ¿por qué? Simple, porque, como leí por ahí hace poco, nos arreglamos para alguien. Generalmente nos arreglamos para X o Y persona en especifico, o para nosotros mismos, o para el colectivo social en general, pero siempre para alguien. Y duele, o causa desasosiego (me gusta esa palabra: Desasosiego. De-Sa-So-Sie-go. Se desliza por toda la boca, toca los dientes, el paladar, la lengua se mueve), ver que esa persona no lo nota, o no lo piensa. Si, si y si. Es una extraña sensación eso de esperar que esa persona tan especial diga algo, manifieste el más leve signo de reconocimiento por nuestro esfuerzo, y hallar que no, no lo nota, no lo dice, al parecer ni siquiera importa. Y me siento superficial pensando así, sumamente superficial, pero es que, lamento tener que decir esto, enormemente, también somos seres superficiales. Oh, si. Somos enormemente superficiales y plásticos, por mucho que deseemos negarlo. Somos un cúmulo de criaturas completamente necesitadas unas de otras y sin otra salida más que nosotros mismos. Y por eso me pierdo en un lago dorado, ah no, eso no va aquí. Pero si, por eso nos morimos cuando esas palabras se quedan en una respuesta simple y sosa, por el asombro y el desasosiego (otra vez esa palabra) que nos causa ver que aquella persona para la que quisimos arreglarnos, que esa persona cuya opinión nos importa tanto, parece no notar nada.

Bueno ya, esta bien. No puedo soportar los gritos de Belle en mi cabeza, así que seré directa.

Entendelo de una vez, yo, por muy 'yo' que pueda ser, también soy mujer. Eso significa que también me gusta que me hagan sentir atractiva. Si, si, estoy en contra del exhibicionismo y de venderme como una pieza de carne en un matadero, pero esto no se refiere a ello; esto se refiere al hecho de encontrar atractiva a la persona que te gusta. Y, bueno, sinceramente, y me cuestan un poco estos arranques de sinceridad, a mi si me gustaría saber que me encuentra atractiva. ¿Por qué? Oh, pues porque para mi, en estos momentos, no hay nadie que me parezca tan guapo y tan ... ¿puedo decir delicioso? ... y tan sexy como él cuando lo tengo cerca. Entonces, teniendo en cuenta que estoy como que perdida total en estos momentos, si, definitivamente necesito algo que me haga sentir que no es unilateral.

No es la gran cosa, creo, no es como decir que quiero que llegue en un caballo blanco (una limusina también vale, al estilo Richard Gere en Pretty Woman) o que quiero que aparezca con un ramo de rosas rojas y me recite poesía a la luz de la luna, eso no es lo que pido (me gustaría, pero soy mucho más realista), lo único que pido es que me haga sentir que le importa, que le gusto así, con rizos rebeldes y locos, con una risa estruendosa y que ni siquiera a mi me gusta, con una cantidad enorme de deseos y palabras y opiniones para todo, con una ternura que se desborda y que a duras penas contengo, con un alma enorme que vive deseando tener un par de alas, con unas ideas tan locas e imposibles como yo misma pero que a la vez son la misma esencia de mi alma. Quiero saber que así, así como soy, basta. Que esto es suficiente.
Porque, cariño, empiezo a caer, o ya caí. Y cada vez es más profundo, cada vez es peor, cada vez es más aterrador. Y todo, todo, todo, empezó como algo tan casual y fuera de lo común que es exactamente lo que me preocupa. Si todo empezó desde esta dirección, también puede ser que sea algo más real y profundo que todo lo anteriormente visto en este universo.

Y, si es lo que creo y temo, lo último que quiero es ser la única que mire la luna mientras piensa en si habrá alguien observándola en alguna otra ventana.

Y si es esto lo que tanto temo, y espero y deseo que lo sea y que no, entonces no hay mucho que pueda hacer al respecto. Únicamente sentarme a desear que puedas verme del modo en que yo misma no puedo. Y que ese decir que soy grande y genial, no sea también decir que soy perfecta para el papel de extraño ser que admiras. No quiero admiración si no va acompañada de esa otra cosa. De ese tabú.

Y nosotras, somos tan sencillamente nosotras que, a pesar de todo lo que puedan decir, no logramos reunir valor, coraje o amor por el riesgo como para arriesgarnos a decir todo esto a voz en cuello. Esto equivale a admitir uno de nuestros mayores complejos/temores/pesadillas, y, por muy yo que pueda ser, también necesito ayuda de vez en cuando.

Oh, oh, oh. Todo va de una sola cosa. Yo, y por 'yo' me refiero a todas las que vivimos dentro de este cuerpo, queremos saber si nos considera, no lindas pero atractivas o sexys o hermosas o alguna de esas cosas que les suelen decir a las mujeres porque, seamos honestos, eso de 'linda y bonita' se lo dices a las primas pequeñas, a las hermanas de tus amigos, a tus amigas y a esas chicas a las que si bien te parecen lindas, no tienes como posible foco de atracción.

Nos extendemos. Hora de largarse a dibujar.

Good night, everyone. And have sweet dreams, my love.

21 oct 2012

Si, yo prometí ser fuerte, no volver a caer, no volver a rozar los límites de mi cordura.
Pero, Belle, si tu no sientes esto que yo, entonces me mientes. Porque, muy bien sé que tu también pierdes el aliento. Que tu también deseas que pase. Que tu también te desvelas por una sola palabra.
Tu también te quemas en el fuego, tu también ardes lentamente, tu también deseas.
Y eso es todo, ambas deseamos tanto esto y con tanta fuerza que seguro no pasa.
Y, para colmo de males, ni siquiera sé cómo inspirarme.
¿Y es que cuándo en la vida se ha visto que yo rebaje mi libertad y mi ser por alguien que no sea mi carcelera?
Oh, si, lo odio enormemente. Pero no me queda de otra.
Y no, a voluntad eso no pasa, porque para mi esto no es casa, esto es cárcel y yo no planeo cuidar la prisión donde muero.

20 oct 2012

En dos segundos y quince milésimas. Ella lo dijo, no yo. Pero ella tiene razón, porque la tiene. Ni dos segundos dura esto, y, aún así, para mi es como detener el tiempo y luego soltarlo todo de golpe. Tanto así que muerdo, que no respiro, que me contengo a más no poder. Dos segundos, quince milésimas y un poco de vos.


"-Bien –dijo Jack en voz baja--. Prende fuego al mundo entero, pero deja que yo te entregue las cerillas." Lisa Kleypas.

Si, si, esa frase no es mia. Pero me encanta. Es justo lo que quiero.

19 oct 2012

Si, yo debería estar ya de camino a la universidad, pero solo quiero decir una cosa.
Rayos, truenos y relámpagos.
Si, sigo soñando con él. Cada vez es más frecuente, cada vez es peor.
Cada vez me gusta más esto.
Y mi única queja, oh si, hay una queja, es el no poder verle tanto como quisiera, el no poder estar con el tanto como quisiera.
Oops. Es hora de irme.
Deseenme suerte en mi examen, en mi día, y por favor, espero no enloquecer.

14 oct 2012

(Que patetismo el mio. Rayos)

Si aparece alguien más a decirme que me quiere, que quiere besarme y que le gusto, aseguro que acabaré gritando.
Esto parece una mala película americana, con la chica chorreando baba por un muchacho tímido y callado (muy opuesto a ella) y un montón de chicos lindos y maravillosos que quieren con ella (U.U si, me las pico mucho, ¿y?) 
Resumen: La chica no le pone atención a ningún otro chico que no sea ese que a ella le gusta, él no deja claro si le está poniendo atención o si solo le sigue la corriente, ella no sabe si él solo hace las cosas porque ella quiere o porque él quiere, los demás chicos se sienten heridos.
(Si, me suelen gustar las comedias y los romances, pero este nivel de patetismo-relacional-social me desespera como .... como... como las condenadas hormigas que han invadido mi habitación ¬ ¬ (Uno de estos días le prendo fuego a todo solo para que ellas mueran y dejen de picarme))
Y bueno, como decía. No ruego, entonces la cosa se queda en silencio. Y no sé nada de nada de nada, entonces también es ir peleándome con la curiosidad y las ganas de saber más, de hablar, de ver, de besar, de cosas (punto). 
En fin, va en serio, si eso vuelve a pasar capaz y acabo gritando. O, peor aun, mando todo a la patagonia y me quedo conmigo y con Belle y Jack y Jonathan y Mateo y Sakura y Raven y Gregori y Cathy y Alex y ya!
Punto.
Cambio y fuera.




(Que patetismo el mio. Rayos.)

13 oct 2012

¿Qué será?
Será de pronto pura química, cuestión hormonal, simple compatibilidad que hace que mi cuerpo responda.
Tal vez es algo un poco más profundo, cosa de patrones de pensamiento y de percepciones extrasensoriales.
Puede que sea algo aún más intenso. Quizá cosa de sentimientos, emociones, cosa de catástrofes de causa desconocida y cuyo resultado es una fuerte alteración en mis sentidos.
Y tal vez, si tu quieres, sea todo eso y más. Sea todo lo que pienso y todo lo que parece.
O tal vez no.

11 oct 2012

Esto pasa.

Vos me preguntas qué pasa.
Decís que soy la cosa más rara de este mundo.
Vos pensás que no tengo arreglo.
Vos decís que soy genial.
Vos no hacés nada por verme.
Vos no hacés nada por mi.
Vos estás y ya. Estás ahí en tu rincón y apareces solo cuando muero de ganas por verte.
Y mira que de ahí no te mueves ni por que ruegue. Me matas. Me matás. Me muero. Morite vos mejor. Morite vos y que se mueran tus ojos, tus manos, tus palabras.
Pero no, no mueras. No me dejes ahora que te encontré. No me dejes ahora que aprendí que te quiero.
Y soy así, soy totalmente contraria a la normalidad, soy una constante contradicción de palabras y acciones. No sé ni quién soy ni a dónde voy. No sé qué quiero, ni cómo, ni cuándo. No sé nada aparte de que siento. Y a veces ni siquiera eso.
Pero tu dices que hay algo en mi que te gusta, ¿no? Vaya, espera. No, no lo has dicho. Eso no ha salido de tu boca, eso es lo que yo asumo que significa lo que dices cuando no lo dices. No puedo no hacerlo. No puedo no pensar en los miles y múltiples significados que pueden tener tus palabras. Como cuando dices que me quieres, como cuando dices que te gusta verme, como cuando me preguntas qué planes tengo con un tono de voz que suena a intento de invitación. Pero son pocas, son casi contadas esas últimas. Y es que si, a veces no sé porque no puedo saber. A veces es tan difícil saber si lo que quieres es verme o si solo preguntas por cortesía, o si te molesta que te hable y me aguantas por pura amabilidad o si de veras te gusta que te hable. Porque sé que puedo ser demasiado intensa, (uff y aun no ves mi lado posesivo), pero ya ves, así soy. Asi es, más aún cuando quiero. Y yo a vos te quiero. Tanto como me atrevo a decir, y esto es lo más que me atrevo a decir, más nombre que ese no sé. No sé. Tal vez falta tiempo, tal vez me falta valor, porque si, porque le temo enormemente a esa palabra, a ese sentimiento. Cosa que es nueva porque siempre he deseado sentirlo, y ahora, de la nada, me aterra inmensamente llegar a albergar semejante bomba de tiempo en mi interior. Tal vez lo que me falta es eso, ese detalle que no sé qué es pero que está ahí. Porque tu causas tanto en mi, incluso con la enorme disparidad de horas que me permite verte por casualidades y unos cuantos minutos robados al día, a la semana, aún con las diferencias entre tu y yo, con eso que hace que me pregunte qué rayos veo en vos. Porque sos diferente, casi totalmente opuesto a mi, y bueno, sé que no soy muy normal, y sé que no tengo muchas cosas dignas de amar, pero aún así, tengo mil, millones, miles de millones de células en este pequeño cuerpo que están llenas de una sustancia muy parecida al caramelo achocolatado y que viven esperando un momento que las llene de amor, que las reviente, que les haga soltar todo lo que tienen y pueden dar. Y es imposible, bueno, al menos eso grita mi tonto y absurdo corazón cada que te veo, es imposible que en algun momento no llegue a enamorarme de vos. Y no, no digo que te ame, eso no lo sé ( ¿y qué si así fuera? Sería mi problema y para nada tu responsabilidad), pero calma, aún no. Pero sí es algo fuerte, lo suficiente como para hacerme desear verte con frecuencia, quizá cada día, quizá cada hora, quizá estar contigo más que un par de minutos, más que solo un ratito, más que estar solo viéndote y suspirando porque la concurrencia me impide acercarme a ti todo lo que me gustaría. Pero sigues sin darte cuenta, o sigues sin hacerme notar que lo sabes. Y yo no sé si eso es bueno o malo, no sé qué sentir ni qué hacer.
Verás, querido mio, niño mio, dulce extraño y respuesta a mis deseos, porque si, sin duda alguna eres una respuesta a algo que hace tiempo pedí (y sabes, a veces creo que debí pensar mejor lo que pedía, porque pedí justo esto, y bueno, ahora que lo siento, aunque no es una situación insufrible, me causa el suficiente desasosiego como para no permitirme hacer mucho más que pensarte y desearte e incluso quererte); tu y tu y tu y tu, eres precisamente mi mayor causa de confusión. Y todo, absolutamente todo se resume a dos cosas.
Primero, dime de una buena vez, y bien claro para que no me queden dudas (uh, si, soy bastante lenta con estos temas), qué rayos sientes por mi.
Segundo, si quieres verme, dilo. Dime qué es lo que quieres, que es porque tu lo quieres. Porque, sabes, no me gusta esta sensación de que quizá todo sea simplemente porque yo lo dije, porque  yo lo quería, porque casi que rogué por ello.
Entonces es eso, eso es todo.
Y aunque quizá no leas esto, aunque quizá no lo sepas, yo me lo saco de adentro, y entonces puedo sobrevivir unos días más, unas horas más. Hasta que tus palabras vuelvan a causar una colisión de emociones y un choque de deseos en mi interior y yo vuelva a ser eso que no sé.

10 oct 2012

Y allá vas. O acá estás.
No tengo ni idea de qué es o de qué va.
No tengo ni una sola pista sobre el resultado, sobre el desenlace, sobre qué es lo que hay al final del túnel.
¿Pero vos qué sabés? Esto no va mal.
No peleo, no grito, no lucho.
Creo que, más bien, estoy tratando de permitir que me lleve la corriente. Quiero ser parte de ti, de tu mundo, de tu sol, de tu luna. Quiero que tus brazos y que tus besos me calmen cuando el dolor y la ira se apoderen de mi. Quiero que sea mi voz la que desees escuchar cuando te sientas mal. Quiero saber que es en mi en quien piensas y que soy yo a quien querés ver.
Creo que, en lugar de luchar contra ello como normalmente hago, tengo ganas de enamorarme de vos. Bueno, no exactamente. Es decir, no es que desee fervientemente amarte, no, no así. Pero ¿qué querés  que diga si de veras pienso que amarte no me haría mal?
Yo en serio me pregunto si esto desembocará en ese extraño sentimiento, en esa cosa que no sé si alguna vez he experimentado y de la cual mis sentidos se hallan ávidos.
Pero bueno, sé que difícilmente sabrás esto. Pero yo necesito saberlo, necesito decirlo. Necesito saber que no me lo estoy tragando todo como si fuera un veneno que lentamente corroerá mis venas.
Esto es todo, por ahora. Pero solo porque, aparte de las mil ganas de robarle un beso y unas cuantas palabras, también muero de ganas de poder decirle todo esto a la cara, y no simplemente sentirlo como una piedra fría en mi garganta cuando le veo.

9 oct 2012

Y no sé qué esperaba, no sé qué me causa. No quiero pensar en nada, definitivamente en nada.
Es tal la mezcla de ideas, de palabras, de conceptos que tengo en la cabeza que mejor ir a esconderme en un mundo falso y de tinta.
Es tal el desasosiego de no saber qué quería oír y a la vez saber que lo que quiero oír debe salir de sus labios a voluntad, que sencillamente empieza a ser difícil respirar automáticamente.
Bueno, supongo que los días van y vienen. Siempre es así.

5 oct 2012

El mundo supone que yo debería estar feliz, que no debería seguirme sintiendo indiferente. Pero resulta que si, si me siento indiferente y no estoy feliz. Estoy demasiado cansada de que se repita una y otra vez la misma situación, entonces no puedo verle el lado bueno, si es que lo tiene. En fin, todo acaba en que la mala soy yo, en que quien debe pedir excusas soy yo y en que quien debe tener cuidado de no equivocarse de nuevo también soy yo. Esto es un asco, y que luego pregunten por qué prefiero a muchas otras personas. Simple, no es el tiempo, es lo que ese tiempo me ha demostrado. Y me ha demostrado que es el tipo de persona que cuando necesite, no estará.
Entonces me quedo con aquellos "dignos de mi tiempo" que, quiéralo o no, esos golpes bajos dejan marcas que aún no aprendo a borrar.
¿Y yo por qué le doy explicaciones a alguien sobre mi vida? Es decir, no debería tener que explicar el por qué mi elefante tiene todo lo que desea cuando se trata de mi, o el por qué para mi carcelera sus palabras casi siempre son bien recibidas. Eso se debe al tiempo, cariño, no a la persona.
Lo bueno: Ni idea.
Lo malo: Todo. Desde que la quiero hasta que no pienso rogar. Y no, vamos que yo sé cómo acaba esto, esto acaba cuando la orgullosa y equivocada mala amiga (osea yo) suplique perdón con lágrimas en los ojos y asegure jamás volver a pecar. Uh, pero  que de ahí a que eso pase, vamos que falta un poco más.

4 oct 2012

Quiero.

¿Saben qué? Yo tengo ganas de irme. Si, se me arrebataron las ganas de irme de mochilera. Yo sé que a muchos de mis amigos no les suena la idea, piensan que es peligroso y eso, y que a mi mamá le gusta aun menos, pero resulta que es lo que yo quiero. Quiero, quiero, quiero, de veras quiero irme de mochilera. Y tengan por seguro que lo haré. Claro, seré responsable y cuidadosa, pero es una experiencia que estoy totalmente decidida a vivir. Punto y aparte. 

1 oct 2012

¡Feliz cumple-elefante años!

Awwww oficialmente es hoy. Hoy es el día más lindo del mundo, porque hace 21 años nació la cosa más hermosa para mi. Ella es la razón de que no me rinda, es el motivo de que sea quién soy y de que sea tan fuerte como puedo ser. Es por ella por quien daría todas y cada una de las gotas de mi sangre, cada aliento, cada suspiro, cada latido de mi corazón. Es ella, ella que siempre ha estado ahí. Técnicamente solo los últimos 15 años, pero eso es más de las 3/4 partes de mi vida. Ella es ella. La persona que amo más que a nadie. Ella, en quien confío con mi vida. Quien sé que jamás me dará un golpe bajo, quien sé que estará siempre que caiga. Ella es a quien admiro y a quien respeto por sobre todos. Ella es sencillamente más que una amiga, más que una hermana. Si existen las almas gemelas, esa es ella.
Todo se resume a que la amo.

Feliz cumpleaños, mi elefante, mi Lara, mi Alice, mi cosita, mi vida, mi ser.