Belle tuvo una idea (y a veces me odio por esto) y resulta que se le ocurrió que no es posible que alguien nos aplique un adjetivo que no poseemos. No pueden decir que somos algo que realmente no somos.
Y entonces pienso que quizá por eso no lo dice, porque no puede aplicarme esa palabra a mi. Y entonces el mundo es un poco más gris, porque soy superficial y porque quisiera que me viera así.
Y entonces me doy cuenta, la idea no fue de ella, fue mía son mías y se las atribuyo a ella porque no deseo considerarlo como auto sabotaje, porque no quiero reconocer -no queremos reconocer- que nos falta esa vena de cooperación con nosotras mismas.
Y bueno, eso pasa por ver tan fijamente el paisaje desde la ventana de un bus. O por pensar tanto en algo. O por desear tanto algo. O por no saber controlar mis sentimientos. O por darme cuenta de que voy perdiendo el juego. O por saber que no tengo escapatoria. O por recordar que mi cárcel si es una cárcel.
Y pasa, pasa muy a menudo, que pensar cosas así nos da bajones. Sabemos que soy .. digamos que simpática, depende de quién mire, no tengo un rostro deforme ni marcado y tengo una sonrisa relativamente cordial, según creo. Pero quizá, quizá todo eso no basta para ese adjetivo que quiero, o quizá según los cánones bajo los que deseo ser considerada así, no cumplo las expectativas.
¿Saben qué? Yo me voy. Iré a buscar algo que no me deprima y trataré de no pensar en esto.
Belle/yo fuera.
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