Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

24 oct 2012

Herir susceptibilidades no es el plan.

Yo no quiero hacer sentir mal a nadie, no quiero confundir ni hacer sentir incomodo a nadie. 

Si, la mayoría de las veces no sé por qué digo lo que digo. Oh, espera, si, si lo sé. Suelo decirlo porque lo siento, porque al menos siento una parte de lo que digo y, para poder sacarme el veneno, tengo que amplificarlo y magnificarlo cosa que no quede ninguna astilla rezumando de podredumbre. 

Y ahora no soy capaz de creerlo si lo escucho, porque ya dije que quería escucharlo. Y todo, todo, todo lo que diga, haga, sienta o deje de sentir y/o hacer en mi presencia quiero que sea pura y sencillamente porque así lo desea, porque así le nace, porque eso quiere, no porque sepa que es lo que yo deseo. 

Quizá por eso no digo mucho, para no influir, porque realmente me cautiva cuando es así, tan natural y espontaneo como él mismo.

Y creo que esa persona tenía razón, por mucho que no desee admitirlo, creo que posiblemente estaba en lo correcto. Pero eso si es algo que no diré, ni hoy, ni mañana ni en un futuro próximo. Porque le tengo miedo, porque me aterra y porque tengo demasiadas preguntas aún sin respuestas. 

Cambio y fuera, ahora vamonos a observar la conducta humana.

(Tengo que decirlo: Elefantito mío, necesito terapia (al más puro estilo tu y yo juntas un rato) y pronto)

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