El mundo supone que yo debería estar feliz, que no debería seguirme sintiendo indiferente. Pero resulta que si, si me siento indiferente y no estoy feliz. Estoy demasiado cansada de que se repita una y otra vez la misma situación, entonces no puedo verle el lado bueno, si es que lo tiene. En fin, todo acaba en que la mala soy yo, en que quien debe pedir excusas soy yo y en que quien debe tener cuidado de no equivocarse de nuevo también soy yo. Esto es un asco, y que luego pregunten por qué prefiero a muchas otras personas. Simple, no es el tiempo, es lo que ese tiempo me ha demostrado. Y me ha demostrado que es el tipo de persona que cuando necesite, no estará.
Entonces me quedo con aquellos "dignos de mi tiempo" que, quiéralo o no, esos golpes bajos dejan marcas que aún no aprendo a borrar.
Bueno, una amiga mía dice que los pensamientos y las emociones son como una espiral, o podemos abrirla y expandirla o a la inversa, con lo cual el movimiento circular se estrecha, asfixia y desde ahí la visión se ve reducida.
ResponderBorrarEl mundo puede suponer lo que quiera, lo importante es lo que tu eres, no siempre se baila al gusto de los demás ¿y? da igual, mientras uno baile como lo sienta..¡eso faltaría ya!
Saludos!