Resulta que, además de enternecida, me preocupo cada día más. Belle sabe perfectamente por qué.
Es decir, me encanta, me gusta muchisimo eso de que me abracen o me den esos besos que te da en la mejilla o el cabello la gente que te quiere o que me hagan reír o que simplemente se queden hablando conmigo, eso me encanta. Mucho más de lo que con palabras se puede decir. Mucho más si es de una persona en especifico que estamos hablando.
Pero me preocupa, gente, me preocupa bastante.
Me preocupa porque soy yo, porque soy una persona demasiado emocional, demasiado sensible, a veces hasta demasiado tonta. Me preocupa porque suelo pensar que si yo lo siento, entonces la otra persona también ha de sentirlo. Me preocupa porque creo firmemente en que todos tienen un lado bueno hasta que me demuestren lo contrario, e incluso entonces les concedo el beneficio de la duda. Me preocupa porque no creo que pueda aguantar otra cicatriz sin dejar de ser yo en gran medida. Me preocupa porque me involucro a un nivel que no debería y con una velocidad que definitivamente necesita ser moderada.
Me preocupa, en definitiva, porque la forma en que todo empezó es eso que nunca me había pasado y que involucra clics y cosas desconocidas para mi, entiéndase en este caso, un clic por un yo-no-se-que que me causa muchas cosas.
Y todo resume en que no sé qué pasa que me derrito, que me preocupo, y que quiero seguir preocupándome porque, por ahora, se siente bien, se siente lindo, se siente como que no es unilateral. Y eso es todo lo que pido.
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