La cosa es ... yo no confío en mi misma. Soy la mata de la volubilidad. Y tampoco creo en promesas, creo si que quien promete, al menos en ese momento, cree de veras que cumplirá su palabra.
Yo creo en ella. Eso es todo.
Así como creo en ÉL. A pies juntillas, (si, yo creo en ÉL, aunque a veces no lo diga), así también creo en ella.
Y ella es quien sabe, más que nadie, que yo no creo en mi ni en nada que se me parezca, vamos que conozco lo peor de mi, y lo mejor, y hago sabiamente al no confiar en mi.
Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
22 sept 2013
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