¿Alguna vez has pensado en los qués y para qués de todo lo que haces?
¿Te has preguntado por qué condenada razón haces lo que haces día a día, noche tras noche?
Resulta que yo si. Y siempre mando a callar a esa condenadamente inoportuna voz de mi cabeza.
Resulta que no tengo ni una maldita idea de por que rayos hago todo esto.
Sabes, Belle, yo si te escucho. Diariamente, constantemente, y escucho tus gritos. Los siento en la piel. Eres tan mía como lo soy yo de ti y me duele y me quema y me destruye escucharte gemir y llorar en silencio cada que me soy desconocida a mi misma.
Yo sé, mejor que nadie, que este no es mi lugar. No hace falta que me recuerden que por alguna extraña razón estoy aquí, estoy en medio de esto, cuando encajo mejor en ese otro lugar. Yo lo sé.
Resulta que no puedo hacer lo que deseo, lo que amo, por razones que me son ajenas. No me vengan a mi con eso de 'tu único obstáculo eres tu', porque carajo, no soy una isla. Ni aunque quiera puedo ser una isla. Y hay demasiadas cosas que debo tener en cuenta antes de decir que me largo. Antes de decir que todo vale nada, antes de cambiar el color de mi cabello, antes de tatuarme, antes de romperme los huesos con algún deporte extremo, antes de poner pies en polvorosa y largarme a donde pueda ser yo misma sin que me prohíban serlo.
Yo soy así, soy revolucionaria, soy inconformista, soy perfeccionista, soy pacifista y a la vez rebelde. Soy todo eso que no encaja detrás de un escritorio, que no encaja en una oficina. Yo no logro verme a mi misma detrás de un cajón de madera firmando documentos y planeando. Eso no despierta nada dentro de mi. Si, hay aspectos, partes interesantes. Los cómos y por qués, los seres humanos involucrados, siempre me ha gustado la mente humana y su manipulación. La parte de las predicciones del rebaño, la parte de los procesos que se cumplen. Sin embargo a mi los números nunca me han causado nada más que un leve interés, apenas y se me dan medio bien. Mi alma no vive en eso, no en el conjunto completo.
Lo mio es más el arte, más las letras, un todo de arte y letras. Lo mio son emociones, vidas, mundos plasmados en algo tan universal como la respiración. Y si, intento encontrar un motivo para todo esto, para el ser tan cruelmente traidora de mi propia alma, hay uno solo, con nombre y apellido incluido, y no puedo omitirlo. Tengo carcelero/a, por llamarle de cualquier manera, y no sé rebelarme en su contra. Ese deseo eterno de complacerle y de despertar su orgullo puede más que mi amor propio, si es que tengo amor propio.
Esto no es nada más que uno de los muchos episodios en los que acabo preguntándome qué carajo hago aquí, mientras las voces en mi cabeza lloran inconformes con nuestra decisión y destino, y me respondo al tiempo que el único motivo de estar aquí es intentar sobrevivir mientras trabajamos en la casi imposible tarea de hacer feliz a alguien que parece sólo poder ser feliz al criticarnos.
Necesito sacarlo, deshacerme de un poco de la frustración que me produce este estado. Y pensar que aún falta tiempo por cumplir antes de ser libre.
Bueno, buen viaje y buenas noches, iré a cumplir los requisitos que esta condena me impone y a soñar con que estoy en otro mundo, otro tiempo, otra vida, una llena de arte y letras, una que si quiera vivir.
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