Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Tiene toda la pinta de ser una de esas noches donde no quiero dormir porque me preocupa quien me esperará en brazos de Morfeo.
Yo como que me busco qué hacer en vez de dormir.
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Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.