Y al final del día, yo conozco esa mirada, esa desviación de tu atención a mi anillo, a mis anillos, o a mis gestos. Tranquilo, yo no digo nada, nunca he negado nada.
(Os juro que amo a mis locos y raros amigos. Nada ilumina más mis días, incluso si tengo que pelear o sermonearles.).
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