Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

15 sept 2013

Hay días como hoy

Hace cierto tiempo hubo alguien, alguien que dijo que le gustaba eso de que yo tuviese opiniones para todo. Decía que el que fuera tan diferente de lo normal y tan sensible era algo atractivo. Días como hoy me pregunto por qué le permití irse tan fácilmente. Yo sé por que se fue, yo lo permití porque aunque malvada y juguetona, no soy cruel, pero a veces creo que fue una mala idea.
Días como hoy, necesito tanto de alguien que este de mi parte. Alguien que me abrace mientras lloro de ira y frustración. Así como él hoy, cuando entendió que estaba demasiado furiosa y frustrada.
Hay días en los que me pica un bicho curioso, uno que cree que será un buen día y se dedica a hacer eso que nunca hacemos. Y todo para que al final del día el mundo se caiga porque soy incapaz de hacer algo, porque no se me da bien, nada que implique coordinación se me da bien, incluso si quiero hacerlo, si pongo empeño en ello. Y no sé manejar la sensación, es frustrante querer algo y no tenerlo, y que no te permitan lograrlo. Es triste saber que la mayoría te considera en función de si haces bien o no las cosas, de si eres un cerebrito o una oveja negra. Yo quiero ser la oveja negra. Estoy harta de ser el cerebrito. Estuve años callándome los gritos cuando alguien mencionaba mi nombre seguido del epíteto de nerd o de que era la mejor estudiante. Yo amo ser nerd, ser quien soy, si, pero eso no es lo único que soy.
Y el día se va al traste cuando entiendo que quien más tiempo convive conmigo apenas y sabe que odio eso, que soy incapaz de muchas cosas, malas específicamente, pero aun así todo lo ve mal. Cuando después de tanto esfuerzo lo que me dan es un regaño y un grito, una mirada asesina y un gesto serio, eso arruina lo que ya de por si estaba mal.
Y hay días en los que me gustaría que alguien gastase aunque fuera un mínimo de atención en mi, en sacarme una sonrisa, en decirme que le gusto hasta con mis opiniones para todo y mis metidas de pata y mis despistes del carajo y mi jodido genio tan voluble. Alguien que entienda que la ira me hace saltar las lágrimas, que me han condicionado a ser buena en todo y que me aterra no saber hacer algo. Alguien que este un poco más dispuesto a cuidarme que a juzgarme.
Hay días en los que me quedo al borde de las lágrimas y me pregunto qué estará haciendo esa persona que se supone es mi otra mitad pero que aun no es parte de mi vida.
Y hay días como hoy.

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