Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Incluso yo entiendo que, a veces, hay cosas que deben esperar. Hasta yo entiendo eso. Y espero.
Pero es que .... ¡cuando llamas y llamas y no te contestan el condenado teléfono y tu sólo quieres escuchar esa voz que baje todas las cosas a tierra y que regrese el equilibrio precario en el que todo estaba!
Me robaré una frase que escuché un día: Eso me pasa por enamorarme de mis amigos. Que rayos.
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