27 sept 2013
Uno de los motivos de que quiera marchar es que no puedo esperar el día en que al llegar al sitio donde se supone viva, pueda encontrarla a ella, de mi lado siempre, para escuchar y entender todo lo que soy. Para discutir todo lo que no puedo dejar salir en el día o la impresión que causan ciertas cosas en mi.
Ejemplo, he llegado hoy y tengo la sensación de que lo que tengo que hacer es agarrar una maleta, meter ropa y cosas y poner pies en polvorosa mientras recorro el mundo. Es sólo una idea por ahora, no se preocupen o preocúpense.
Es algo que siempre ha llamado mis sentidos. Moverme, un sitio hoy y otro mañana, eso de conocer gente, tanta como sea posible, ver lugares, buscar la belleza que todo tiene, ver de cerca el dolor y la tristeza que son a veces más bellos que otras cosas, ver amaneceres, anocheceres, ver días y noches y tormentas y soles. ...
A veces
A veces no quiero saber nada de nadie, menos aun de quienes me quieren. A veces quiero sólo desaparecer y no tener que saber de nadie ni de nada por tanto tiempo como quiera.
26 sept 2013
Extrañaba ser la extraña causa de su risa. Así como las extrañas conversaciones. No digamos que le extrañaba, no se usa esa palabra, pero algo había que hacía falta.
Siempre tengo muchas ideas en lo que refiere a verle, al fin y al cabo, qué mejor para la creatividad que otro artista, aunque sea así.
Nunca has pensado en ir a ... para empezar de nuevo.
+ ¿Acaso existen otros?
El hombre que corría tras el viento.
Yo dudo que existan otros. Creo que no los hay. Algo tienen, algo pasa, en ese momento de éxtasis en el que el mundo deja de dar vueltas, deja de contar, deja de existir incluso, y se reemplaza simplemente con ese momento donde ves algo en alguien que no esperabas ver.
- Fue por casualidad, tal vez, el caso es que de todas las ventanas de Buenos Aires, justo fue a pasar junto a la mía.
Yo creo fielmente en los amores a primera vista, aunque no en los eternos. Yo creo en los amores mágicos, pero no en los inamovibles. Yo creo en la posible existencia de casi todo, pero mantengo mis reservas en lo que al amor refiere, de ahí el quizá. Y es que como más iba a ser si se trata de mi, si una de las cosas que más me pueden es la inestabilidad de todo.
- Nunca has pensado en ir al sur para empezar de nuevo.
La nostalgia, madre de todas las ideas, llega cuando menos lo esperas a tocar la puerta de tu encierro. Ella llega como un vendaval, sin importar cuanto o que tan fuerte luches por evitar su llegada. Y es esa misma nostalgia la que hace todo tan difícil, la que hace todo un desastre. Porque mi mente baraja mil y un posibilidades y situaciones a una velocidad tal que me marea, si, pero también me descompensa. Si alguna vez has subido a una montaña rusa más de diez veces seguidas, no pregunten qué tenía en mente el día que hice eso, es más o menos esa la sensación. A nivel mental, claro. Me desequilibra bastante. Pensar que los recuerdos están siempre atados a un presente en el que intento moverme, no puedo cortarlos, soltarlos, porque es lo que soy, es lo que hago, mezclo el hoy, el ayer y el mañana para sacar de ahí las palabras que tanto quiero; de ahí que en ocasiones el mundo se desmorone por si mismo.
- El mundo se derrumba y gira, pido disculpas por vivir.
En mis recuerdos pasean muchos individuos, pasados, presentes, futuros incluso. Aquellos que se fueron, aquellos que no están, aquellos que quisieron simplemente dejarme y marcharse. Están también esos que se quedan, esos que están aquí por voluntad propia, esos que se niegan a irse. Y yo no me aferro, yo sigo esperando que se marchen.
- Ya lo sé, no traigo nada, sólo una luz que me quema en el pecho.
Días como hoy, días en los que la lluvia no para, todo se me viene de golpe. Todo reaparece en una avalancha nostálgica y dolorosa y se mezcla un poco con lo que queda, con lo que hay. Estos días hacen daño, igual que los juegos del pasado, esos días en los que estoy sola con mis recuerdos queman, porque si, porque él sonreía en estos días, y eso fue con cada él que pasó por este valle estéril. Él sonreía cuando me veía cerrar los ojos para disfrutar el sonido del trueno. Él sonreía cuando yo levantaba el rostro para que las gotas lo besaran. Él sonreía cuando yo me paraba a su lado a ver caer los relámpagos y preguntarme qué habría al final. Y él sonreía cuando yo no quería moverme de donde estaba y simplemente abría la boca para que las gotas cayeran. Cosas como aquellas me hacen desear que algo me sostenga, que algo me mantenga en una pieza. Alguien, quizá, no importa. Sea alguien que parche conmigo en espacios entre clases, sea alguien que aparezca después de la lluvia con una taza de chocolate, sea alguien que llame y diga que va a pasar por mi, como sea, pero alguien que esté y que pueda. Es uno de mis grandes contras para la distancia, este tipo de situaciones me matan. Yo quiero, busco, necesito alguien que pueda abrazarme en momentos así y reunir y recomponer las piezas que me faltan, evitar que me desmorone, qué sé yo. Total la idea es que pueda convencerme, metida en sus brazos, que no hay peligro, que no hay más dolor que el que me invento. Por eso ella es tan importante, ella me abraza, ella me consuela cuando no hay nadie. Por eso él importa tanto, hablo de Jack no de alguien más, porque él es esa explosión atómica que sé que sacudirá todo cuando aparezca y ya no necesitaré pedir que venga a abrazarme.
Y mientras tanto, en la otra mano, está el choque con mis planes. Yo valoro, amo, idolatro casi, mi independencia y mi libertad. No quiero, no pienso, cambiar mis planes por casi nadie. Y no quiero encontrar motivos para hacerlo, no quisiera. Y juego a hacer malabares entre mis ganas de mantenerme en una pieza y mis deseos de ser mil en una y recorrer y moverme por todo ese ancho mundo que tanto promete, que tanto dice que puedo ver, sentir, conocer. Que a mi no me importa irme sola, que incluso así me iría, porque hay tanto que necesito ver antes de decir que puedo entonces escoger una condena, que ni siquiera las palabras sencillas y ligeras logran convencerme. Que hay tantas cosas que tengo pendientes que ni siquiera la promesa de paciencia y de tiempo me convencen a claudicar. Yo siempre he admitido y admitiré que mi lugar sigue en veremos, sigue en un stand by mientras logro hallarlo, pero que no lo voy a hallar junto a alguien. Lo voy a hallar por mi misma, para mi, no para alguien más, y ese será el momento en el que pensaré entonces en condenarme de tal forma. Es una condena, no tiene otro nombre, tengo demasiado arraigada esa idea. Culpa a mi pasado, culpa a mi entorno, vamos, culpa a quien quieras, es como lo veo. Pero que nadie espere disculpas, eso no lo haré, no por esto, no es mi culpa que les de por venir a aparecer en momentos donde más firmemente mantengo mis resoluciones. Yo ya me abrí, yo ya jugué, yo ya vi lo que quería ver y ahora quiero jugar sola, nada de dobles jugadores, nada de lo que todos quieren. Yo quiero jugar por mi, no por nadie, y ver por mi, no por otro, y marchar a donde me plazca y cuando me plazca sin pensar en que alguien más quiera verme ir o venir de un sitio a otro.
Al final creo que dejaré de ver tantas películas especiales y de leer tantos libros de libertades o mejor dejaré de fingir que considero algunos planes o que siquiera quiero pensar en ellos. Mi resolución es jugar con mis reglas, si quieres bien, si no, marcha, la puerta está abierta siempre. Si desde un principio he jurado y repetido no considerar algo que no esté en mis planes a menos que me sea inevitable, irrevocable, no lo haré a menos que sea ese el caso. No lo es, no aún y no que yo lo espere, entonces es así.
(Son frases de "El hombre que corría tras el viento", pelicula que a pesar de sus malas criticas me ha gustado mucho y que me ha hecho pensar en como deseo viajar, sola, a encontrar eso que debe aparecer en mi rumbo.)
24 sept 2013
Día extraño
(Como dato curioso, sigo pensando en lo curioso que es que la gente cuya compañía me agrada y hace de mis días algo hasta deseable, en medio de tantas superficialidades, sea la misma gente con quienes no puedo estar siempre (Desde mis amigos, esos que amo con el alma, hasta esas personas que me gustan platonicamente, esos que simplemente me inspiran). ).
En fin, ha sido un día extraño.
(P.D. Esto era lo que iba a publicar ayer y olvidé hacerlo, así que perdonen la demora)
Y es que una de las mejores cosas de ir creciendo es que entiendes que puedes, que tienes derecho y estas en la obligación de, experimentar sin rendirle muchas cuentas a nadie.
Digo yo.
Definitivamente, tengo que aprender a decirle que no a los retos, incluso si a mi me gusta lo que me retan a hacer. Shhhh.
Extrañe su sonrisa, por cierto, eso de ir por el pasillo y hablar de lejos con quien suele preferir tu compañía antes que la de los demás es extraño. El nosotros que no existe solía ser mas fácil.
23 sept 2013
Por lo tanto, aquí y ahora, digo solemnemente que en algún momento iré a un concierto de ellos.
(Como se atrevan a venir a Colombia yo no sé qué empeñaré pero de que voy, voy)
Y los veré de cerca y me dejaré la voz cantando a todo pulmón con ellos.
Someday, somehow, I'm going to make it alright but not right now.
Teach me wrong from right and I'll show you what I can be.
You're never gonna be alone, from this moment on.
There's gotta be somebody for me out there.
You're like my favorite damn disease.
This time, this place, misuses, mistakes.
When we stand together.
If everyone cared and nobody lied then we'd see the day when nobody cried.
And this is how you remind me of what I really am.
Cause trying not to love you, only makes me love you more.
Every moment I'm with you it's like I'm holding on to heaven.
(Hay tanto de ellos que hace que mi alma vibre)
22 sept 2013
La cosa es ... yo no confío en mi misma. Soy la mata de la volubilidad. Y tampoco creo en promesas, creo si que quien promete, al menos en ese momento, cree de veras que cumplirá su palabra.
Yo creo en ella. Eso es todo.
Así como creo en ÉL. A pies juntillas, (si, yo creo en ÉL, aunque a veces no lo diga), así también creo en ella.
Y ella es quien sabe, más que nadie, que yo no creo en mi ni en nada que se me parezca, vamos que conozco lo peor de mi, y lo mejor, y hago sabiamente al no confiar en mi.
20 sept 2013
Tiene toda la razón del mundo.
Entendemos perfectamente por qué es que ella tiene voz y voto.
¿Si en tanto tiempo no me han quebrado en mil pedazos, por qué esta vez si? (Te juro, Belle, que esto se siente como un Deja Vú).
Entonces, escuchemos, escuchemos, ella tiene razón y nosotras lo sabemos.
Se ha hecho la luz, o, más bien, se ha subido el voltaje de la luz.
Tu, si tu, tu que tenés voz, voto, autoridad en esta maldita república Independiente de pacotilla.
¡Aparecé pero ya, carajo!
¡¿Que querés que me aparezca y te tire la puerta abajo sólo porque no querés aparecer?!
¡Te llamo, no me contestás o me dejás en buzón. Te escribo, no leés.
Me queda esto, que sé que ves siempre.
Carajo, aparece.
Te necesitamos.
Carajo.
(Se me está volviendo un signo de puntuación y todo)
Pero es que .... ¡cuando llamas y llamas y no te contestan el condenado teléfono y tu sólo quieres escuchar esa voz que baje todas las cosas a tierra y que regrese el equilibrio precario en el que todo estaba!
Me robaré una frase que escuché un día: Eso me pasa por enamorarme de mis amigos. Que rayos.
Decreto N°3 de nuestra República Independiente. Se decreta reunión extraoficial con todos los que poseen voto. Que lo que haya de ser, sea.
Ustedes hoy no susurran, hoy gritan.
Usualmente no salen a hacer tanto barullo ¿qué ocurre?
- Si, si, estamos picadas, todas a la vez. Si, si, toda vez que ella diga algo, la escucharemos.
No se pongan a discutir, por una vez en su vida, mantengan un frente.
- A ella la escuchamos y punto, es ley.
Ella, la única, tiene total voz y total autoridad en nuestra república independiente.
- Y esta vez ella sabe algo. Algo me dice que no es algo bueno, pero algo sabe.
Y ustedes saben bien que no me gusta no saber.
- Opino que deberíamos pasar sin la confirmación. Simplemente vamos.
- Tu te callas, traidora.
- Calla, tu, cobarde.
- Y gracias a ello sigues viviendo.
- ¿Llamas a esto vida?
- No entiendes nada.
- Pero al menos sigo pensando.
- Calla, cobarde.
- Calla, torpe.
- Se callan todas -retumba la única voz que permanece siempre dormida.
Tenemos que esperar. Hay cosas por preguntar y ella sabe algo importante, ella sabe algo que no nos ha dicho. Tenemos que escucharla.
- ¿Cuándo?
- ¿Cuándo?
- ¿Cuándo?
Claro, eso si lo tienen claro. Eso si lo esperan.
- Ella es la única con voz y voto aquí, lógicamente lo esperamos.
- Ella ha sido la aliada permanente, hay que esperarla.
- Ella sabe mejor que nosotras, si tiene que decir, escuchamos.
- Que lo que haya de ser, sea. Veremos qué tiene para decir y decidiremos.
- ¿Que garantías tenemos?
- No tenemos. Nunca hemos tenido. Ni garantías, ni avisos ni nada. Lo que tenemos es una idea de que puede decir y, si es así, algunas cosas van a cambiar.
- He oído eso. Nos encerrarán mientras deliberan.
Nunca han sido ustedes acalladas, no lo serán ahora.
- Vas a quitarnos voto.
Voy a dárselo a quien sabe más. Si tiene algo que aportar, será escuchada.
- ¿Y si todo cambia?
- Si debe ser, sea.
- Deja de conformarte.
- Deja de vivir en cuentos.
- Deja de armar películas.
Dejen de discutir. Vuelvan a lo suyo, esto fue simplemente un aviso.
Serás escuchada, tu, que tienes voz y voto donde nadie más lo tiene.
Tu, que conoces mejor la geografía de este reino que cualquier mortal. Serás oída y decidiremos acorde a tus palabras.
Ve en paz. Y que si ha de ser, sea.
Ka es como un viento.
Te extraño
Te extraño. Tanto. Tanto. TANTO. T-A-N-T-O.
Esto sin ti no lo vale. Esto sin ti no tiene gracia.
Esto sin ti es incompleto.
No me gusta sentirme incompleta, no me gusta no tenerte.
Yo tengo mi parte, lo sé, no es culpa de nadie, pero eso no cambia las cosas, no cambia que te extrañe.
Y es que, he estado pensando, podría incluso meterme a estudiar medicina únicamente por pasar mas tiempo contigo.
No me gusta no verte, no cuando te necesito, y mucho menos me gusta no estar cerca si tu me necesitas.
De todas las variables de mi vida, tu eres la única constante que permanece, que no cambia. Y te juro que te extraño.
DEMASIADO.
19 sept 2013
Clics y gradualidades
Ocurre un fenómeno curioso, algo que pocas veces pasa.
No se si yo alguna vez he explicado la forma en que me fijo en las personas, eso de que generalmente hay un clic automático en el instante en que les veo.
Creo que si, que alguna vez hable de clics y eso, sin embargo no me explayé sobre el concepto porque es algo bastante mio, bastante personal.
Verán, hay dos formas en que me puede gustar alguien.
La primera es esa, la automática, un clic instantáneo en el mismo momento en que le veo. Y es también la que más pertenece a mi cursilería.
La otra, la que no menciono tanto, es la que surge gradualmente. Esa que hace que mientras más sepa, más quiera saber, esa que hace que empiece a preocuparme lentamente, suavemente, por alguien, por su vida, por sus cosas. Y que luego un día me golpea con fuerza al entender que me preocupa más de lo que pensé y que me interesa más de lo que esperaba.
Y son ambas perfectamente válidas, perfectamente cruzables, aunque esto pase en menor medida.
Es mucho mas extraño que yo empiece a conocer a alguien y que gradualmente entienda que he cliqueado, porque casi no pasa, que el que me golpee con fuerza.
Y no sé nunca qué me gusta más, si la gradualidad o la espontaneidad, porque ambas tienen su atractivo y su magia.
Todo vale en la guerra y en ese otro elemento que tanto nos aterra a nosotras, dicen, y, sí todo vale, las mezclas también valdrán. A veces se puede hacer alquimia, jugar a intercambios equivalentes, jugar a laboratorios. Mezclar explosivos hasta que el recipiente reviente del calor o se derrita en medio de la combustión, se puede.
A veces me toca retractarme un poco de mis palabras porque olvido contemplar las situaciones excepcionales. Esas, por ejemplo, donde el clic es tan sutil que lo noto cuando estoy ya con el agua por la cintura y empezando a ahogarme. Yo no sé nadar, así que confiaré en que no me van a soltar.
No me sueltes.
Y entonces pasa que lo que yo decía que ocurría, también puede invertirse, especialmente cuando mezclo compuestos, por ejemplo, clics y gradualidades.
Ellas deciden
Ellas al final deciden actuar tal y como les place.Juegan con la realidad, que es mejor que muchas cosas.Ellas hacen de verdugos, victimas, y de víctimas, verdugos.Ellas a veces dejan que su imaginación vuele para obtener eso que tanto quieren.
(Ahora mismo, ellas quieren saber cuál sería la contraparte para las fresas, el chocolate y la canela, pero saben esperar, a veces saben.)
Digo yo, hay cosas que deben decirse.
Estamos pasando de estados de felicidad, casi de euforia, a estados de negación, de preocupación, de curiosidad, de frustración, de tristeza, de mil y un cosas más. Todo por culpa de un simple individuo.
¿Sabés lo que se siente?
¿Sabés lo frustrante que es querer aparecer ante una puerta y sentarme a conversar, a preguntar, a simplemente reír un rato?
Y no poder. Che, porque no puedo.
Físicamente no puedo. Y eso me enerva. Eso hace que pierda una parte de mi autocontrol.
¿Sabés lo bien que se siente eso de ver que hay alguien que entiende tus ideas, tus demonios, (¡carajo! ¡Que se dirige a ellos por nombre propio y los reconoce!) tus miedos?
¿Sabés el miedo que me da encontrar que te parecés tanto a mi? (En las cosas más insignificantes y en las más grandes). Es aterrador.
¿Entendés vos, como entiendes otras cosas (a mi, supongo), que cuando sonreís, cuando hablás, cuando jugás a ser cruel, nosotras nos divertimos, nos deleitamos, nos sentimos bien, donde queremos estar?
Digo yo, sería injusto que me pasara sólo a mi. Que sólo yo lo pensara. Y podría pasar.
Pero creo que no, espero que no. Espero que tengás tantas ganas de dormir como yo (o que estés durmiendo), espero que estés soñando o pensando en lo difícil que sería sobrevivir a semejante ritmo (hay que dormir, por todos los santos), espero que la hayás pasado tan bien como yo (independientemente de todas las contras, confusiones y sentimientos encontrados que esto me cause), espero no ser la única que se banca las dudas y las ideas.
('Aunque me ofrecieran todo el oro del mundo, lo cambio en un segundo por un beso tuyo' Tommy Torres. (Ya fue, me he puesto cursi con la música y todo))
Pienso culparte de todo, de la primera, segunda, tercera, cuarta y quinta guerra mundial, del agujero en la capa de ozono, del deshielo de los polos, de la muerte de insectos en las casas, de la condensación del aire en el ambiente, de la electricidad que se siente. Pienso culparte de mis descuidos, de mis ideas, de todo lo que surja de semejante confusión y caos de palabras porque, vaya si no, es un poco caótico.
Pienso hacerte personalmente responsable. Y tu aceptarás la culpa junto con la responsabilidad porque, si acaso te pareces tanto a mi como yo a ti, será lo que estás esperando, sería la mejor ventana para darte participación en nuestro baile.
Juguemos, pues. Y veamos que ocurre. Y esperemos. Entre euforia y miedo, que la trama sea siempre mejor que el desenlace.
¿Sabés que pasa cada que hablás? ¿Cuando jugás con acentos o cuando simplemente te reís? ¿Cuando sonreís o cuando te quedás callado intentando no decir todo de golpe? Pasa que yo empiezo a entender que el tiempo si puede detenerse en un instante cuasi perfecto (va, que la distancia arruina la perfección de todo). Pasa que empieza a preocuparme, no el qué o el cómo, sino los cuandos y dondes, y eso puede ser tan bueno como peligroso. Pasa que veo que me encantás y que tu sonrisa me hace sonreír a mi y que todo se enreda entre hilos rojos. (Los dichosos hilos rojos que siempre me preocupan).
Ya fue, me paso de cursi, me paso de melosa y me paso de exagerada, creo, pero si no lo saco no podré concentrarme el resto del día (¿y será que así sí me concentro?).
No sabes la de puntos que ganaste simplemente por saber reconocerlas y dirigirte a ellas. Casi nadie les reconoce, aún menos les hablan tan directamente, gracias.
Y bueno, a ver cómo sobrevivís a las dudas, porque lo que soy yo, he quedado completamente inquieta por saber cuál sería la contraparte a la canela, el chocolate y las fresas.
18 sept 2013
Involuntarios.
Ella nunca jamás intentó obligar a alguien a moverse en contra de su voluntad.
Todos siempre se preguntaban por qué, por qué era tan desprendida, por qué les permitía irse.
Ella nunca le decía a nadie sus motivos. Vamos que siempre inventaba algo, siempre creaba alguna explicación noble y altruista que hiciera que la dejaran en paz.
La verdad era otra. Ella odiaba su verdad.
Ella nunca había obligado a nadie a quedarse porque sabía demasiado bien lo que se sentía moverte sin que fuera tu voluntad.
En esas ocasiones no pensaba en su medio, no pensaba en lo externo, los de afuera no existían. En esos momentos pensaba en ella, en sus manos, en su rostro.
Pensaba en cómo sus músculos tendían a moverse por voluntad propia, a hacer lo que les placía sin siquiera preguntar. Ella pensaba en esos movimientos extraños e inevitables que la distraían en medio de cualquier situación. Esas cosas que la destacaban ante los demás, especialmente ante los buenos observadores. Porque ella podía ocultarlo, si, durante un rato, unos minutos, una hora máximo. Al final de ese pequeño lapso regresaban, con más intensidad, con más frecuencia, con una fuerza mayor. No era algo nuevo, estaban con ella desde hacía tanto tiempo como podía recordar. Siempre motivo de risa, siempre la razón de una burla, siempre destacándola entre la multitud y recordándole que no era como todos. Ella recordaba que en una vida pasada, en una existencia anterior, había podido controlarlas. Le había tomado trabajo, si, pero había podido hacer algo con ello. Esta vez no lograba hacerlo. Hacía una nueva vida que ella no sabía cómo detenerlas.
Le aterraba. Ella sentía miedo de pocas cosas, casi podía contarlas, y esa era una.
¿Alguna vez se detendrían?
¿Alguna vez lograría controlarlas?
No todos la veían en sus momentos malos, pero si muchos sabían. Sabían porque observaban, porque ponían atención. Y lo mencionaban.
No sabía que odiaba más, si simplemente que vieran o que también lo dijeran.
Ella no podía controlarlo. Odiaba no poder controlarlo.
Odiaba que sus manos se movieran por impulso propio cuando se enojaba, cuando se alteraba, cuando no las traía todas consigo. Una cosa era el arte, el impulso creativo, las ideas que la obligaban a escribir, otra cosa era eso. Ese impulso de movimiento que tenía más connotaciones psicológicas que creativas. La desesperaba. No quería volver a consultas, no quería más medicamentos, nunca había superado ese trauma, no quería más terapias extrañas donde le enseñaran a respirar. Ella respiraba, simplemente no se le daba bien.
Odiaba enojarse, o perder el control, o simplemente estar nerviosa. Cuando no las llevaba todas consigo, afloraban todos los fantasmas. Las inconstancias en su respiración, los movimientos de su cuello, los espasmos en los músculos de su rostro, esos gestos tan obvios y tan incómodos que no sabía controlar.
Mientras más perdía el control, más obvios eran, pero mientras más obvios se hacían, más problemas tenía ella para controlarlos.
Y ella no lo mencionaba, a menos que fuera estrictamente necesario.
Ella evitaba decir que era lo suficientemente rara como para ese tipo de cosas.
Tics.
La gente lo veía tan extraño como a un perro de 15 patas. Y a ella ya la veían como si tuviera 10 colas.
Un poco más no sería agradable. No quería averiguarlo.
Hasta donde ella sabia, ellos nunca lo habían visto. Nunca habían entendido.
Y las voces gritaban, una con suma claridad, pidiendo por alguien que sostuviera sus manos mientras los impulsos pasaban. Porque eso, quizá, tener un asidero, podría salvarla de ahogarse.
Somos volubles. Sabemos como amar en nanosegundos y luego todo se cae y sabemos como llorar y romper.
Gracias al cielo nos tenemos la una a la otra, y la tenemos a ella.
Ella nos salva de nosotras mismas.
Amamos a esos elefantitos que nos va dejando en el camino.
La amamos.
Y no sabe sino volverlo más extraño. Después de quedarse analizando una supuesta verdad general, la conclusión fue que no seria bueno. Yo lo sé. Pero claro, si luego dice con tanta alegría que le agrada la idea de poder seguir viéndonos, uno se enreda.
Yo no quiero enredos. En ese juego pierdo yo.
En casi todos pierdo yo. Cosas que no quiero sacrificar.
La falta de etiqueta, eso me gusta. Eso me perturba. Es más fácil si simplemente dices no y ya.
Pero vamos, ¿quién se puede resistir a un David de Miguel Ángel?
Nosotras.
¿Que no sabe hacer algo más que jugar a dos bandas?
17 sept 2013
Y sí no río, no está bien.
Pero ten en cuenta, que yo ría no significa que no ponga atención.
Me burlo de todo, casi de todo, de lo serio y de lo importante.
Hay cosas que me parecen hilarantes y no es nada personal.
Simplemente es así.
Por ejemplo, los prejuicios y las condiciones de la gente (condiciones tipo condicional que se requiere para que otra cosa se cumpla).
Al final, si algo es considerado inamovible, fijo, establecido, para mi será causa de risa.
No creo de a mucho en verdades absolutas, unas cuantas nada más.
Empiezo el día intentando convencerme a mi misma de varias imposibilidades así que ... no me esperes despierto, mi mente no llega hasta los mismos rincones que la tuya, yo sigo de largo.
No funciono como creen
Dice que somos coquetas, que vivimos coqueteando y flirteando.
Supongo que será cierto, nadie me conoce más que ella.
La verdad es que si me pongo a pensarlo detenidamente, tiene sentido. Yo trato a la gente como me gusta ser tratada, les miro a los ojos o dejo que mi mirada vague (me cuesta mantenerme en este mundo si algo no me interesa) pero les escucho. Y me preocupo. Y les regaño y sonrío y hago bromas. Y soy demasiado torpe y cariñosa. Soy demasiado cursi, me encariño demasiado rápido (un día basta) y considero a quienes quiero como míos. Si alguien me parece interesante buscaré hablarle o compartir tiempo con él/ella.
¿Eso es flirtear?
Vale, supongo.
Supongo que será así.
Yo coqueteo, si, con quienes me gustan. Porque es divertido, no puedo dejar pasar los instantes de diversión, porque se siente bien, porque me hace pensar.
Y a veces me trae problemas.
A veces no saben que estoy simplemente jugando, simplemente flirteando.
Y no sabes lo que jode que alguien que te agrada se encarrile y arme una película de miedo contigo porque confunde las señales. Así es como me alejo.
Míralo desde mi punto de vista, yo no funciono igual a la media. Por el contrario.
Si a mi me gusta/llama la atención/atrae alguien, no voy a flirtear con él (o ella, aunque esto último es parte de una broma generalizada).
Yo me paralizo cuando mis hormonas salen a jugar. Me quedo sin parla, y mira que dicen que soy parlera.
Dicen por ahí que si yo quisiera podría conquistar a cualquiera sólo con mi lengua.
Y yo no lo creo. Si es alguien irrelevante, quizá, pero aquellas personas que para mi son importantes hacen que me quede sin argumentos.
Yo me quedo muda, helada, cuando son mis sentimientos los que afloran a la superficie (los románticos).
Por eso tantos se confunden, creen que es lo opuesto, y yo nunca he dicho algo así.
Siempre he admitido que si me gusta alguien me voy en blanco, no veo por qué se confunden.
No, no es para 'atraer su atención' o para 'desviar su atención del hecho de que me gustan'. Es que no me gustan.
Punto.
¿Que por qué acabé hablando de esto?
Será porque últimamente todos parecen creer que mi parla y mi atención es sinónimo de atracción y me están empezando a reventar la paciencia.
¿Cambio y fuera?
16 sept 2013
Leave out all the rest
Soñé que estaba perdida, tu estabas tan asustado.
Pero nadie escuchaba, a nadie le importaba.
Después de mi sueño, me desperté con miedo.
¿Qué estoy dejando cuando acabe aquí?
...
Así que si me rescatas, quiero que sepas.
...
Y cuando sea hora, por favor, olvida todo lo malo que hay en mi, todos mis errores.
Ayúdame a dejar atrás cualquier razón para ser extrañado.
No te resientas y cuando te sientas vacío,
llévame en tu memoria y saca todo lo demás.
Deja todo lo demás afuera.
...
No tengas miedo,
he vivido mis latidos,
he compartido lo que he hecho.
Soy fuerte en la superficie pero no hacia el fondo.
Jamás he sido perfecta, tampoco tu.
....
Y si vas a rescatarme, debes saber.
...
Cuando sea mi hora, olvida mis errores.
Ayúdame a dejar atrás las razones para que me extrañes.
No me odies, cuando te sientas vacía llévame en tu memoria,
deja afuera todo lo demás.
Olvida todo el dolor que has aprendido a ocultar tan bien,
Pretendiendo que alguien más vendrá a salvarte de ti mismo.
No puedo ser quien eres.
....
Cuando sea mi tiempo, olvida lo malo que he hecho,
ayúdame a dejar atrás cualquier razón para que me extrañes.
No tengas rencores,
cuando te sientas sola, llévame en tu memoria,
deja afuera todo lo demás.
Olvidando todo el dolor que llevas y que has aprendido a ocultar.
Pretendiendo que alguien más vendrá a salvarte de ti misma.
No puedo ser quien eres.
No puedo ser tu.
Letter from a damned. I need you to show up.
We all have a breaking point.We all have someone who brings out the worst in us.We all have someone we don't want to see because makes us be all we don't want to be.Have you imagined how it is to live with such a person?Have you ever thought how it would be dealing with that someone every single day of your life?And it happens that, when you're faced to that breaking point, you can't breathe well, if you're me, at least, you won't even be able to think clearly. Nor you or your abilities would ever be enough to satisfice that person who's your breaking point 'cause the only reason of his life is to break you, to destroy you, so who cares if you try?No one cares if you're about to fall in pieces, they only care if you fullfil their expectations. Let's be honest, you're in this world to be useful not to be happy. I guess.But sometimes you also have a point of rebuilding. Someone who makes you feel complete again, something that fills your heart and soul. Someone who rescues you. I guess I had him, he made me feel alive when I was dying.And then he left. I'm here just waiting for something to be my point of rebuilding again because this situation just keeps getting worse. I'm about to fall in pieces. I need you, I need someone.I don't want to keep carrying everything by myself. So, would you please show up?
I still love you, dear, even if I'm not the one who's going to rebuild your life.
Cariño, la pregunta sale sobrando. Es casi innecesaria.
Claro que he cambiado. Contigo tenía miedo de ser yo, de dejarte ver lo que escondía. Contigo me aterraba no estar a la altura de tus chicas. Ahora eso me vale nada. Ahora es irrelevante. Y no me interesa.
Que si he cambiado, me extraña la pregunta, tu me conocías bien, sabes que tarde o temprano cambiaría.
Me extraña que debas preguntar, solías conocerme como tu propia mano, creías tu.
Claro que he cambiado, tu ya no estás y yo seguí adelante. Esta es una historia con la que ni para recuerdos retrocedo.
Claro que cambié, así como tu dejaste de ser ese alguien que una vez amé.
Y tenemos impulsos, ¿cierto?
Y hay impulsos que, bueno, que son así.
Yo un día dije que tenía ganas de hacer algo físico, que besar contaba como algo físico.
Y también he dicho que me gusta jugar.
Resulta que en uno de esos impulsos que Belle tiene y que deja caer en mi mente como gotas de agua sobre roca, a ella se le ocurrió que sería divertido jugar un poco.
Al final espero que el juego no nos gane.
Total, no hay con quién jugar.
15 sept 2013
Hay días como hoy
Hace cierto tiempo hubo alguien, alguien que dijo que le gustaba eso de que yo tuviese opiniones para todo. Decía que el que fuera tan diferente de lo normal y tan sensible era algo atractivo. Días como hoy me pregunto por qué le permití irse tan fácilmente. Yo sé por que se fue, yo lo permití porque aunque malvada y juguetona, no soy cruel, pero a veces creo que fue una mala idea.
Días como hoy, necesito tanto de alguien que este de mi parte. Alguien que me abrace mientras lloro de ira y frustración. Así como él hoy, cuando entendió que estaba demasiado furiosa y frustrada.
Hay días en los que me pica un bicho curioso, uno que cree que será un buen día y se dedica a hacer eso que nunca hacemos. Y todo para que al final del día el mundo se caiga porque soy incapaz de hacer algo, porque no se me da bien, nada que implique coordinación se me da bien, incluso si quiero hacerlo, si pongo empeño en ello. Y no sé manejar la sensación, es frustrante querer algo y no tenerlo, y que no te permitan lograrlo. Es triste saber que la mayoría te considera en función de si haces bien o no las cosas, de si eres un cerebrito o una oveja negra. Yo quiero ser la oveja negra. Estoy harta de ser el cerebrito. Estuve años callándome los gritos cuando alguien mencionaba mi nombre seguido del epíteto de nerd o de que era la mejor estudiante. Yo amo ser nerd, ser quien soy, si, pero eso no es lo único que soy.
Y el día se va al traste cuando entiendo que quien más tiempo convive conmigo apenas y sabe que odio eso, que soy incapaz de muchas cosas, malas específicamente, pero aun así todo lo ve mal. Cuando después de tanto esfuerzo lo que me dan es un regaño y un grito, una mirada asesina y un gesto serio, eso arruina lo que ya de por si estaba mal.
Y hay días en los que me gustaría que alguien gastase aunque fuera un mínimo de atención en mi, en sacarme una sonrisa, en decirme que le gusto hasta con mis opiniones para todo y mis metidas de pata y mis despistes del carajo y mi jodido genio tan voluble. Alguien que entienda que la ira me hace saltar las lágrimas, que me han condicionado a ser buena en todo y que me aterra no saber hacer algo. Alguien que este un poco más dispuesto a cuidarme que a juzgarme.
Hay días en los que me quedo al borde de las lágrimas y me pregunto qué estará haciendo esa persona que se supone es mi otra mitad pero que aun no es parte de mi vida.
Y hay días como hoy.
14 sept 2013
Yo no suelo creer en mi, casi nunca lo hago, pero siempre creo en ti, todo el tiempo, y esa es una de las certezas en las que se basa mi vida.
Ese es uno de los ejes sobre los que gira mi mundo.
Yo creo en ti, aunque no siempre en mi.
Yo lo dije pensando que de esa forma podría dejar de pensar en sus ojos, sin embargo no había creído que funcionaría. Ahora lo creo, me lo creo todo.
Ahora creo con todo lo que tengo que va a estar bien, que yo estoy bien.
Que le quise en algún momento y que hoy, hoy me quiero a mi y a Belle, hoy somos nosotras.
Hoy la luz brilla, incluso de noche, y amo eso.
13 sept 2013
Siempre sabemos
Es simple, cuando alguien desea quedarse, tu le das miles de razones para ello. Mas si lo que desean es irse, marcharse, no los vas a detener, porque está bien, porque están en su derecho, porque pueden, quieren, les da la gana y no tienen miedo.
No vamos a llenar la vida de alguien que se va, de alguien que quiere irse, porque acabaríamos llenándole de nosotras y eso nos vaciaría.
Pudimos haber llenado su vida, su alma, pudimos haberle dado consuelo. Y nada costó tanto como no hacerlo. Supongo que siempre supimos.
Siempre supimos.
Siempre sabemos.
Siempre escogemos ignorar lo que tan firmemente sabemos.
Siempre nos dejamos a la esperanza.
La esperanza casi nunca cumple.
Cual buenas seguidoras de la vida, de las letras, de los infinitos mundos de un universo interminable, sabemos que en otra vida le veremos nuevamente, quizá esta vez será como debió ser, quizá esta vez no habrá nada, como sea que ocurra, no hay lamentos. Siempre supimos.
Lo malo de siempre saber es que al final no hay culpables, no, porque tu sabías todo y no puedes culpar a alguien de algo que tu sabias que ocurriría. Así acaba, Belle, querida. Y yo sé que lo que tu te preguntas es eso que casi todos me han preguntado alguna vez: '¿Por qué, siendo yo como soy, no tengo alguien a mi lado?'. Es por eso. Porque acabamos prendadas de gente equivocada, de gente que no nos permite llenar sus vidas de letras y arte. Pero bueno, al final, tenernos a nosotras es mejor que nada.
Siempre sabemos.
Siempre supimos.
Espero que no siempre sepamos porque le quita diversión al asunto.
11 sept 2013
Estrés a mil y pocas ganas de nada
¿Te has preguntado por qué condenada razón haces lo que haces día a día, noche tras noche?
Resulta que yo si. Y siempre mando a callar a esa condenadamente inoportuna voz de mi cabeza.
Resulta que no tengo ni una maldita idea de por que rayos hago todo esto.
Sabes, Belle, yo si te escucho. Diariamente, constantemente, y escucho tus gritos. Los siento en la piel. Eres tan mía como lo soy yo de ti y me duele y me quema y me destruye escucharte gemir y llorar en silencio cada que me soy desconocida a mi misma.
Yo sé, mejor que nadie, que este no es mi lugar. No hace falta que me recuerden que por alguna extraña razón estoy aquí, estoy en medio de esto, cuando encajo mejor en ese otro lugar. Yo lo sé.
Resulta que no puedo hacer lo que deseo, lo que amo, por razones que me son ajenas. No me vengan a mi con eso de 'tu único obstáculo eres tu', porque carajo, no soy una isla. Ni aunque quiera puedo ser una isla. Y hay demasiadas cosas que debo tener en cuenta antes de decir que me largo. Antes de decir que todo vale nada, antes de cambiar el color de mi cabello, antes de tatuarme, antes de romperme los huesos con algún deporte extremo, antes de poner pies en polvorosa y largarme a donde pueda ser yo misma sin que me prohíban serlo.
Yo soy así, soy revolucionaria, soy inconformista, soy perfeccionista, soy pacifista y a la vez rebelde. Soy todo eso que no encaja detrás de un escritorio, que no encaja en una oficina. Yo no logro verme a mi misma detrás de un cajón de madera firmando documentos y planeando. Eso no despierta nada dentro de mi. Si, hay aspectos, partes interesantes. Los cómos y por qués, los seres humanos involucrados, siempre me ha gustado la mente humana y su manipulación. La parte de las predicciones del rebaño, la parte de los procesos que se cumplen. Sin embargo a mi los números nunca me han causado nada más que un leve interés, apenas y se me dan medio bien. Mi alma no vive en eso, no en el conjunto completo.
Lo mio es más el arte, más las letras, un todo de arte y letras. Lo mio son emociones, vidas, mundos plasmados en algo tan universal como la respiración. Y si, intento encontrar un motivo para todo esto, para el ser tan cruelmente traidora de mi propia alma, hay uno solo, con nombre y apellido incluido, y no puedo omitirlo. Tengo carcelero/a, por llamarle de cualquier manera, y no sé rebelarme en su contra. Ese deseo eterno de complacerle y de despertar su orgullo puede más que mi amor propio, si es que tengo amor propio.
Esto no es nada más que uno de los muchos episodios en los que acabo preguntándome qué carajo hago aquí, mientras las voces en mi cabeza lloran inconformes con nuestra decisión y destino, y me respondo al tiempo que el único motivo de estar aquí es intentar sobrevivir mientras trabajamos en la casi imposible tarea de hacer feliz a alguien que parece sólo poder ser feliz al criticarnos.
Necesito sacarlo, deshacerme de un poco de la frustración que me produce este estado. Y pensar que aún falta tiempo por cumplir antes de ser libre.
Bueno, buen viaje y buenas noches, iré a cumplir los requisitos que esta condena me impone y a soñar con que estoy en otro mundo, otro tiempo, otra vida, una llena de arte y letras, una que si quiera vivir.
10 sept 2013
Pero las crisis existenciales, esas no sé. Eso de no tener fe en ti mismo es un poco más complicado.
Digo, si fuera tan fácil, no existirían ni Belle ni nadie más.
Conversaciones Interesantes XLIII
- Mierda.
- No vamos a llorar por esto.
- Pero ¿Y si lo único que puedo pensar es que quiero llorar?
- Entonces llora, pero sigue siendo inútil.
- Calma, yo sé que es inútil. Completamente inútil. Y aún así, es lo que quiero hacer.
- Te recuerdo, querida, que siempre has querido las cosas más inconvenientes.
- Gracias, Belle.
- A la orden.
* Ella no capta los sarcasmos, por lo que veo.
** Si los capto, prefiero ignorarlos.
Ella es arte. Ella soy yo.
Ella es la artista.
No, no la escritora, no la literata, ella es artista.
Ella es quien se muere por la belleza, quien sabe que todo es tan hermoso como horrible.
Ella vive por suspiros.
Ella anda en las nubes, flotando casi.
Ella vive por y para la hermosura.
Ella se desvive por los atardeceres, por los amaneceres en climas fríos.
Ella despierta en medio de la noche para ver la luna, para ver las estrellas.
Ella se cae al caminar porque sus ojos están fijos en las nubes y en la luna.
Ella llora porque no cree poder imitar los colores de las mariposas.
Ella se deprime porque le cuesta trabajo definir sus lineas.
Ella rompe las hojas que no quieren dejarla moldearles.
Ella se siente en el cielo en medio de una papelería, de una tienda de arte.
Ella jura solemnemente que un día hará algo digno de mención, algo que conmueva.
Ella despierta aterrada en medio de la noche porque cree que no podrá.
Los colores se sienten, se llevan en la piel, en el alma, eso me dice.
No puedes aprender a fabricar un color, ni una idea, debes dejar que fluya como fluye el río, como cae la lluvia.
A veces desaparece, a veces me abandona y no hace acto de presencia por largos periodos.
Creo que hiberna, es mi explicación para su ausencia, o se deprime, tal vez.
Ella es un impulso eterno, permanente, que ha estado aquí desde antes que muchas otras, casi desde que empezamos.
Ella jugaba a rayar, a imitar formas, patrones.
Ella pierde la atención siguiendo los contornos, no puede evitarlo.
Se le van los ojos ante aquello que es hermoso, ante casi todo, para ella todo tiene belleza.
Ella suspira desde el fondo de su alma cuando el sol empieza a descender por el horizonte, suspira de tristeza, le encantaría perseguir al astro rey, suspira de dicha, la noche tiene un aura tan dulce y misteriosa, suspira de soledad, aunque sea a veces su mejor amiga, suspira de melancolía, la belleza lleva una soledad tan grande.
Y si la vieras cuando la mañana inicia, cuando logra vencer al cansancio y se encuentra con el amanecer. Sus ojos devoran ávidamente la imagen, el paisaje.
Le encantan los aviones, ver las nubes desde su mismo centro es un sueño eterno, una maravilla incomparable.
Persigue arco iris, incluso si nunca deja que aparezcan en sus obras.
Considera la lluvia y los rayos una de esas obras de arte en las que la naturaleza deja toda el alma.
Los bosques son una idea recurrente, un deseo permanente de perderse y encontrarse a si misma en el verde, en el café, en la oscuridad estrellada de una noche silvestre.
La ciudad es la jungla por excelencia. Los paseantes son como esas pequeñas pinceladas que llenan el cuadro de vida.
Todo está en su lugar, todo puede cambiarse de lugar. Ella sabe que hay siempre una forma de embellecerlo todo y que a la vez todo es tan hermoso como puede ser.
Ella entiende lo importante que es sentir un lápiz, un pincel, pintura o tiza o lo que sea, en las manos. Ella comprende la necesidad compulsiva de plasmar en un papel eso que ves, eso que sientes, aunque al final lo resultante sea una imagen sin sentido.
Ella es la que mueve los dedos compulsivamente y se agacha en la calle para recoger una flor.
Ella es la que hace mil imagenes mentales de cómo podría dibujar esto o aquello.
Ella es la que se siente bien con pinturas y tizas en sus manos.
Ella es la que ama el arte.
Ella es artista, ella busca la belleza donde sea, sin importar que sea.
Ella cree firmemente que el mundo puede ser explicado en un trazo.
Ella jura que las almas pueden perderse en el cruce de dos lineas.
Ella confía en la posibilidad de entender el secreto de sus ojos a través de sus lineas.
Ella busca las vetas del iris de los ojos de aquellos que cargan consigo una sombra oscura. La belleza de la oscuridad es algo sublime.
Ella vive en un mundo diferente, en un mundo de colores, de lineas, de pensamientos y posibilidades que pueda plasmar en el papel.
Ella es la artista que siempre he llevado dentro, que siempre lucha por salir, que siempre quiere detenerse y dibujar lo que ve.
Ella es parte de mi, una parte tan vital como yo misma.
Ella es arte y soy yo.
Y es tan sencillo como un hola
Hola.
Así como cuando eras chico y los amigos estaban siempre a la vuelta de la esquina.
Mucho gusto.
Lo decías porque lo sentías, porque incluso lo creías.
Y el nombre podía no importar, te lo juro, tuve muchos mejores amigos de una tarde cuyos nombres nunca supe.
Y la edad era irrelevante, y el color de piel y el dinero. No sabías si tus papas eran buenos o malos, ellos eran superheroes, los villanos más grandes eran tus hermanos mayores, y eran también los héroes más geniales.
Y las preguntas eran honestas, igual que las respuestas, y podías indagar sobre cualquier cosa porque existía una confianza tácita y sencilla.
Y eso es lo que me recuerda esto. Curioso hecho, no muchas cosas consiguen enredarse con mis percepciones infantiles.
Mucho gusto, una persona más, irrelevante y poco interesante, pensé.
Las conversaciones de cortesía no son muy lo mio, pero no se me da bien eso de ser cortante y mala, impulsos de tratar a todos como quiero que me traten, di tu.
Y aparecen con el juego que más me gusta.
Soy una curiosa, entrometida casi, si es que me lo permiten, en lo que a las personas se refiere.
Uno de mis juegos es preguntar, porque preguntando aprendes mucho.
Y hay reglas, otro punto a favor.
Tiene que ser honesto, no se vale esquivar, no hay aplazamientos, no hay repeticiones.
Reglas con las que yo no tengo problema en jugar, reglas que me gustan.
Y jugando te das cuenta que no es extraño eso de que existan almas gemelas (concepto que he robado).
Que es posible que haya otra persona en el mundo que sea tan parecida a ti como tu mismo.
Y es aún más curioso.
Y te recuerda esa época en que los amigos se hacían con la velocidad de un hola.
Cuando lo único que bastaba era estar ahí, aunque técnicamente no esté.
Y se convierte en un juego que esperas con ansias porque no sólo es curioso sino también interesante.
¿Hasta qué punto existen similitudes?
¿Hasta qué profundidad puedes entenderte con alguien que ni siquiera está en el mismo piso térmico?
Y seguimos jugando porque es divertido, porque es interesante, porque también es posible encariñarse con un juego, ahora que también con los jugadores.
Y bueno, seguiré jugando.
Encontrar alguien que sepa jugar con tus reglas, con tus convicciones y con tus ideas no es muy común.
Le sacaré provecho.
Y es tan simple como un hola.
9 sept 2013
6 sept 2013
Match de contradicciones
Match.
Esa es la palabra adecuada, supongo.
La lluvia y el olor a humo, a fuego, they match.
No me preguntes cómo, ni siquiera yo lo sé, aunque hay mucho aún que yo no sé, y sin embargo es así.
Tan así como que la noche sigue al día y como que aunque no las veas, las estrellas siguen ahí.
Siempre las ves, aunque ellas no sean simplemente un punto, son energía, como fuego y lluvia, como sal y azúcar, como humo y brisa. Como una de esas muchas dulces contradicciones de las que la vida está llena y que a la vez pasan tan desapercibidas que crees que no valen la pena.
Generalmente vale todas las penas del mundo el simple hecho de ver esas nubes de humo mientras gotas de lluvia las atraviesan. Es parte del ka. Es parte del orden natural y eterno. Es parte de todo. Lluvia y fuego, tan naturales como ajenos.
Y es poco, si sólo los menciono a ellos. Hay mucho más dentro de la bola de cristal, dentro de este globo con agua. Hay muchos otros leves contrastes, miles de similitudes y diferencias que pasan de largo incluso a observadores expertos. Y las dejamos ir porque queremos, porque no las vemos.
Aspiro hondo, el humo llena mis pulmones, me gusta como se siente.
Extiendo mi mano y las gotas la bañan, hay algo incluso tierno en la sensación.
Es diferente, diferente de todo lo usual. No se parece a la extraña y morbosa repulsión sensual que causa el atisbo de claustrofobia en que te sientes caer en medio de tanta gente. Encerrado entre tantos cuerpos sudorosos y desesperados. En medio de tantos cuerpos sin rumbo, sin valor, sin una mínima curiosidad de mirar a los ojos a quien tienen a su lado. Y todos se menean, todos se bambolean y de dejan llevar mientras el gigante de metal lo diga. Y allá van, a donde les lleve, porque él dirige, no te quepa duda. Y aunque todos lo odian, todos suplican libertad, todos anhelan un algo más que les evite el contacto indeseado, la falta de aire, la omisión del espacio personal, nadie se atreve a pedirlo. Todos temen, todos huyen, nadie dice lo que todos saben. Y es que, al final del día, al día siguiente, casi todos se sienten un poco reconfortados por ese obsceno bamboleo, por ese morboso contacto y esa sucia fricción de cuerpos sudorosos y repugnantes. Esos cuerpos vacíos que andan sin rumbo les recuerdan a ellos mismos, a ese montón de cascaras que tampoco tiene rumbo definido.
Y las pequeñas casualidades, las simples contradicciones se suceden y le dan valor y sentido a algo que probablemente no tenga ninguno en realidad.
5 sept 2013
2 sept 2013
Como había debido ser
Había sido uno de esos días donde cualquier rayo de sol era bienvenido, aún más lo iba a ser el sol al completo. Había sido un día de llanto, de miedo, pero había terminado muy bien. Ahora ella miraba hacia atrás, recordaba, y aunque la imagen era la misma, la veía con otros ojos. Aunque era cierto que el tiempo y la distancia llenaban todo de nostalgia, la nostalgia era ahora algo dulce, algo calmado y un poco sonriente. Ya no sentía un agujero dentro de su echo, ella creía haber olvidado como respirar profundamente pero empezaba a hacerlo de nuevo, ya las noches no dolían. Y los días lluviosos no tenían fantasma. No, ella no iba a pensar que ya todo estaba superado pero estaba empezando, eso si que era claro. Era un inicio, suave como una pequeña pendiente, pero iba subiendo, avanzando, ella lo agradecía. Tenía el presentimiento que la próxima ves que le viera sería como la primera vez, pero esta vez sin magia, sin sol, sin convicciones irrefutables y fatalistas. Esa vez seguro sería como había debido ser en un principio.
Era una cosa viscosa y blanda, algo molesto y perturbador. Contuvo el aliento durante un par de segundos, si vomitaba en ese momento la pasaría muy mal.
Paso dos, listo, pensó.
Ya no le gustaban los malvaviscos, ya no eran tan deliciosos, ya no le provocaban ese deseo compulsivo de comerlos.
Cuando las nauseas remitieron, sonrió.
Era un primer paso muy satisfactorio.
Alguien afuera quería entrar pero no era tan sencillo.
Un día, volvió a escribir.
1 sept 2013
El mejor regalo posible del mundo mundial
Yo amo las letras, amo la tinta, amo todo aquello relacionado a mi arte. Y, como buena amante, también me gusta mantener y obtener instrumentos que me permitan sentirme identificada y hacer mejor lo que amo.
Toda la vida quise algo, creo que es de las cosas que más firmemente he deseado siempre, aunque no lo diga. Desde que vi a Jerry arrojarle tinta a la cara a Tom, cuando tenia unos 6 años, decidí que quería una pluma. Un estilógrafo. Elemento que considero una herramienta de escritura por excelencia. Puede no ser estrictamente necesario, bien, en el sentido de la palabra, pero tiene un algo que lo hace deseable. A veces, no sólo basta con saber hacer algo, debes convencerte a ti mismo y montarte en tu película. Yo me monté en mi nube hace años, cuando entendí que lo que amaba y me llenaba eran las letras, y que eso de coleccionar lápices, lapiceros y cosas por la linea no era algo tan extraño, si teneamos en cuenta que amo escribir, no lo es. Y resulta que siempre quise saber qué se sentiría tener mi propio estilógrafo, tener mi propia pluma, algo como tener el equipo que los escritores suelen tener. Sin motivo especifico, sin una aparente razón de importancia vital, simplemente un 'porque si' y un 'quiero'.
Yo que ustedes, lo compararía con ese amor por las cosas de marca, (creo)(?), o por ciertos accesorios. ¡Hay gente que compra zapatos, yo compro lapiceros!
Ella, mi elefantito, mi conciencia, ha sabido lucirse con el mejor regalo posible. Ella me dio arte. Me dio un sueño cumplido. Ella me regaló un primer sueño de escritora que no había podido cumplir.
Es como si me hubiera regalado un instrumento mágico.
La amo. Yo siempre la he amado, hasta cuando la odio la amo (pero viste) pero es que esta vez se lució con su conocimiento. Ella es de las pocas personas que realmente, realmente me conocen y saben quién soy. Ella conoce mis miedos y fantasmas, a mi misma, creo que mejor de lo que yo misma me conozco. Y amo su regalo. Amo que supiera hacerme feliz. Amo que haya sido ella y no alguien más quien me lo diera.