No se trata de cerrar ciclos, ni de despedirse. Puedes despedirte de algo o alguien cualquier día, incluso si no quieres hacerlo de frente, levantas el teléfono y dices adiós. La ola te arrastra y la insensibilidad es agradable cuando buscas huir de todos. No, no es un cierre de nada. Un ciclo se puede cerrar en un día, una semana, una hora, un mes, veintiocho días como el dichoso ciclo menstrual o trescientos sesenta y cinco como el año, eso no importa, se cierran y ya. Das un portazo para que se entienda claramente que no quieres volver a ello, que para ti ya fue todo, y te vas caminando con la cabeza en alto, o agachada, realmente no importa porque a nadie le importa cómo cierres el ciclo pero que lo cierres. Es tan simple como eso, tan simple como salir a caminar y seguir andando hasta que el camino se acabe o hasta que el cansancio detenga tus pasos. Tan sencillo como eso.
No puedo pretender que signifique algo que no creo, algo en lo que no creo. No creo en los buenos deseos por la fecha o en las promesas de cambio o las ideas de mejora, no creo en los juramentos eternos ni en los susurros quedos. Nada de eso significa nada en un día como hoy. Significan más los gritos, las risas, esos golpes que lanzas a la pared con tus manos desnudas porque consideras mejor que te duela físicamente a tragarte la decepción, la culpa, la rabia, de ser el único incapaz de decidir sobre tu propia vida o ser el único que cree en las falsas promesas o simplemente esperar algo que no pasará. Y podría no ser tan malo, podrías superarlo y pasar por ello sin tantos problemas si todos simplemente se metieran en sus asuntos. Si sacaran sus narices de tus pies y dejaran de usar telescopios cada que apareces porque la más mínima falla en ti compensa todas y cada una de las suyas, quizá de esa forma sería más sencillo. Sería mas tolerable.
Claro que el que inventó el telescopio no pensaba que le darían ese uso, seguro no esperaba que lo utilizaran para apuntar directamente a las cabezas de turco escogidas para la fecha en cuestión dejando salir quien sabe cuantos años de frustración en una sola persona. Porque quien inventó el telescopio seguro habría sabido que una persona normal se quebraría después de un rato de ser objeto de detallada observación. Y no hay forma de explicar eso, no se entiende. No comprenden que las meras palabras bastan para dejar marca. Que los pensamientos dejan huellas muy profundas y que las ideas son malezas que es casi imposible arrancar. ¿O es que alguien ha sobrevivido a sus propios pensamientos? Sobrevivimos a casi todo pero difícilmente a nosotros mismos.
Ser nuestros peores enemigos es tan gratificante como lo es no tener aliados. Y aun así, seguimos siéndolo. Seguimos siendo no nuestros únicos enemigos pero si los mayores porque todos los que tienen telescopios sólo pueden apuntar y si acaso lanzar un puntapié, pero nosotros tenemos micrófonos y antenas que reciben todo sonido o comentario y lo dirigen a la zona de procesamiento donde, por culpa de las fiestas, sólo trabaja una quinta parte del personal, así que todo va menos filtrado cuando pasa al punto más profundo de nuestro ser. Y así se caen las torres, los palacios, los muros. Así se acaban las civilizaciones y los mundos. Así se consumen los universos y las dimensiones.
Y él(tú) ... porque había que volver a él(tí) en algún punto, no se (te) da(s) cuenta de lo mucho que es (te) necesita(do). Y como si fuera poco no logras dejar de darle vueltas una y otra vez, porque es imposible dejar de pensarlo, a lo mucho que habría podido ser diferente todo si tan sólo te hubieras callado y hubieras esperado, si hubieras fingido ignorancia o si hubieses dejado que todo fluyera. El río se secó y las hojas de los arboles se marchitaron pero ni siquiera eso te enseñó a esperar. Y él(tú) sonríe(s) y habla(s) sin ser consciente de lo mucho que alguien sueña con escuchar esas palabras.
Y así sucumbe todo, en una vorágine de pirotecnia y sueños alcoholizados donde no hay forma segura de cruzar un salón, donde la forma más rápida de suicidio es un saludo y donde el aire es irrespirable porque va viciado y sucio con prejuicios que son casi palpables dentro de la pesada atmósfera de una prisión personalizada. Y todos los mundos caen al suelo de la nada porque la gravedad no existe, porque no existe nada que pueda sostenerlos donde están, porque sin él(ti) todo flota en el vacío y el vacío no es eterno.
No es un cierre de ciclo cuando todo se viene al suelo y colapsa sobre ti.
El caos ama los llamados cierres, son fuentes de incertidumbre y de una pérdida tan agonizante que se siente en carnaval.
¿Cómo celebras algo que no significa nada en absoluto?
¿Algo que te recuerda todo en lo que no crees?
¿Cómo?
31 dic 2013
¿Cómo cierras algo en lo que no crees?
30 dic 2013
Es un día más.
Yo no cuento las campanas.
No me como las uvas.
No me pongo ropa amarilla.
No salgo a rondar la cuadra.
Yo me siento, miro al vacío, cuento y espero.
Yo no sonrío ni felicito, no bailo ni salto.
Yo cuento una y otra vez y ruego por que termine pronto.
Ruego por que todo pase.
No significa nada.
Y es que es sólo un día cualquiera, un día más.
Es otro de esos días donde ser yo me trae más criticas que halagos, donde ni siquiera silencios obtengo.
Es uno de esos días que me recuerda lo mucho que ansío marchar y no volver.
Es uno de esos días donde sueño despierta con mayor intensidad.
Es un día cualquiera donde todos fingen una dicha que no sienten.
No tengo expectativas por algo que vendrá, será bueno o malo pero no soy yo quien le dirá qué ser.
No me siento ansiosa por ver qué ocurre, todo pasará.
No me atrae ver a la gente, de qué sirve si no están cuando les necesito.
No, no me atrae en absoluto.
Si empiezo sola y termino sola, por qué he de añorar ese día.
Es un día más. Un día sin ti, un día más sin ti.
Es un día menos, un día menos hasta dejar de pensar en ti.
Es sólo un día.
Tú eres sólo una persona más.
Yo soy sólo una sombra más.
No es nada, sino sombras y luces.
Es un día más, otro de muchos que vendrán.
O no.
27 dic 2013
I know I've been a little lost (Actually, really lost) from this blog but it's just the season, you know?
It's not that I won't ever write again, it's just the feeling I have in this season of the year.
That feeling of emptyness and loneliness and boredom that makes me wish do anything but what I ought to do.
However, I don't want you all to feel abandoned (I talk to my demons), so that's why I write.
See, I still think of him. This time of the year remembers me that's been a year since it and I still can't get over it.
I could say it's because it was love, pure, shocking, thrilling love. But then, how would I look at my reflection in the mirror knowing I had love but let it slip away?
I'm not in good terms with my reflection, though.
So, now I'm just avoiding those awkward moments when I just feel I miss him.
I just need to get over with the feeling of need and love and tenderness.
I'm off.
Have sweet dreams.
14 dic 2013
13 dic 2013
Cambia la radio
Cambió de canal la radio con una mueca, se sentía extraña haciéndolo por ella misma. Odiaba los comerciales. Le parecían la cosa más aburrida y absurda, porque casi nadie los escuchaba realmente, al menos no ella. Suspiró. Al final él si iba a tener razón, ella tenia opiniones para todo.
- Abre la puerta.
Los golpes en la ventana la sorprendieron y abrió la puerta del auto. Él estaba empapado pero a ella le daba igual. Lluvia, nieve, era todo lo mismo cuando lo veías después de un rato.
- ¿Llueve? -le gustaba preguntar primero por la lluvia, aunque fuera sólo una pregunta para hacer conversación, porque así si nevaba la sorprendería.
- ¿Que si llueve? El cielo se viene abajo con nieve. ¿No has visto por la ventana?
Ella negó con la cabeza y volvió a escribir en su mano con el marcador, como llevaba haciendo la ultima hora. Su brazo estaba ahora lleno de tinta e iba por las puntas de sus dedos.
- Uno juraría que al menos tú serías constante. Mirate ahora, escribiendo en tu mano, justo como ....
No escuchó el final de esa frase porque sus manos presionaron con fuerza el claxón del auto. No le interesaba el final de esa o de ninguna frase que se le pareciera. Todo era igual. Casi todos lo sabían y no se metían en sus asuntos. Él se quedó en silencio por un rato. Ella no sabía si por respeto o porque simplemente ya no sabía qué decirle. Siempre era así, él decía algo que no debía decir y ella hacía cualquier cosa por no escuchar.
- Así que ... los chicos dicen que te vas mañana.
Ella ni siquiera levantó la vista de su brazo. Las letras empezaban a superponerse un poco por falta de espacio pero no le preocupaba, ya nadie las leería. Él sabía que ella se iría, ese era sólo otro de sus intentos. No necesitaba asentir pero lo hizo, no quería irse dejándolo con el regusto amargo de no haber logrado una respuesta. Ella no se sentía como para responder, eso era todo. No era culpa de él ni de los chicos.
- Sabes, hace tiempo no te veía escribir.
El marcador se le resbaló entre los dedos sin que pudiera detenerlo. Era cierto. Ella no quería eso, no quería ser capaz de escribir de nuevo. No quería escribir si él no estaba ahí. ¿Significaba que lo había olvidado? ¿Que lo había superado? Pensó un momento, buscando en su pecho el dolor familiar y la sensación de vacío. No, ahí seguían, igual de dolorosos e intensos. Pero estaba escribiendo, eso era innegable.
- No lo había notado -dijo. Porque tenía que decir algo. Porque no podía quedarse callada. Él sabia que no había sarcasmo en su voz, sólo sorpresa, eso era todo.
- Es un buen signo.
Como siempre, no le preguntaba. Ella se preguntó a sí misma si quizá él no estaba ahí para enfurecerla o distraerla y que así ella no pensara en él. Supuso que era posible.
- No es nada.
- Claro que lo es.
- No. No es nada.
Empezaba a perder el control pero no sabía cómo recuperarlo. No podía lidiar con todo ello en ese momento.
- Ya es tiempo.
Perdió el control.
- No. ¡No es tiempo! No puede serlo. No puedo dejar que se vaya. ¡¿Qué no entiendes?! No me queda nada. ¡Nada! -sus gritos se alternaban con sollozos y palabras susurradas. No le quedaba nada.
Él le pasó un brazo por los hombros y la sostuvo contra sí, susurrándole al oído. Era una palabra, sólo una.
- Respira.
Los recuerdos la recorrieron como una ola. Él le decía eso, era él quien la calmaba cuando se alteraba, quien le susurraba al oído mientras la abrazaba. Era él. Pero él no estaba. Y no era culpa de nadie, ni siquiera suya. Él no estaba y quizá ella debía avanzar, seguir hacia adelante, no lo sabía. No quería avanzar, no quería olvidar.
- No tienes que olvidarlo -por primera vez parecía que él la entendía-. Nadie te pide eso. Pero por él, por él, tienes que seguir adelante.
Se deshizo en lágrimas. Sin marcadores, sin lapices, sin excusas. Simplemente ella y el llanto que amenazaba con ahogarla hacía tanto tiempo.
Sabía que dolería, que la mataría casi, pero no esperaba que fuera así. No esperaba despertarse entre pesadillas llamándole, buscándolo donde ya no estaba. No esperaba ser incapaz de ver la lluvia o la nieve o el sol incluso, porque todo le recordaba algo. Una frase, una imagen, algo que compartían y que ya no significaba nada para nadie más que ella.
Sus lágrimas deshicieron la tinta del marcador sobre su brazo y todo se convirtió en un borrón de tinta, igual que sus recuerdos. No recordaba mucho de esa noche, sólo dos palabras: "Lo siento". Sabía que eran suyas. Nadie más que él podría haber escogido esas como sus ultimas palabras. Ella sabía lo que él sentía, así como él sabía lo que ella sentía. También sabia que ella no podría perdonarle esa estupidez, porque eso era. El que él no estuviera con ella en ese momento era una mera estupidez. No debía haber ocurrido de esa forma, no tan pronto.
¿Cómo iba ella a aprender a vivir sin él?
Todas sus memorias anteriores a él habían desaparecido en la esperanza de no tener que volver a ellas. Ahora no era nada más que la cáscara de quien se había quedado atrás.
¿Cómo iba a respirar de nuevo?
Un comercial empezó a sonar en la radio y ella dejó de llorar para cambiar la estación. Una pequeña, diminuta sonrisa apareció en sus labios, esa era su forma de decirle que tenía que seguir. Que ella ahora tenía que cambiar la estación por ella misma porque ya él no podía.
Sin embargo no sabía cómo volver a respirar.
7 dic 2013
I'm losing it.
That one who said important was the intention didn't have any clue of what he was talking about.
That's only something you say so you just don't break the heart of the person whose intention you're talking about.
I guess it was my fault. Because I wanted to look brave, to make you all think I didn't need anyone.
I said I wasn't afraid of nightmares, so when I climbed to your bed scared of my own night dreams you just thought I was doing it to bother you. Because that's just as bad as I am.
And when I fell and hurt myself, you would never come running to give me a 'healer' kiss because I knew better than that and could take care of my own wounds.
and when someone said I just didn't look like anything good or desirable (and desirable as something you would want to be and not as the passionate meaning), you didn't even say a word. You didn't care I was broken because I had always said I didn't care about those stuff but .... what kind of teenager doesn't care about it?
What kind of kid isn't afraid of dark and nightmares?
What kind of kid doesn't want to be kissed when she gets hurt?
And now I'm paying the price.
It all comes with a price.
See?
Now that I want to get closer, the door's shut on my face.
Now that I seriously need something, I can't make the words come out and can't make you listen.
Now I don't have you.
How could I complain? I was so busy trying not to get hurt that I just didn't realize I was letting you out and you weren't trying to get in.
Now you don't know me, my tastes, my preferences or dreams. You just don't know the simplest things about me, which is why you are never fully satisfied with me.
And I start to lose it.
I'm starting to lose my grip on myself and my pieces are not coming back to its place.
I'm being torn and I can't fix myself. Neither can you.
Now I'm realizing you weren't actually trying and I wasn't actually not trying and it all falls.
The sky's falling.
The earth's shaking.
The sea's drying.
I'm dying.
And all I can think of is 'why can't you just stay on my side during what's supposed to be an important date'?
Worse, why can't you just accept me and love me the way I am?
Just like that?
5 dic 2013
3 dic 2013
Besides, I've been listening to their concert and I'm just ecstatic.
I just want to see him. Let him take me to a place only he knows and take my mind off the things I just can't control.
I want to reconcile the violence in your heart.
I want to recognise your beauty's not just a mask.
I want to exorcise the demons from your past.
I want to satisfy the undisclosed desires in your heart.
1 dic 2013
Love somebody
Funny, I guess all girls my age want someone to tell them he loves them, or at least he's interested on them. Right?
Funny, I'm one of those girls. Like I said, 'my' age. But that doesn't actually mean much. I've been my age for a long, long time, and still I don't usually match with the image you could have of those girls.
Truth be told, I don't usually match anywhere.
Honestly speaking, being me makes me feel lost in most of the usual groups of society.
I just don't see it. That's my thing.
So, when I do feel like I fit somewhere, there's this strong feeling of belonging that takes control of me and makes me do all I can possibly do to stay in there.
That's what happened with him.
I realized I felt safe with him, I felt as if I belonged.
Shit happens, though, and it all ended badly.
Now I'm wondering how much longer it would take for me to go back on my feet and try again.
It's specially the part of finding someone I could love and feel like I belong with him.
It's just too complicated.
I guess that's it. I just don't see it and as long as I don't see it, it won't occur.
Last night I had a dream about my Jack and I just want to see him again. I really need to feel like I could love someone, anyone.
29 nov 2013
Si pudiera.
Si pudiera amarte, lo haría.
Con todo y tu cabello largo y desordenado.
Con tu risa macabra.
Con tus ideas crueles.
Con tus juegos descarados.
...
Si pudiera amarte, lo haría.
...
Si pudiera.
28 nov 2013
La luna tampoco es de queso.
El mar no es verde/Azul, no el que yo veo.
El sol quema.
La luna a veces da miedo.
El mar quiere ahogarme.
Y todo lo que quiero es algo de paz,
nadie intentando salvarme,
simplemente yo sin necesidad de ocultarme.
Pido sólo un poco de calma,
un poco de silencio y distancia,
pido no temer a las consecuencias
de ser exactamente lo que soy al final.
27 nov 2013
Yo no.
No sé cuándo empecé a olvidarme del autocontrol o de la respiración automática pero ahora cada inhalación es totalmente consciente y acorde al ritmo que llevo, ese absurdo ritmo que no controlo aunque desee y que me mantiene al borde.
Supongo que mucho no falta para que pierda la cordura.
Quiero respirar normalmente, y sentirme normal, por un poco de tiempo.
Es eso.
Estoy cansada de ser yo.
Decirme lo que yo ya sé, a la cara, cuando viene de alguien que ni siquiera escucha sus propios consejos es doloroso.
Si, él tiene toda la razón del mundo y yo lo amo por eso, pero no quiero oír lo que tiene que decir.
No cuando es lo que yo misma me digo cada noche.
No cuando es lo que me mantiene despierta de noche.
No cuando es eso que aún no logro solucionar.
I can't help myself from hating some people's timing.
26 nov 2013
21 nov 2013
Diminuto.
Tanto que incluso alguien que fue parte importante de mi vida sin saberlo terminó conociendo a una de las personas que estan dentro de mi alma. Curioso.
Como sal que se vierte en la herida al curar.
Y aunque duele aún, aunque me empeñe en pensar que está bien y me equivoque, la idea básica permanece.
Adiós, amor, no vuelvas a tocarme la piel.
Espero que algún día podamos decir que fue algo hermoso y que acabó. Para él acabó, para mi no hizo más que empezar.
Quisiera yo que cuando esto acabe ya no estuviera ahí.
18 nov 2013
Recuerdos
No recuerdo bien como iba, se que decía algo de lo mucho que le quería o sobre lo diferente que era sentirse así.
Nunca recuerdo bien esas cosas, las palabras para mi se vuelven borrosas cuando el tiempo y el desamor pasan por ellas.
Sin embargo no se olvidan algunos detalles, el sentir de una respiración en tu cuello, el rastro de una mordida traidora, las marcas de un par de uñas descuidadas. ¿Quien dice que el decir adiós significa cerrar todo? Al final del día, en ese momento en blanco en el que se supone que se intenta dormir o soñar o lo que sea, los recuerdos son quienes nos atan a la vida, al mundo, quienes nos devuelven ese poco de nosotros para evitar que perdamos todo lo valioso que hemos ganado.
Digamos que en ocasiones son feos, si, duelen asquerosamente, pero no por eso son menos reales, no por eso son menos tuyos.
Así es cuando me encuentro pensando en que esa fue la esquina donde me abrazó por primera vez o que fue allí donde le vi pasar y supe que todo estaba perdido.
No es malo, creo, recordar.
El problema con los recuerdos es que, igual que los besos, crean adicción.
17 nov 2013
Casualidades que existen
Erase una vez (tengo un algo con las historias que simplemente me cuesta superar) un mundo diferente.
Bueno no, erase una vez ellos dos.
Los dos dueños del universo.
Erase una vez un viejo baile que significaba que todo era diferente, que implicaba que todo iba bien. Erase una vez un mundo errado donde todo estaba lleno de aire y polvo.
Existía ese mundo, ese sitio, ese espacio lleno de todo y de nada al tiempo donde las luces y los seres bailaban unos con otros y llenaban todo y la nada.
Erase una vez una calle transitada donde se encontraron dos miradas perdidas. La de él curiosa, interesada, hablando sin hablar e intentando decir algo. La de ella distraída, perdida, intentando escuchar algo de algún modo. Y en medio de todo el cemento, el pavimento, con todas sus grietas y recovecos. En medio de todo, el cemento hirviendo del medio día en el que se encontraron por casualidad.
Ella sentada miraba hacia los transeúntes porque la vista era en ocasiones interesante.
Él caminando miraba al suelo para no enredarse con sus paquetes.
Fue sólo una casualidad que ella estuviera en su campo de visión, que ella entrara en el paisaje que él contemplaba.
Fue sólo una casualidad que ella mirara hacia arriba en ese preciso momento, que ella estuviera escuchando mientras dejaba vagar su mirada por la calle.
Porque las casualidades ocurren y son grandes.
Porque las casualidades no existen y son pequeñas.
Él siguió caminando mientras ella volvía a centrarse en su conversación.
Ninguno de los dos tenía tiempo para pensar en lo que acababan de ver más que en una simple sonrisa lanzada a un desconocido para evitar la incomodidad.
Y como las casualidades son lo que son y la vida es lo que es y las cosas siguen el rumbo que siempre han seguido, el sol siguió subiendo y el trafico se hizo más pesado.
Caminaba con la cabeza baja, observando al chiquillo que llevaba de la mano y que lo miraba con la adoración de los hermanos menores.
Ella seguía en su sitio, conversando y mirando a los caminantes que tan curiosos parecían siempre.
Él fue el primero en mirarla.
Un codazo hizo que ella se diera cuenta que la observaban.
Una tímida sonrisa cruzó de un lado a otro y fue seguida por una mirada sostenida un poco más tiempo del normal.
Él siguió caminando.
Ella no se levantó a indagar.
Él no miro atrás.
Ella volvió a conversar.
Así son los días, esos días en los que los amores para toda la vida se van en medio de la calle porque la sonrisa nunca pasó de ser eso, una sonrisa.
Y como siempre, las casualidades existen sin existir.
15 nov 2013
Notes to self
Please stop flirting with those you think are interesting people. Not everyone understands that flirting not always means you care.
Note to self (deeper self):
Please stop sabotaging yourself. It's just another day of life.
Note to self (Last level of unconsciousness):
Please don't let go that people you know understand that flirting not always means more. They are just the perfect people to go out with and flirt .
If I drown tonight, bring me back to life.
Breathe your breath in me, the only thing that I still believe is in you.
Lo diré de esta forma, para que no suene tan poco atractivo: Siempre es agradable encontrarse con quienes comparten ciertos gustos conmigo.
Pongamos un ejemplo, es original que en vez de simplemente a comer te inviten a una obra de teatro.
El tipo de invitación no importa, amigos, affairs, posibles intereses, qué rayos, invitación es invitación y es atractiva.
Ahora la duda está en que, una vez que me dicen que simplemente vaya como soy, ¿qué faceta de mi será la que saldrá a jugar?
I guess we never really moved on.
It's really good to hear your voice saying my name, it sounds so sweet.
Coming from the lips of an angel hearing those words, it makes me weak.
14 nov 2013
Como si fuera muy sencillo creer en cuentos de hadas a estas alturas.
Lamento mi ausencia (esto no significa que esté todo bien), han ocurrido mil cosas en mi mente y créanme cuando les digo que soy más perjudicial que beneficiosa estos días.
Al final ni siquiera soy capaz de obtener esa liberación de energía a nivel físico que quería (Condenado cuerpo que no entiende que en mi lucha por hacer las paces con él hay cosas que aún no puedo manejar, sus desplantes, por ejemplo).
Tampoco soy capaz de jugar como pensé que podría. Una cosa es saberlo, ser consciente de la idoneidad de un individuo y de lo adecuado que sería. Es diferente intentar. No puedo. Simplemente no hay un clic necesario para que yo quiera siquiera intentarlo.
Seguiré desaparecida, supongo. No soporto mucho estos días, me quiebro rápido pero ni siquiera eso puedo tener.
Cuídense.
Colorín, colorado ...
13 nov 2013
Si quisiera que dejaras algo por mi, probablemente lo pediría.
Y si lo pido, quizá no sea cierto.
Digo yo, una vez que me pierdo por alguien no hay nada que desee cambiar o que desee quitarle.
No dejes nada por mi.
Porque no me comprometo a dejar nada por ti.
10 nov 2013
Así he estado últimamente.
¿El motivo?
Lo sabrá ella, porque nosotras no.
Estamos seguras de dos cosas:
Uno, no se debe a ningún hombre que conozcamos.
Dos, se debe exactamente a algo que no se va a ir tan rápido.
¿Cómo la ven?
No suena agradable.
Estamos bloqueadas, perdidas, desorientadas.
Acabo de terminar un libro/novela policíaca. Me encantó, pero me dejó al final conmigo misma de nuevo.
Esa sensación de no poder respirar lo suficiente y de estarme ahogando.
Y al respirar propongo ser quien ponga el aire,
que al inhalar me traiga el mundo de esta parte.
Y respirar tan fuerte que se rompa el aire,
aunque esta vez si no respiro es por no ahogarme.
5 nov 2013
Teoría N°5. De por qué prefiero un grupo de gente específico y me aburro de otros.
Créanme que lo he pensado, más de una vez me he puesto a pensar en ello, resulta que hay algo diferente en eso. Algo hay en ese haber y no haber, en ese existir y no existir, eso de ser y no ser, que es tan llamativamente agradable.
Es la crueldad, la indiferencia, es ese destello de puro desinterés que a veces es tan obvio lo que hace que prefiera eso sobre todo.
Puro masoquismo.
Abre tus ojos. Sé que tienes miedo de mil cosas.
Sé que no le temes a casi nada.
Saben, a veces no hace falta nada más que el saber que sin importar cuánto tiempo pase, cuantos años o siglos, cuanta gente venga y vaya, esa persona y tu relación con ella seguirá siendo igual.
Así sea un obstinado que se empeñe en que quieres besarlo o que discuta contigo el funcionamiento de la manipulación de la conducta humana o que simplemente te diga que no pretende hacerte daño y por lo tanto no te ve de ninguna otra forma. O una persona que por poco que te vea, sigue sabiendo exactamente qué y cómo te gusta, sin malpensar y haciéndolo también.
Al final es eso lo que prefiero.
No soy fanática de nada que incluya una gran presencia o que requiera demostrar interés.
No pregunten por qué. No hay una herida específica que reclame la culpa.
No puedo culpar a un corazón roto de heridas que no ha causado, aunque haya personas tontas que quieran hacerlo.
No puedo culpar a un orgullo destruido por la incapacidad de decir algunas cosas, no, el amor no siempre tiene la culpa.
Quizá eso me gusta tanto. Ellos saben bien que hay cosas peores que un corazón roto y que este es apenas una mínima parte. Saben que ni de lejos hay un pasado del que hablar, ese término, pasado, supongo que deben referirse a mis vidas anteriores porque en la actual no he vivido lo suficiente para darle esa descripción. Ni siquiera yo hago eso, suena demasiado a un periodo de tiempo más extenso que lo que yo he vivido. No.
Y mi teoría era algo confusa, no he podido aclararla aún, pero creo que es por eso que me agrada la gente complicada, gente que no quiere esperar, gente que no quiere sentarse a entender si tu quieres o no quieres verlos. Me basta conmigo misma, me basta con ser yo quien cumpla ese papel.
Prefiero los extraños, esos exigentes que dicen querer verme y ponen toda su autoridad en el mandato, esos que dicen que no los deje solos y no aceptan mi negativa. Esos que dicen salta, esperando que yo pregunte qué tanto, y sin embargo sabiendo que no lo preguntaré.
Ese es el tipo de persona que me agrada sobre todos.
Claro, excluyo de esta lista a mi gente, a esos que llevan en mi vida el tiempo suficiente para saber cuando puedo aguantarme las lágrimas y cuando es necesario enviar un mensaje que me recuerde que cuento con ellos. De resto, sencillamente no tengo mucha paciencia con ellos. Y dado que vivo de caprichos, tiendo a cambiar como veleta al primer comentario hiriente o fuera de lugar.
Lo he dicho mil veces, no me agradan los sufrimientos innecesarios y no necesito gente que asuma y asuma y que planee y planee conmigo sin siquiera mi aprobación.
Deberían dejar de esperar, digo yo.
Eso de recibir corazones y palabras y mundos en bandejas de plata, no es lo mio. No me gustan los regalos, siempre llevan un precio. No me agradan los poemas, suelen ser poco creíbles. No soporto las canciones, no cuando vuelvo a pensar racionalmente, son de una cursilería imposible.
Prefiero los crueles y los extraños. Prefiero esos que me dicen que me calle cuando hablo de mi y que me dicen que mantenga presente que no son ningún ángel o salvador.
No quiero hablar, no quiero escuchar. No pude dejar pasar una teoría, si, pero no quiero hablar realmente.
Quiero mi burbuja, quiero que sólo los que tienen llaves entren y que el resto mantenga su distancia.
Quiero jugar con gente cruel.
Fin de la teoría.
2 nov 2013
A ver si entiendo:
¿ Soy una maldita perra amargada que nunca quiere hacer nada y que no quiere convivir con ellos?
No me sorprende, es lo mismo de siempre.
No, no me interesa pasar una semana sola y aislada con gente que a la mínima se va en mi contra. No, no quiero hacer nada porque por un puto día pensaba dedicarme a superar el maldito trauma que me gané por salvar a alguien que acaba de desaparecer.
Si, soy una perra amargada, soy lo que veo y, oh sorpresa, no me muestran más que eso.
Que los jodan.
1 nov 2013
Todo un día intentando mantener una objetividad que no sentía.
Se había pasado el día intentando no involucrarse, no comprometerse, no meter los sentimientos en nada porque no sabía qué ocurría con sus sentimientos. Estaba perdida, desequilibrada, al borde de las lágrimas.
Brutal. Esa era la palabra. Así lo describía. Ella, que poco se impresionaba ni con lo bueno ni con lo malo, estaba en ese momento llena de una sensación espesa en sus venas, en su interior, que parecía bombear lentamente a través de su cuerpo.
Asqueroso. No era precisamente lo que había pensado pero era como le parecía la situación, asquerosa en todo sentido. Le repugnaba, incluso sentía ganas de vomitar, al pensar en lo mucho que habían roto sus esquemas.
Deprimente. Ella creía, hasta ese momento había creído, a pies juntillas en la bondad innata de todo. Ella, en ese momento no quería tomar ninguna decisión, empezaba a pensar que se había equivocado tan radicalmente con todo que quizá debía simplemente borrar y empezar otra vez.
Horrible. Quizá era el simple hecho de ver algo tan perturbador, quizá era el haber sentido tal impotencia y soledad, quizá era el haber visto como iba a perderle y no habría podido hacer mucho. Se sentía horrible. Habría podido hacer más.
Agradecida. Ella había aparecido cuando más la necesitaba y eso era más de lo que había esperado. La había acompañado cuando no quería estar sola y eso valía más que cualquier cosa.
Esperanzada. Quería creer que todo no se desmoronaría pero realmente no esperaba mucho. La esperanza no era algo que le gustara, era frágil y fácil de destruir.
Desvelada. Le había tomado toda su fuerza de voluntad obligarse a dormir al menos una hora. Ella se preguntaba, como muchas veces hacía, si es que no habría algo mal que le impedía desligarse de ese tipo de recuerdos.
Aburrida. La misma rutina se repetía día a día y ella simplemente quería alejarse, desvanecerse.
Invisibilidad. Ella la veía y eso bastaba, si, pero ella no estaba ahí todo el tiempo. En los espacios intermedios, cuando ella no estaba cerca, había demasiada invisibilidad y demasiada irrelevancia. A veces le gustaba, otras veces simplemente lo odiaba.
Soledad. No estaba sola, lo sabía, pero no siempre se sentía acompañada. Quizá eso era lo que la hacía tan ella, tan diferente, vivía en dos estados bastante irreconciliables. Y le gustaban, si, pero días como ese ella simplemente no podía más.
Ansiosa. Se mantenía al borde de las lágrimas. Buscaba distracciones y sonidos que la calmaran, que despertaran esa parte de ella que era fuerte y que podía con todo. No quería permitirse derramarlas. Eran espesas, calientes, enormes y dolían. Esas tristes lágrimas que corrían por sus mejillas dejaban marcas donde pasaban y luego le recordaban lo débil que era.
Llevaba todo un día intentando mantener una objetividad que no sentía, que no le nacía, y que le parecía un desperdicio.
Se dedicaba a cazar truenos, relámpagos, lluvias. Se dedicaba a cazar la belleza de pequeñas cosas con el simple fin de no poner su atención en lo que la rodeaba, en lo que había. Los relámpagos la calmaban, la embelesaban, la llenaban de una emoción cálida y buena, creía ella, y eso le gustaba.
Los buscaba ansiosa, casi con desespero, porque ellos iluminaban el cielo que le caía encima y así no era tan malo.
Yo también cazo relámpagos la mayor parte del día, la otra parte escribo sobre ella.
(Fotos tomadas por mi en una bahía de mi ciudad la noche del 31 de octubre (Mi celebración de ese día). ).
31 oct 2013
¿De una sonrisa tímida?
30 oct 2013
Lo que parece hoy, doy un paso y es ya mañana, fallan mis planes mientras se hacen aire las semanas.
Queremos ser mejores, creemos ser mejores, y esta película de acción nos vuelve los actores.
29 oct 2013
Y te jode porque entiendes.
Yo, que odio llorar y que no dejo que mucha gente vea mis lágrimas, me vengo abajo porque entiendo el por qué lo hace y eso hace todo peor.
Entender que alguien simplemente escoja irse por encima de las palabras, de los significados, entender que ni siquiera consideren explicarse, duele.
¿Saben qué es lo peor de algo cuando se acaba? Que se acaba.
Y seguimos mintiendo y decimos 'no te preocupes, yo estaré bien'.
Y todos sabemos que no es cierto. Claro que nadie lo dice, no quieres destruir a quien se va, quieres que pueda irse en paz y rehacerse en cualquier otro sitio.
Sin embargo de noche, cuando le mencionan, es bastante inevitable extrañarle, pensarle, entender que perdiste alguien valioso porque si, porque te malentendieron, porque te ignoraron, porque quisieron irse sin una maldita explicación.
Las lágrimas más amargas, a mi entender, son esas. Las de añoranza, las de sentirte solo porque no hay quien esté cuando grites para darte un abrazo y decir que todo irá bien. Son las del karma, esa bruja malvada (tiene que ser mujer para ser tan cruel) que no deja que vivas sin pagar con sangre cada error.
Amiga.
Que dulce y sencilla suena esa palabra.
Tengo ganas de salir, involucrar alcohol en la ecuación y ver si perder la conciencia me ayuda a dejar de sentir al menos unos segundos.
Lo que más me jode es que yo entiendo y eso no es bueno.
Sé que puedo no ser tan valiosa o importante, soy sumamente reemplazable y me jode.
Duele mucho entender que puedes comprender como alguien ya no te quiere en su vida sin culparle, sin odiarle, sin siquiera querer reclamarle.
Uno entiende que la gente simplemente desee marcharse porque no vales lo suficiente y eso te jode, eso te deja al borde del abismo.
Y, como cuando se busca la forma de salir del abismo no encuentras asidero, no quieres acudir a aquellos que no conoces porque ¿quién necesita que alguien más le rompa el alma?
Te jode, porque después de una vida viendo como todos se van, es casi insoportable perder a alguien más. Te jode porque te deja incapaz de querer a alguien más porque se irá, tarde o temprano.
Te jode porque al final los entiendes, nada duele más que eso.
Vivimos buscando un espacio donde el quiero no sea equivalente a un no debo.
No es sencillo. Queremos cosas distintas, queremos cosas poco usuales. Cosas alternativas.
Recuerdos y recuerdos que me sugerían que de todas formas algún día diré ...
Que irracionales somos los humanos, enamorándonos de aquellos que nos van a dejar atrás.
Y no es por mi, hoy es por ella, por esa vieja amiga que acaba de aprender que el amor duele como no tiene idea.
La anterior fue la entrada 777, ya conocen mi manía con los números repetitivos. En fin, suerte.
28 oct 2013
Conversaciones Interesantes XLVI
- ¿Por qué debería?
+ Porque no respondo de lo que pase. Estamos en público.
- Va, y a mi me debe preocupar eso porque ...
+ Porque nada, es a mi a quien matarían.
- ¿Quién ha hablado de matar?
+ Ese mismo que te ve y te rompe las costillas a abrazos.
- A él no le importa que yo juegue.
+ ¿Conmigo, precisamente?
- Claro, en vos confío.
+ ¿Y si yo no confío en ti?
- ¿No confías en mí?
+ De hecho si pero ...
- Entonces cállate y juega conmigo.
+ No quiero jugar.
- ¿No quieres saber por qué dicen por ahí que mis mordidas duelen?
+ Bueno ...
- ¿No quieres saber si de verdad saben a chocolate?
+ Yo ...
- ¿No te da curiosidad ver si encajamos tan bien como al hablar?
+ Eh ...
- ¿Quieres, entonces, pedirme un taxi para que pueda irme y dejarte en paz?
+ Juega conmigo.
- No, creo que me voy.
+ Juega conmigo, rayos.
- Tu no querías jugar.
+ Sería porque soy idiota. Vamos.
- ¿A dónde vamos?
+ Es lógico. Vamos al sur.
- ¿Y jugarás mi juego?
+ ¿Qué otro puedo jugar?
- ¿Y las consecuencias?
+ Vamos a jugar y ya. No hay más.
- Perfecto.
Sonreía, quería jugar un poco con alguien a quien no le importaran las consecuencias y se encontró un jugador perfecto. Prometía diversión.
Resumen diario
Canté con el alma esa canción que me ayudó a creer que después de él había más.
Hablé con aquellos amigos que te recuerdan lo bueno que es no inhibirse.
Cumplí un viejo deseo.
Me encontré con quien hacía tanto no veía.
Creo que me rompieron dos costillas.
Y prometo sacarme la espina que por juguetona me clavé un día.
Lo sabemos.
Conversaciones Interesantes XLV
- Quiero verle.
+ No puedes.
- ¿Por qué?
Suspiro. Esa pregunta. Había una vez alguien que amaba que ella hiciera esa pregunta. Hoy no.
+ Porque él tiene su propia vida y tu no entras.
- Entiendo.
Sus pucheros se me clavan en el alma.
+ Calma, quizá, como antes, puedas verlo por ahí.
- Si, eso bastaría.
Y ahora es su sonrisa triste la que llena mi vista. Duele, como duele respirar.
26 oct 2013
La historia junto a Rochy.
Lo deje ir.
25 oct 2013
¿Cómo carajo arruinan mi escritura? Pues haciéndolo.
Pues se puede. Punto.
Y la parte mala que llevo dentro se regocija en su crueldad, y la parte buena que tengo está lo suficientemente cabreada por no poder seguir escribiendo como para que no le importe mucho.
Mi lado cruel no se va tan rápido. La furia se va, la rabia, el dolor, la tristeza, todo eso se puede desvanecer en cuestión de horas. ¿Mi crueldad? Esa tarda mucho más, a ella le gusta quedarse y, dado que sale tan pocas veces, es difícil hacerla marchar.
Gracias, jodídamente gracias, acabas de ser la cereza para el peor día de la semana.
Yo no sé dormir estando cabreada, no sé moverme estando furiosa. Carajo, como odio esos comentarios.
Y un cuerno. Al diablo con ello, no, no es solo un desgraciado corazón roto lo que me mueve. ¿Con eso se vive, sabes? Si, te jode, te jode mucho cuando quieres querer de nuevo, cuando quieres intentar algo nuevo, pero se vive. Y carajo, las preguntas que puedan venirme a la mente no tienen nada que ver con toda la porquería de relaciones que haya tenido. Pfff. Como si alguna vez hubiera necesitado una carta blanca. Si tengo curiosidad, pregunto, si me responden, bien, si no, también. Eso no me va a matar.
Era un juego divertido, si, pero hay comentarios que podías mantener de dientes para adentro.
Resumen, estoy cabreada y tengo muchísimas ganas de ser cruel. Pobre mundo que se acerque a mi, no estoy de ánimos para sonreírles bondadosamente.
Gracias, jodidas gracias, acabas de despertar uno de los aspectos que más odio de mi.
Largo.
24 oct 2013
Teoría N° 4 sobre por qué no admito necesitar a alguien
Resulta que la mayoría de esas veces en las que me muero por un abrazo, por alguien que me tome en sus brazos y simplemente se quede en silencio, pasan dos cosas: uno, no hay quien lo haga, dos, esa persona no puede, quiere o tiene tiempo.
Hoy ha sido uno de esos días. Feos días. De esos en los que muero por un abrazo. De esos en los que, contra todo pronóstico, realmente deseo y pido un abrazo.
Hoy fue un día de esos en los que me permito ser débil, admitir que quiero alguien que me abrace. Hoy hice lo que no hago, llamé. Hoy pedí un abrazo a alguien que no apareció, que no estaba, por lo que sea, no pudo estar. ¿Por qué esa persona? Sencillo, es alguien en quien confío, con todo y sus intentos de dañar mi mente. Es alguien a quien quiero lo suficiente como para permitirle ver ese lado necesitado. Es alguien que sé que habrá de estar ahí si yo digo que le necesito. Y claro, yo no dije específicamente necesitarle. Simplemente llamé, simplemente dije querer verle. Horarios crueles, trabajos exigentes.
Hoy me acordé por qué me quedo con un grupo específico de personas a quienes recurrir en estos momentos. Aunque incluso a ellos a veces no les tengo.
El punto es que me gusta mi independencia, me gusta pretender que no necesito a nadie, tengo que hacerlo. Tengo que no necesitar a nadie porque sé que no siempre puedo contar con alguien. Alguien cerca, alguien a mi lado, alguien que me abrace sin que eso signifique nada más que simplemente eso.
Al final del día esa necesidad se reprime, se mete al baúl de desastres donde están las demás necesidades que llevo reprimidas. Aunque claro, durante el tiempo que me toma esto soy incapaz de considerar claramente lo externo, no de la forma usual. No hablo mucho, no como dulces, no canto en voz alta, no intento sacarlo de mi mente. Mientras ese estado de necesidad dura, que no dura mucho porque odio ser débil, soy tan vulnerable como cualquiera, como la que más. No soy rara, no soy diferente, no soy yo. Podría confundirme con la pintura de las paredes sin ningún problema. Soy invisible, como soy pocas veces en la vida, completamente invisible. Y es entonces cuando realmente pido ayuda, cuando digo necesitar algo. Lógicamente, no está a mi alcance.
No me gusta, no lo hago, admitir que necesito de alguien porque duele y rompe y quema saber que incluso estando tan cerca no consigo que alguien responda a esa llamada de ayuda.
23 oct 2013
QUIERO GRITAR. Y romper algo, de paso.
Necesito realmente algo de violencia física. No tengo intenciones de volver a destrozarme la mano pero, quien sabe, eso podría ser útil.
Estoy a punto de tirar la toalla, cosa que sé que no haré pero me gusta amenazar con que si.
No, en este punto el chocolate no me salva, pero gracias de todos modos.
Quiero gritar y romper algo pero no será hoy, lastimosamente.
Los rizos se caen
Los rizos se caen.
Eso lo leí en algún lugar, en algún mundo, en una de mis vidas pasadas. Claro, en una de esas vidas sin él.
Puedo decir, por experiencia propia, que es cierto. Se caen, y no es poco, se caen a montones, enormes y gruesos mechones que van cayendo conforme los mueves.
No exactamente mientras los mueves, eso solo fue una figura literaria que me gustó un poco, pero si mientras vives. Cada que lavo mi cabello, por ejemplo, los veo caer, se me quedan en las manos como se me quedaron las piezas de un viejo juego de ahogados. O como se me quedó el envoltorio de un chocolate que vio su fin en la piel de alguien y en los labios de un segundo. Así se caen. Y no hay mucho que hacer al respecto, no hay mucho por hacer porque ellos igual serán sólo recuerdos. Al cabo de un rato serán solo viejos fantasmas que dejaron el barco antes del final.
A mi no me molesta que caigan, leí un día que ellos también cerraban ciclos e historias y eso es bueno, a mi lo que me aterra es su cantidad, su frecuencia, lo mucho que me impresiona ver como ellos tienen la facilidad de simplemente irse.
Y aun tengo mil planes para ellos, como una vez le dije a un pibe que pasó por mi vida, como le dije a ese par de ojos encantadores, como le dije a un champiñón que perdía las noches por convencerme en darle la oportunidad de llenar mi habitación de hojas secas, como le dije a una creación casi perfecta, como le dije a un viejo amigo y amor, como le digo a cualquiera que signifique algo. Aun tengo mil ideas para ellos y mil planes pendientes. Tengo cambios y revelaciones y hace falta rebelarnos. Y hay mil cosas más, por las que no pueden caer, no deben caer, no quiero que caigan. Hay mucho pendiente, y solo una vieja idea, aun no he terminado con ellos.
Los rizos se caen, abandonan el barco, no así los recuerdos, eso esta claro. Los recuerdos escogen quedarse con tantas ganas como los otros se van. Como si pudiera evitarlo, como si quisiera. No voy a negarles la oportunidad de irse, si pueden escapar antes de pagar el precio que así sea,yo debo pagar. Todo tiene un precio, fue lo primero que aprendí, después de leer y antes de amar. Todo lo que te dan lleva un precio, precios que a mi no me agrada pagar. Por eso ellos caen, para evitar pagar.
Los rizos se caen, se van. Ojala su recuerdo pudiera irse también, incluso si mi risa se va con él.
Someone like you
All those cheesy songs are going to make me sick. I'm heartbroken, I'm not in the mood to listen someone saying words of love or saying things like 'I'll drink the oceans for you'. (Bad translation of a phrase from a book).
All I want is to run away, to go to his door and ask for a hug. Just that, a simple hug, one of those where he used to put his head on top of mine and his arms around my shoulders and stay like that for a while. Just listening to my breathing. Letting me listen to his beats. That's it.
All I want is being capable of seeing him without the knowledge that I'm not over him, that I'd still give everything just for one last kiss. Because I would. I would have sacrificed even my own originality if that could have made him love me. It's never going to happen. And so I see him and keep walking trying not to cry in front of him, trying not to let him see how much I want him, how much I need him, how much I miss those moments when he was the only thing I needed to smile.
Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead.
And I don't believe there could be someone else like him in this whole damn world but I say I do. I can not let them know I'm still dying, I'm still drowning, in a hopeless love.
Nothing compares, no worries or cares, regrets and mistakes, they're memories made. Who would have known how bittersweet this would taste?
I could never get over it, I know it. I'm faced with the fact this might have been my one true love (It feels a lot like it). So get over it. I'm stuck on an one-sided love and it's ok. I wouldn't change this.
There's no one like him. I can deal with it.
I can't love anyone else? I can face it.
I can't make him happy? I burst into tears when I realize of it but I can also face this.
I need to move on? This is what's costing me so much.
Ese juego que no era juego
Habían empezado a jugar un tiempo atrás, si es que era un juego. Así lo veía ella, así lo llamaba, no era otra cosa. Consistía simplemente en acompañarse, en hacerse compañía cada que alguien estaba desocupado.
Era un buen trato, uno de esos que no se mencionan mucho. Era una vista agradable, deseable, y agradecía el extraño evento cósmico que permitía que en su compañía ella no pensara en todo eso que la acosaba. No sabía si a él le representaba algún beneficio, independientemente de la compañía, pero para ella funcionaba.
Y aunque nunca pudo negar que si quería que pasara algo, cualquiera en su sano juicio lo habría querido, no le importaba si nunca pasaba. Era algo sencillo y sin que nadie se involucrara.
Y para ella estaba todo bien, era todo válido, porque al jugar no pensaba en su propio demonio personal y eso era algo que nunca había conseguido, que nunca conseguía, excepto con él. Y claro, la belleza le podía.
En algún momento iba a aburrirse, si, pero aun no llegaba el momento.
Mientras tanto jugaba, ese juego que no era juego, y buscaba mil formas de alargar los momentos y de hacer sonreír a su compañía porque esa sonrisa valía mucho. Desde una lluvia en un balcón hasta un atardecer en una azotea. Era algo que bien valía lo que costaba.
Y la sonrisa con la que se quedaba ella, eso no tenía precio. La sonrisa le quedaba pegada al rostro por largo rato. Sólo con eso, sólo con una conversación donde incluso era ella quien hacía casi todo el trabajo, hablando de todo y de nada mientras él dibujaba o fingía dormir. No le permitía irse, sin embargo, le pedía que se quedara y ella lo hacía.
Claro, sabía que se acabaría un día, pero le gustaba jugar y hacerlo sonreír. Le gustaba conversar y abrazarlo de improviso cuando él no lo esperaba porque su sorpresa era encantadora. Y ella no negaba que le gustase, nunca, pero sabía que nada pasaría ni lo esperaba.
Se daba el lujo de jugar un juego que si le gustaba.
Se daba el lujo de ser ella y que se divirtiera.