Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

29 oct 2013

Y mientras no sea capaz de mirarme al espejo y reconocerme a mi misma como buena, no puedo esperar que alguien más lo haga. Simple. Aunque el que los demás no lo hagan contribuye a que yo tampoco pueda. Curioso.


La anterior fue la entrada 777, ya conocen mi manía con los números repetitivos. En fin, suerte.

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