Pobre pibe, sos tan tú que no puedes ser diferente. Solías ser la razón por la que daba la vida y ahora sos sólo un recuerdo gastado.
Si supieras que al verte yo pensaba en aquella llamada que me había encantado.
Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.
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Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.