Cosas raras con las que sueño

Y se me ocurrió que de pronto no era tan malo eso de que estuviera soñando. De pronto tenía sus ventajas, como el saber que al abrir mis ojos nada sería real, como el saber que no eras tu realmente.

¿Qué pasó?

Fácil, mi malvado subconsciente nuevamente se ensañó contra mi. No, esta vez no me hizo pensar en cosas que perdí, esta vez me causó sueños extraños, demasiado extraños.

Relato mi sueño porque definitivamente no quiero que se me olvide.

No sé qué estaba haciendo, era mi casa, alguien que se parecía a mi madre, llamémosle madre-del-sueño, y un computador.

Al parecer mi madre-del-sueño había entrado a una de mis cuentas en redes sociales y había enviado un mensaje a esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar. Aquí me sale una duda, cómo dio a parar con esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar si esa persona ya no habla conmigo, de hecho hace varios meses dejó de existir en mi universo, no me lo explico. En fin, al parecer su mensaje decía algo sobre qué debía hacer yo para que esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar y yo volviéramos a involucrarnos en las vidas del otro. Aclaro que creo que mi madre-del-sueño lo hizo por tener bases sobre las que reprenderme, porque no sé de dónde infirió la existencia de esa persona.


Esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar respondió al mensaje, al parecer pensando que si provenía de mi, con una gran lista de cosas que nunca hice y que debería haber hecho, rematando al final con la pregunta de si estaba dispuesta o no a hacer todo aquello. (Esto fue de lo más extraño, por que sé muy bien que esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar no quiere que yo siga formando parte de su vida después de lo ocurrido, así como también sabe que yo nunca haría nada de lo que me pidió. Traducción: esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar me extraña). La parte más curiosa aquí es precisamente la sensación que tuve cuando esa-persona-que-no-me-gusta-nombrar respondió el mensaje. No me dolió ni me incomodó, simplemente me entristeció el hecho de que le volvería a romper el corazón, esta vez con menos intención que antes, y no me gustaba la perspectiva de ello.

El sueño continuaba, porque mi madre-del-sueño, después de ver la respuesta de esa persona, se empeñó en castigarme y regañarme por mis acciones, así fue como terminó recurriendo a la violencia física (es el primer sueño que tengo donde alguien realmente me golpea) como supuesta forma de corregirme. Se suponía luego que le comprase unos pasajes aéreos por Internet, sabría Dios a dónde se iba porque yo no, pero yo no lo hice, otro motivo más para ensañarse conmigo. (¿Qué hice? Nada. Sea o no sueño no me atrevo a ponerle mano a alguien parecido a mi madre).

Me desperté antes de saber qué quería decir todo aquello, pero quedé con la duda.

Aun no me decido si los sueños son predicciones del futuro o retratos que hace el subconsciente de nuestros deseos, si es la segunda, no se qué rayos quiso decir mi subconsciente con ello, y si es la primera espero eso no suceda, sería problemático.

Y ya, ya sé que a pocos les interesa esto, pero es que a mi si.  Y esto es sobre lo que me interesa a mi.