Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
25 abr 2012
No me importaba, ni me importa
A mi no me importaba el viejo tatuaje en forma de dragón en la parte baja de su espalda, ni el que tenía forma de tigre sobre sus hombros. No me importaba el corte de navaja que bajaba por su abdomen marcando el centro justo de este, partiendo su ombligo a la mitad. No me importaba el pasado oscuro, las prisiones, las torturas, las lágrimas o la sangre. No me importaba que estuviera pagando una condena que no merecía ni que fuera prisionero de una vida que ni siquiera vivía. No me afectaba que hubiera tanta gente detrás de su cabeza, tantos deseando destruirle y otros miles deseando engrandecerle. No me importaba que él no quisiera que esperase, ni mucho menos que hubiera intentado hasta lo imposible por hacer que me marchara. Era mio. Es mio. No me voy sin aquello que me pertenece, le dije una vez. Ahí acabó todo. Es mio y ahora su única reticencia es respecto a tener que dormir y dejar de observarme por esos momentos.
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