Me quedo conmigo. Me quedo con lo que resta. Me quedo con el vacío, incluso si me atormenta.
Pero te extraño ¡Maldita sea! Como no tienes ni idea.
Repito una y otra vez tus palabras en mi cabeza, parece que no tengo arreglo, y no me interesa.
Simplemente te extraño, niño tonto y rencoroso.
Y tu jamás lo sabrás.
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Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.