Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

18 may 2012

Me levanto cada día con energía, con ganas, con animo. Hasta que, en el momento menos pensado, cuando no lo espero, tu rostro, tu voz o tu aroma, aparecen para acosarme y destruir mi paz.
No es una queja, muñeco, no me duele tanto como debería. Pero tampoco es un halago.
Si vas a seguir acosándome, al menos dígnate a permitirme sentirte.

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