Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Y lo pensé, en uno de mis momentos de lucidez.
¿Qué tengo yo que no tenga otra chica, una a la que puedas querer?
Pensemos un momento.
¿Bien?
Resulta que soy pequeña, torpe, insegura, llena de un infierno de limitaciones y condiciones, llena de mil ideas extrañas.
Que si es lo raro y extraño lo que te gusta, hay muchas personas, mujeres, más extrañas que yo, y más libres, y más lindas, que no lindas, hermosas.
Que si es lo poco usual, hay cosas aún menos comunes y más divertidas, menos complicadas. Menos yo.
Que si es lo loco de mi cabello, los hay mejores, más largos, más rizados, menos rizados, más brillantes y con más vida, más coloridos.
Y en el silencio de la noche, cuando camino sola y pienso en lo mucho que deseo verte, aunque sea unos instantes fugaces, me doy cuenta de lo poco que tengo para ofrecer. Hay tan poco en mi como para atraerte y conservarte que, por mucha esperanza que pueda albergar, no engaño a nadie, no hay posibilidad. Quizá tu lo sabías y yo apenas lo averigüé.
Y mientras pienso en todo lo que dijiste y lo que no, y en todo lo que dije y lo que no, entiendo que no hay algo que yo pueda tener que te sostenga a mi lado, que te mantenga conmigo; y acepto resignada ese hecho tan sencillo.
Entendí que no eres ni serás mio, y todo bien. Pero en cuestiones de corazón no mando yo, así que esto puede tomar un tiempo.
Escribes increible... sigue escribien mas, me he convertido en una lectora empedernida de tus letras... de la forma como te expresas y la sinceridad de tu alma, eres INCREIBLE.
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