Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

21 ago 2013

Oda a la Rosa en el suelo

Era fácil pasar y verla, contrastaba fuertemente con el paisaje, pero también era sencillo ignorarla. Ella estaba ahí, sola, abandonada, dejada a su suerte por algún alma cruel y sádica. O por un alma noble pero descuidada, eso era un poco más aceptable. Sólo un poco. La tierra se adhería a su hermoso vestido, a ese vestido que ni siquiera el más poderoso rey había podido imitar. La luz caía y la evitaba, como si le avergonzara su caída en desgracia. El viento soplaba pero la pasaba de largo, poco interesado en acariciarle. Le habían vuelto la espalda porque había caído de su pedestal ¡Como si hubiera podido evitarlo! No había sido su elección, eso era claro, había sido simplemente el ciclo de la vida. Su vestido tenía una arruga, pequeña, simple, sólo una. Esa que le hizo una mujer al arrancarla de su hogar porque se cortó con una de sus espinas, mujer que luego encontró quien la consolara y cuidara, quien hiciera por ella lo que ella tanto deseaba. Esa era la causa de la arruga en su vestido, no iba más allá, y ella no lo lamentaba. Cierto era que había sido una causa tan noble que no podía menos que amar su arruga.¡Bien, gritó sin voz, arrojénme! Se negó a alisar su vestido o a limpiar el polvo de su ser, se negó a dejar que el frío la venciera o que los animales la asustaran. Se rehusó a dejar de ser ella y a pedir que la levantaran, ella no había caído de la gracia, había encontrado su propia gracia. Era una vieja rosa ya marchita que sacaba sonrisas a quienes pasaban a su lado en la calle. Ella era la gracia. La rosa de rosas. Ella era la sonrisa del sol y la caricia del viento, era la luz de la luna que tomaba forma en la tierra. Ella era la dulzura y la vida que se camuflaban ante los ojos mortales. Ella era la rosa caída que se elevaba sobre el mundo.

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