Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

22 ago 2013

Hoy no había relámpagos, ni truenos, ni nubes de tormenta. Yo no sé si eso me gusta(s) o no. Porque es que (tu) los truenos y los relámpagos, independientemente de lo mucho que los (te) ame por ser fuerza, bestialidad, poder, son cosas que me recuerdan a ti y a nuestras conversaciones. Sin embargo, cuando la noche es clara, (te) pienso y me pregunto si estarás viendo la misma luna que yo (te) veo. 
Es por eso que, a alguien que está enganchado hasta las trancas con alguna droga como lo eres tu (yo), no se le pueden dar esperanzas, por muy leves que sean (no). Acaban como yo (por ti), ahí lindando las lágrimas y las risas, ahí fingiendo fuerza cuando todo está hecho trizas (yo), ahí esperando la más insignificante mirada para hacer de ello un motivo para respirar(te).
Es por eso que no puedo pensarlo, y no hago otra cosa que pensar(te), y querer(te) aunque me mate(s).

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