Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

1 ago 2013

Supongo que soy prescindible

¿Y la diferencia es?
La pregunta es recurrente, bastante común. Siempre vuelve al mismo punto como si no hubiera otro.
¿Por qué conmigo debe ser diferente?
Hay tanta gente que para mi es importante, que vale mucho, y por quienes hago cosas que normalmente por otros no. ¿Entonces por qué para mi no hay reciprocidad?
Casi todos, por no decir todos, encuentran alguien a quien contarle, con quien hablar si yo no estoy o incluso si estoy, y mi presencia es fácil que pase desapercibida. Yo no sé hacer eso, no puedo, no me resulta. Aunque lo intento, mucho lo intento y lo intenté. Entonces descubrí los audífonos, auriculares, como prefieran; el caso es que esas pequeñas visitas han salvado mi cordura muchas veces porque me dan una salida, un escape a mi mundo cuando me vuelvo irrelevante para el mundo normal. Es triste, mucho, pensar que no importa cuando me importe o considere a alguien, esa persona puede simplemente ignorarme cuando le da la gana y olvidarse de mi. Es triste ver como yo debo aconsejar y consolar a todos pero en cuanto yo me deshago en lágrimas, nadie puede servirme de pañuelo, nadie me puede ayudar a escapar. Gracias. Al final del día, cuando creo que nada puede empeorar o cuando creo que no ha sido tan malo como pensaba, resulta que si puede empeorar, que todo puede caerse a pedazos y yo me quedo en medio del caos, gritando en silencio para no incomodar a nadie. Llorando encerrada porque no hay quien escuche o acuda. Dándole mil vueltas a todo antes de dormir, preguntándome una y otra vez si quizá me piensas o si siquiera te preguntas, así como yo lo hago, si soy capaz de dormir por las noches, así como yo me pregunto si aún no puedes recordar tus sueños.
Y golpea, como un martillo, en mi corazón dormido y sangrante, la maldita esperanza y la ilusión. Y duele, duele mucho, demasiado, y todo gira y me da vueltas. No respiro, no puedo, y todo se cae en pedazos. Y no hay nadie, alguien, que pueda volver a unirme en una pieza porque, claro, a nadie le importa. Porque soy irrelevante y prescindible.  Y eso duele, mucho.

5 comentarios:

  1. si te hicieras imprescindible para m... alguien, prometerías no hacer lo que estas palabras evidencian que hacen contigo?

    ResponderBorrar
  2. ¿Y que dices que estas palabras hacen conmigo?
    Y, supongo que si fuera imprescindible para alguien, no me haría daño por consideración a esa persona.

    ResponderBorrar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  4. quiero decir: en esas palabras se evidencian eventos nada agradables que han hecho contigo, he ahí la anterior pregunta: prometerías no hacer lo mismo?

    ResponderBorrar
  5. Quien eres? siento como si una parte de mi se hubiera escapado y escrito este articulo, odio ver como es que no movería un dedo por mi, la ignorancia apenas me ha mantenido cuerdo, ni siquiera se si piense en mi, si me recuerda, odio saber que ni siquiera me necesita, siento que soy prescindible y sin importar cuanto quiera, a nadie le va a importar

    ResponderBorrar

Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.