Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Tengo rabia en el corazón. Veneno en las venas. Basura en la mente. Caos en el alma. Tengo mil deseos de marcharme del único sitio donde debería desear permanecer.
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Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.