Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
16 ago 2012
En ese espacio, el mismo espacio donde escondes tus demonios, donde guardas el odio, donde acaba la ira, pero es lo mismo, da igual. Cuando salga el sol o en una noche distinta, el espacio cambiará, ya no será un sarcófago, será una estrella y entonces el lado oscuro de la luna se vuelve tu vista predilecta. Entonces el cajón se cierra y todas las viejas notas, las navajas y los mechones regresan a su lugar con los peluches y los lazos de colores.
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Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.