Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Notese una cosa: te extraño.
A ti y a tu trompa. A tus patitas de elefante, a tus consejos y tu voz. Te extraño demasiado, como no tienes idea. Quiero saber de ti, saber cómo estás, qué pasa en tu vida, qué ha pasado con tu hígado.
Quiero saber de ti.
Pero parece que últimamente es cada día más complicado conseguirte. ¿O es que ya no sabemos cómo hacer que esto funcione?
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