Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

1 sept 2011

¿Experimento?

Tormentoso caos que disfrutas en la cacofonía de mi mente, dulces encuentros de sensaciones cuyo regusto amargo permanece en mi lengua como rastro indeleble del viejo sabor de tus besos, besos inolvidables, incambiables, inevitables; recuerdos de momentos escritos en la arena y borrados por las insensibles garras del inclemente tiempo. No conocimos la piedad, no conocimos la suerte, no tuvimos la oportunidad de dar vida a las palabras en nuestra mente. Sin embargo el silencio tuvo más fuerza que el tiempo, que el viento, que el fuego que nos consumía por dentro; el silencio que nos unió en una noche sin luna, el silencio que hizo de nosotros no dos almas sino una. El maravilloso silencio en el que probaste mis labios y encontraste un refugio a tu dolor en mis brazos. Ese momento en que nos olvidamos del mundo, olvidamos el ceño adusto que la vida nos dedicaba y nos entregamos al placer oculto con el que la noche nos tentaba. Luego te preguntas por qué no puedo pensar, por qué no logro sentir. ¿Con que sentimientos puedo darle vida a aquellos deseos antiguos o a aquellas palabras enterradas si tu secuestraste todo lo que mi alma cargaba? Fuiste tú quien dejo en el delirio a todas aquellas voces que vivían conmigo, fuiste tu quien le dio la voz a este deseo maldito que siente mi corazón. Y me extraño del caos, ja! cómo he de hacerlo, si este caos que me corroe es la única prueba de tus besos en mi pecho.

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