Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

8 sept 2011

Aun no me he rendido.


Eras inevitable amor, casi como respirar, y tus flechas se clavaron en mi pecho sin darme oportunidad a escapar....
No, aun no he sacrificado mi cordura, aun mantengo a raya la locura, ¡pero convivo con ella! Es mi fiel y única compañera, es la que salta cuando escucha tu voz, es la que pierde el control de los latidos de su corazón cada vez que siente cerca tu respiración. Ella es la traidora que me ha delatado y ha creado ilusiones donde te encuentro a mi lado. El amor, ¿Qué amor? ¿El tuyo o el mio? ¿Esa vieja y eterna causa perdida por la cual hemos cometido locuras que ahora jamás repetirías? Ese ingrato y desasosegado, perdido y aturdido, que no conoce más que el barullo de su propia necesidad, de su propia identidad; ante él libro esta batalla, esta guerra. Es el mi verdugo y el encargado de colocar mis grilletes y llevarme prisionera, es a él a quien debo responder por el cumplimiento de mi condena. Son las promesas que he imaginado las que me condenaron a la incertidumbre, son las palabras que dejaste escritas las que encendieron la llama que me destruye.
No, aun no he perdido, creo que todavía puedo luchar por sobrevivir si no estoy contigo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.