29 nov 2013
Si pudiera.
Si pudiera amarte, lo haría.
Con todo y tu cabello largo y desordenado.
Con tu risa macabra.
Con tus ideas crueles.
Con tus juegos descarados.
...
Si pudiera amarte, lo haría.
...
Si pudiera.
28 nov 2013
La luna tampoco es de queso.
El mar no es verde/Azul, no el que yo veo.
El sol quema.
La luna a veces da miedo.
El mar quiere ahogarme.
Y todo lo que quiero es algo de paz,
nadie intentando salvarme,
simplemente yo sin necesidad de ocultarme.
Pido sólo un poco de calma,
un poco de silencio y distancia,
pido no temer a las consecuencias
de ser exactamente lo que soy al final.
27 nov 2013
Yo no.
No sé cuándo empecé a olvidarme del autocontrol o de la respiración automática pero ahora cada inhalación es totalmente consciente y acorde al ritmo que llevo, ese absurdo ritmo que no controlo aunque desee y que me mantiene al borde.
Supongo que mucho no falta para que pierda la cordura.
Quiero respirar normalmente, y sentirme normal, por un poco de tiempo.
Es eso.
Estoy cansada de ser yo.
Decirme lo que yo ya sé, a la cara, cuando viene de alguien que ni siquiera escucha sus propios consejos es doloroso.
Si, él tiene toda la razón del mundo y yo lo amo por eso, pero no quiero oír lo que tiene que decir.
No cuando es lo que yo misma me digo cada noche.
No cuando es lo que me mantiene despierta de noche.
No cuando es eso que aún no logro solucionar.
I can't help myself from hating some people's timing.
26 nov 2013
21 nov 2013
Diminuto.
Tanto que incluso alguien que fue parte importante de mi vida sin saberlo terminó conociendo a una de las personas que estan dentro de mi alma. Curioso.
Como sal que se vierte en la herida al curar.
Y aunque duele aún, aunque me empeñe en pensar que está bien y me equivoque, la idea básica permanece.
Adiós, amor, no vuelvas a tocarme la piel.
Espero que algún día podamos decir que fue algo hermoso y que acabó. Para él acabó, para mi no hizo más que empezar.
Quisiera yo que cuando esto acabe ya no estuviera ahí.
18 nov 2013
Recuerdos
No recuerdo bien como iba, se que decía algo de lo mucho que le quería o sobre lo diferente que era sentirse así.
Nunca recuerdo bien esas cosas, las palabras para mi se vuelven borrosas cuando el tiempo y el desamor pasan por ellas.
Sin embargo no se olvidan algunos detalles, el sentir de una respiración en tu cuello, el rastro de una mordida traidora, las marcas de un par de uñas descuidadas. ¿Quien dice que el decir adiós significa cerrar todo? Al final del día, en ese momento en blanco en el que se supone que se intenta dormir o soñar o lo que sea, los recuerdos son quienes nos atan a la vida, al mundo, quienes nos devuelven ese poco de nosotros para evitar que perdamos todo lo valioso que hemos ganado.
Digamos que en ocasiones son feos, si, duelen asquerosamente, pero no por eso son menos reales, no por eso son menos tuyos.
Así es cuando me encuentro pensando en que esa fue la esquina donde me abrazó por primera vez o que fue allí donde le vi pasar y supe que todo estaba perdido.
No es malo, creo, recordar.
El problema con los recuerdos es que, igual que los besos, crean adicción.
17 nov 2013
Casualidades que existen
Erase una vez (tengo un algo con las historias que simplemente me cuesta superar) un mundo diferente.
Bueno no, erase una vez ellos dos.
Los dos dueños del universo.
Erase una vez un viejo baile que significaba que todo era diferente, que implicaba que todo iba bien. Erase una vez un mundo errado donde todo estaba lleno de aire y polvo.
Existía ese mundo, ese sitio, ese espacio lleno de todo y de nada al tiempo donde las luces y los seres bailaban unos con otros y llenaban todo y la nada.
Erase una vez una calle transitada donde se encontraron dos miradas perdidas. La de él curiosa, interesada, hablando sin hablar e intentando decir algo. La de ella distraída, perdida, intentando escuchar algo de algún modo. Y en medio de todo el cemento, el pavimento, con todas sus grietas y recovecos. En medio de todo, el cemento hirviendo del medio día en el que se encontraron por casualidad.
Ella sentada miraba hacia los transeúntes porque la vista era en ocasiones interesante.
Él caminando miraba al suelo para no enredarse con sus paquetes.
Fue sólo una casualidad que ella estuviera en su campo de visión, que ella entrara en el paisaje que él contemplaba.
Fue sólo una casualidad que ella mirara hacia arriba en ese preciso momento, que ella estuviera escuchando mientras dejaba vagar su mirada por la calle.
Porque las casualidades ocurren y son grandes.
Porque las casualidades no existen y son pequeñas.
Él siguió caminando mientras ella volvía a centrarse en su conversación.
Ninguno de los dos tenía tiempo para pensar en lo que acababan de ver más que en una simple sonrisa lanzada a un desconocido para evitar la incomodidad.
Y como las casualidades son lo que son y la vida es lo que es y las cosas siguen el rumbo que siempre han seguido, el sol siguió subiendo y el trafico se hizo más pesado.
Caminaba con la cabeza baja, observando al chiquillo que llevaba de la mano y que lo miraba con la adoración de los hermanos menores.
Ella seguía en su sitio, conversando y mirando a los caminantes que tan curiosos parecían siempre.
Él fue el primero en mirarla.
Un codazo hizo que ella se diera cuenta que la observaban.
Una tímida sonrisa cruzó de un lado a otro y fue seguida por una mirada sostenida un poco más tiempo del normal.
Él siguió caminando.
Ella no se levantó a indagar.
Él no miro atrás.
Ella volvió a conversar.
Así son los días, esos días en los que los amores para toda la vida se van en medio de la calle porque la sonrisa nunca pasó de ser eso, una sonrisa.
Y como siempre, las casualidades existen sin existir.
15 nov 2013
Notes to self
Please stop flirting with those you think are interesting people. Not everyone understands that flirting not always means you care.
Note to self (deeper self):
Please stop sabotaging yourself. It's just another day of life.
Note to self (Last level of unconsciousness):
Please don't let go that people you know understand that flirting not always means more. They are just the perfect people to go out with and flirt .
If I drown tonight, bring me back to life.
Breathe your breath in me, the only thing that I still believe is in you.
Lo diré de esta forma, para que no suene tan poco atractivo: Siempre es agradable encontrarse con quienes comparten ciertos gustos conmigo.
Pongamos un ejemplo, es original que en vez de simplemente a comer te inviten a una obra de teatro.
El tipo de invitación no importa, amigos, affairs, posibles intereses, qué rayos, invitación es invitación y es atractiva.
Ahora la duda está en que, una vez que me dicen que simplemente vaya como soy, ¿qué faceta de mi será la que saldrá a jugar?
I guess we never really moved on.
It's really good to hear your voice saying my name, it sounds so sweet.
Coming from the lips of an angel hearing those words, it makes me weak.
14 nov 2013
Como si fuera muy sencillo creer en cuentos de hadas a estas alturas.
Lamento mi ausencia (esto no significa que esté todo bien), han ocurrido mil cosas en mi mente y créanme cuando les digo que soy más perjudicial que beneficiosa estos días.
Al final ni siquiera soy capaz de obtener esa liberación de energía a nivel físico que quería (Condenado cuerpo que no entiende que en mi lucha por hacer las paces con él hay cosas que aún no puedo manejar, sus desplantes, por ejemplo).
Tampoco soy capaz de jugar como pensé que podría. Una cosa es saberlo, ser consciente de la idoneidad de un individuo y de lo adecuado que sería. Es diferente intentar. No puedo. Simplemente no hay un clic necesario para que yo quiera siquiera intentarlo.
Seguiré desaparecida, supongo. No soporto mucho estos días, me quiebro rápido pero ni siquiera eso puedo tener.
Cuídense.
Colorín, colorado ...
13 nov 2013
Si quisiera que dejaras algo por mi, probablemente lo pediría.
Y si lo pido, quizá no sea cierto.
Digo yo, una vez que me pierdo por alguien no hay nada que desee cambiar o que desee quitarle.
No dejes nada por mi.
Porque no me comprometo a dejar nada por ti.
10 nov 2013
Así he estado últimamente.
¿El motivo?
Lo sabrá ella, porque nosotras no.
Estamos seguras de dos cosas:
Uno, no se debe a ningún hombre que conozcamos.
Dos, se debe exactamente a algo que no se va a ir tan rápido.
¿Cómo la ven?
No suena agradable.
Estamos bloqueadas, perdidas, desorientadas.
Acabo de terminar un libro/novela policíaca. Me encantó, pero me dejó al final conmigo misma de nuevo.
Esa sensación de no poder respirar lo suficiente y de estarme ahogando.
Y al respirar propongo ser quien ponga el aire,
que al inhalar me traiga el mundo de esta parte.
Y respirar tan fuerte que se rompa el aire,
aunque esta vez si no respiro es por no ahogarme.
5 nov 2013
Teoría N°5. De por qué prefiero un grupo de gente específico y me aburro de otros.
Créanme que lo he pensado, más de una vez me he puesto a pensar en ello, resulta que hay algo diferente en eso. Algo hay en ese haber y no haber, en ese existir y no existir, eso de ser y no ser, que es tan llamativamente agradable.
Es la crueldad, la indiferencia, es ese destello de puro desinterés que a veces es tan obvio lo que hace que prefiera eso sobre todo.
Puro masoquismo.
Abre tus ojos. Sé que tienes miedo de mil cosas.
Sé que no le temes a casi nada.
Saben, a veces no hace falta nada más que el saber que sin importar cuánto tiempo pase, cuantos años o siglos, cuanta gente venga y vaya, esa persona y tu relación con ella seguirá siendo igual.
Así sea un obstinado que se empeñe en que quieres besarlo o que discuta contigo el funcionamiento de la manipulación de la conducta humana o que simplemente te diga que no pretende hacerte daño y por lo tanto no te ve de ninguna otra forma. O una persona que por poco que te vea, sigue sabiendo exactamente qué y cómo te gusta, sin malpensar y haciéndolo también.
Al final es eso lo que prefiero.
No soy fanática de nada que incluya una gran presencia o que requiera demostrar interés.
No pregunten por qué. No hay una herida específica que reclame la culpa.
No puedo culpar a un corazón roto de heridas que no ha causado, aunque haya personas tontas que quieran hacerlo.
No puedo culpar a un orgullo destruido por la incapacidad de decir algunas cosas, no, el amor no siempre tiene la culpa.
Quizá eso me gusta tanto. Ellos saben bien que hay cosas peores que un corazón roto y que este es apenas una mínima parte. Saben que ni de lejos hay un pasado del que hablar, ese término, pasado, supongo que deben referirse a mis vidas anteriores porque en la actual no he vivido lo suficiente para darle esa descripción. Ni siquiera yo hago eso, suena demasiado a un periodo de tiempo más extenso que lo que yo he vivido. No.
Y mi teoría era algo confusa, no he podido aclararla aún, pero creo que es por eso que me agrada la gente complicada, gente que no quiere esperar, gente que no quiere sentarse a entender si tu quieres o no quieres verlos. Me basta conmigo misma, me basta con ser yo quien cumpla ese papel.
Prefiero los extraños, esos exigentes que dicen querer verme y ponen toda su autoridad en el mandato, esos que dicen que no los deje solos y no aceptan mi negativa. Esos que dicen salta, esperando que yo pregunte qué tanto, y sin embargo sabiendo que no lo preguntaré.
Ese es el tipo de persona que me agrada sobre todos.
Claro, excluyo de esta lista a mi gente, a esos que llevan en mi vida el tiempo suficiente para saber cuando puedo aguantarme las lágrimas y cuando es necesario enviar un mensaje que me recuerde que cuento con ellos. De resto, sencillamente no tengo mucha paciencia con ellos. Y dado que vivo de caprichos, tiendo a cambiar como veleta al primer comentario hiriente o fuera de lugar.
Lo he dicho mil veces, no me agradan los sufrimientos innecesarios y no necesito gente que asuma y asuma y que planee y planee conmigo sin siquiera mi aprobación.
Deberían dejar de esperar, digo yo.
Eso de recibir corazones y palabras y mundos en bandejas de plata, no es lo mio. No me gustan los regalos, siempre llevan un precio. No me agradan los poemas, suelen ser poco creíbles. No soporto las canciones, no cuando vuelvo a pensar racionalmente, son de una cursilería imposible.
Prefiero los crueles y los extraños. Prefiero esos que me dicen que me calle cuando hablo de mi y que me dicen que mantenga presente que no son ningún ángel o salvador.
No quiero hablar, no quiero escuchar. No pude dejar pasar una teoría, si, pero no quiero hablar realmente.
Quiero mi burbuja, quiero que sólo los que tienen llaves entren y que el resto mantenga su distancia.
Quiero jugar con gente cruel.
Fin de la teoría.
2 nov 2013
A ver si entiendo:
¿ Soy una maldita perra amargada que nunca quiere hacer nada y que no quiere convivir con ellos?
No me sorprende, es lo mismo de siempre.
No, no me interesa pasar una semana sola y aislada con gente que a la mínima se va en mi contra. No, no quiero hacer nada porque por un puto día pensaba dedicarme a superar el maldito trauma que me gané por salvar a alguien que acaba de desaparecer.
Si, soy una perra amargada, soy lo que veo y, oh sorpresa, no me muestran más que eso.
Que los jodan.
1 nov 2013
Todo un día intentando mantener una objetividad que no sentía.
Se había pasado el día intentando no involucrarse, no comprometerse, no meter los sentimientos en nada porque no sabía qué ocurría con sus sentimientos. Estaba perdida, desequilibrada, al borde de las lágrimas.
Brutal. Esa era la palabra. Así lo describía. Ella, que poco se impresionaba ni con lo bueno ni con lo malo, estaba en ese momento llena de una sensación espesa en sus venas, en su interior, que parecía bombear lentamente a través de su cuerpo.
Asqueroso. No era precisamente lo que había pensado pero era como le parecía la situación, asquerosa en todo sentido. Le repugnaba, incluso sentía ganas de vomitar, al pensar en lo mucho que habían roto sus esquemas.
Deprimente. Ella creía, hasta ese momento había creído, a pies juntillas en la bondad innata de todo. Ella, en ese momento no quería tomar ninguna decisión, empezaba a pensar que se había equivocado tan radicalmente con todo que quizá debía simplemente borrar y empezar otra vez.
Horrible. Quizá era el simple hecho de ver algo tan perturbador, quizá era el haber sentido tal impotencia y soledad, quizá era el haber visto como iba a perderle y no habría podido hacer mucho. Se sentía horrible. Habría podido hacer más.
Agradecida. Ella había aparecido cuando más la necesitaba y eso era más de lo que había esperado. La había acompañado cuando no quería estar sola y eso valía más que cualquier cosa.
Esperanzada. Quería creer que todo no se desmoronaría pero realmente no esperaba mucho. La esperanza no era algo que le gustara, era frágil y fácil de destruir.
Desvelada. Le había tomado toda su fuerza de voluntad obligarse a dormir al menos una hora. Ella se preguntaba, como muchas veces hacía, si es que no habría algo mal que le impedía desligarse de ese tipo de recuerdos.
Aburrida. La misma rutina se repetía día a día y ella simplemente quería alejarse, desvanecerse.
Invisibilidad. Ella la veía y eso bastaba, si, pero ella no estaba ahí todo el tiempo. En los espacios intermedios, cuando ella no estaba cerca, había demasiada invisibilidad y demasiada irrelevancia. A veces le gustaba, otras veces simplemente lo odiaba.
Soledad. No estaba sola, lo sabía, pero no siempre se sentía acompañada. Quizá eso era lo que la hacía tan ella, tan diferente, vivía en dos estados bastante irreconciliables. Y le gustaban, si, pero días como ese ella simplemente no podía más.
Ansiosa. Se mantenía al borde de las lágrimas. Buscaba distracciones y sonidos que la calmaran, que despertaran esa parte de ella que era fuerte y que podía con todo. No quería permitirse derramarlas. Eran espesas, calientes, enormes y dolían. Esas tristes lágrimas que corrían por sus mejillas dejaban marcas donde pasaban y luego le recordaban lo débil que era.
Llevaba todo un día intentando mantener una objetividad que no sentía, que no le nacía, y que le parecía un desperdicio.
Se dedicaba a cazar truenos, relámpagos, lluvias. Se dedicaba a cazar la belleza de pequeñas cosas con el simple fin de no poner su atención en lo que la rodeaba, en lo que había. Los relámpagos la calmaban, la embelesaban, la llenaban de una emoción cálida y buena, creía ella, y eso le gustaba.
Los buscaba ansiosa, casi con desespero, porque ellos iluminaban el cielo que le caía encima y así no era tan malo.
Yo también cazo relámpagos la mayor parte del día, la otra parte escribo sobre ella.
(Fotos tomadas por mi en una bahía de mi ciudad la noche del 31 de octubre (Mi celebración de ese día). ).