Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Si siempre esta furiosa y esperando a desquitarse, si mantiene un insulto en la punta de la lengua, nunca nada de lo que hago esta bien y subestima todas y cada una de mis capacidades, yo no puedo menos que permanecer a la defensiva. Nada es tan mierda como vivir queriendo irte del sitio al que tienes que regresar cada día. Nunca quiero irme tanto de un lugar como cuando estoy aquí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.