Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

10 feb 2012

He dicho.

Y entonces apareciste. Te paraste frente a mi como el más grande descarado. Rogaste un beso como rogaria un condenado. Me ataste a ti con el susurro de tus manos, cómo te hago ver que me siento utilizada, que me siento sucia, nadando en la ignorancia. Cómo concebiste la idea de jugar con mi inocencia, de moverme a tu antojo como una marioneta. Cómo explicas el odio que siento hacia tu recuerdo, yo confiaba en ti y ahora no lo quiero. Calma, no voy a llorar, no me voy a lamentar, ni siquiera planeo reprocharte. Solo espero y quiero que entiendas que, en lo concerniente a mi, no eres ni serás nadie.

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