Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Es algo ... Ocurre casi sin falta cada noche. Te extraño, pienso en ti, y siento el vacío dentro de mi crecer un poco más. Y por las mañanas lo entierro y reniego de su existencia, no sea que tu dejes de sonreír.
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Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.