Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
Creo que es injusto. De tantas personas en el mundo, la única que no conoce tu amabilidad, tu comprensión, lo bueno que tienes, soy yo. Yo soy la que llora frente a ti y es considerada una niña idiota. Y todavía me acerco mas, trato aun más, porque de tan imbécil que soy sigo pensando que un día podría llegar a creerte, que tu podrías creerte, cuando dijeras que sientes orgullo de mi.
Te aseguro, por mis letras, por mi tinta, por mis palabras, que nada quiero más en el mundo que creerte. Y nada puedo menos.
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