Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

10 abr 2013

A la misma noche se le puede olvidar su manto de oscuridad cuando el sol la deslumbra. 
Al sol más brillante le puede gustar la fría oscuridad que lleva la dulce luna. 
Sí el sol y la luna bailan tan dulcemente, ¿qué se necesita para que yo baile a tu lado?

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