No puedo. Esta vez no puedo numerar los días. Creo que me enloqueceria.
Digamos mejor que empezó todo el día A.
Día A: Me caí a un pozo dorado. No hay más definición. Me presentaron un verbo conjugado que capturó mi mirada y mi atención.
Día B: Una petición se me quedo atorada en la boca. Todo lo que pudiera querer decir fue opacado por una conversación tan larga como la noche.
Día C: Me di cuenta de un hecho importante, me gustaba.
Día D: Hizo algo hermoso, algo que para mi fue sumamente significativo.
Día E: Apareció cuando no lo esperaba, aunque deseaba con todas mis fuerzas, y trajo chocolate consigo. Día de la primera mordida.
Día F: De aquí puedo sacar más de un día, más de una ocasión. Mordidas y chocolate, cosa que pensarías que era obvio, pero no.
Día G: Cumplí años. Apareció. Eso fue suficiente.
Día H: Una pelicula que resultó mejor y peor de lo que esperaba. Creo que nunca he puesto tan poca atención.
Día I: Me exasperé.
Al final nunca terminé la cuenta.. Los días se persiguieron unos a otros y tuve lo que deseaba por unos segundos, unos cuantos días, hasta que descubrí que no era suficiente. Que yo no era suficiente,claro, porque para mí nada podía ser mejor. Ahí fue donde llegué al dia Z, aunque si soy fiel a la numeración/abecidificación, debería ser el día ZZZ, igual que en Excel.
Total, fue simplemente un sueño. Hermoso sueño que fue tan efímero como doloroso. Y aún, aunque no lo creas, cuento los días.
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