Llegó tu plato.
Fue justo lo que pediste, ese mismo día hace ya tanto.
El mio no llega, ni llegará.
Yo no quiero comerlo contigo,
no quiero sentarme a tu mesa.
A mi me basta con esto.
Bueno, me bastaba.
Porque ya no existe nada a lo que llamar esto.
Y esta bien.
Todo esta bien.
Tu tienes tu droga,
tu tienes tu vida,
yo tengo un recuerdo viejo,
tengo nada y mil estrellas.
Tengo un absurdo sentimiento,
tengo un terco deseo,
tengo unas irrefrenables ganas de probarte,
pero ya ves, me contengo.
Como un preso,
como en un régimen.
Ya no como junto a ti porque,
precisamente,
estoy a dieta de ti.
Demoledor...
ResponderBorrarA veces creo que es bien sensato ponerse a dieta de alguién, sobrtodo siempre que su nutrición nos es tóxica.
Lo que claro, que sea tóxica no implica que no nos agrade, somos complicados los humanos..
;)
Es muy cierto. Cosa curiosa somos los seres humanos, que muy a menudo preferimos lo que nos hace daño que lo que nos hace bien.
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