Oh, vamos. Que merece la pena el esfuerzo.
En primer lugar, infierno y condenación, como me gusta morder. Y ser mordida también, que eso no puedo negarlo.
Segundo, eso de necesitar ayuda ajena, bueno, no digo que sea malo, pero si me atacan indiscriminadamente y de forma tan obvia, claramente me rebelaré.
Tercero, no se para qué me molesto, sigo sin tener nada claro, ni siquiera mi propio caos.
Pero hay algo que si sé. Que me gustaría haber vivido en esa vieja época donde cortejaban a las mujeres y donde el romance era algo normal. No tengo nada en contra de esta época, excepto lo olvidado que tienen el concepto de romance pre-sexo. Si, que todo ahora es querer llevarse cualquier cosa que se mueva a la cama y bueno, por divertido y todo, a mi me gusta ser un poco "acaramelada" antes incluso de regalarle un beso a cualquier baboso. Bah, no todos son babosos, pero si conozco demasiados.
En fin, no cuesta mucho invitarme a cenar, llevarme al cine, a jugar bolos, a montar en bicicleta o incluso a conocer a su familia o a una tarde de películas donde él cocine. Estoy casi cien por ciento segura de que no es tan complicado.
Y si, dime tonta romántica, pero espero que el primer beso tenga algo de especial, algo de romance, algo de magia. Que eso de que sea por la fuerza es tedioso.
Por eso, y hasta nuevo aviso, me niego rotundamente a vivir sin mi dosis de romance. ¿Quieres un beso? Ganatelo. Convénceme, róbamelo, pero por favor hazlo de forma linda para que sea un recuerdo grato y digno de rememorar.
Así que, queridos, o aprenden a conquistarme o dan la vuelta y regresan por donde vinieron, que al fin y al cabo no estoy desesperada por perder la razón.
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