Aquí estamos. Si soy honesta, se supone que deberíamos estar trabajando en un ensayo o yo no sé qué cosa sobre intereses y eso. Pero, como siempre, la procrastinación rige mis actos. Si, yo se, yo se, no debería ser así pero que rayos, no es mucho lo que pueda crear cuando mi mente se niega a dejarle en paz.
Sigo pensando en él, cada día más que el anterior y me preocupa. Me preocupa enormemente. Sigo esperando una señal, una palabra, un gesto, algo. Lo que sea pero algo. Algo que me diga que no soy la única ilusa, algo para saber que todo esto no es un juego tonto del que soy presa. Y todo pasa, como decía Heráclito, todo fluye. Y la yo de hoy no es la misma que la de hace un tiempo, pero la yo de hace un tiempo no sabía de ti, no te conocía, y eso nos hacía las cosas más sencillas.
Nosotras nos preguntamos cuál es la parte más difícil de todo esto. Si el que me causes tal desastre interno o el que no lo sepas o pretendas no saberlo. Una cosa es que tu no lo sepas, que inintencionadamente seas causa de este enorme caos y confusión que rige mi reino. Otra cosa, y algo totalmente diferente, es el que lo sepas y elijas ignorarlo. Y yo no sé cual es mejor, no sé con cuál puedo vivir mejor. Porque la primera mata mi esperanza y me deja en evidencia, y la segunda hace lo mismo además de también aplastar mi orgullo.
Y aqui estamos, ya lidiando con el sueño, esperando una palabra para que esto sea algo bueno.
P.D. Me gusta la sensación de tu cabello en mis dedos. Es reconfortante, si, esa sería la palabra. Después del abandono de mis musas, tener tu cabello en mis manos fue algo que me trajo calma. ¿Puedo hacerlo de nuevo?
Mandalé un mechoncito de tu cabello no seas malo, total enseguida te vuelve a crecer.
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