Si, me pasa. A vos te pasa también. No nos soportamos y eso no es sorpresa. ¿Ah, que para ti si lo es? Eso es porque jamás te escuchas, o me escuchas a mi de paso.
Y que les den, que les den a todos esos idiotas que dicen que me conoces o que me entiendes. Tu no entiendes ni siquiera la más grande estupidez que he cometido, y eso que esa precisamente ha sido buscar tu aceptación, tu no sabes nada de nada. Tu no sabes más que de ti y de lo que piensas. De ti y de lo poco que valgo a tus ojos. De ti y de mi supuesta actitud defensiva ante ti. Claro, qué más puedes esperar si todo lo que hago recibe un golpe.
- Olvídate, olvídate de todo. Olvídate de que ella te odia, nos odia. Márchate y listo. Lárgate de acá y todo arreglado.
- Pero claro, ahi vas tu, Belle, siempre tan sencillo todo. Que si pudiera me iría. No miraría atrás.
- ¿Y qué te detiene? ¿Ella? A ella no puede sino enfurecerle cualquier cosa que quieras hacer por tu cuenta.
- Callate, Belle. Solo callate. Déjame pensar. Déjame pensar... No, que mierda. Sigue hablando.
- Es como te decia, ¿ves que tu y yo nos entendemos?
- Claro, idiota. Vos sos la yo que no puedo sacar ante nadie porque todos odiarían ver que no soy lo que quieren.
- Por eso. Ante ella mucho menos puedo salir. Pero tu me quieres.
- Esto es una babosada. Te quiero. Punto. Eres yo. Eres lo que soy. Eres el maldito monstruo/demonio que llevo por dentro pero que no puedo sacar y que me ahoga a veces.
- En fin. Déjate de sentimentalismos. Como te venía diciendo... Deberíamos marcharnos.
- Sabes que nos iremos.
- Pero ya. Deberías hacerlo. ¿Por qué él si puede y tu no? ¿Por qué él no paga las consecuencias de lo que hace y tu si?
- Porque... porque... ¡no sé! Eso es ser cruel. Sabes bien que nunca hemos sabido.
- Entonces no tienes qué lamentar. Sal uno de estos días, apaga el celular, no le digas a nadie y listo.
- ¿Y dónde viviría?
- No te irías por siempre. Solo un día, solo lo suficiente como para sacarte un poco de veneno porque, chica, aquí adentro pareces un cobra.
- ¿Le das la razón?
- No, maldita sea, no. Ella no tiene idea. Pero tu bien sabes que te estás muriendo y que estás rozando demasiado cerca del sol.
- Rayamos el sol. Que hilarante.
- Oh, perfecto. Ya perdiste la chaveta.
- No. Solo pensaba. Sabes bien que no me gusta tener que racionalizar todo. Eso es y listo. Como con el corcho.
- Si, como con el corcho.
- Eres útil, sabes.
- ¿Gracias?
- Ya en serio. Esto de poder hablar con alguien que me conoce, incluso si solo eres mi conciencia o un invento mio, es bueno. Ayuda mucho.
- Yo sé. Por algo existo. Tu me necesitabas.
- Y no sabes cuan desesperadamente.
Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.
31 jul 2012
30 jul 2012
Llegó tu plato.
Fue justo lo que pediste, ese mismo día hace ya tanto.
El mio no llega, ni llegará.
Yo no quiero comerlo contigo,
no quiero sentarme a tu mesa.
A mi me basta con esto.
Bueno, me bastaba.
Porque ya no existe nada a lo que llamar esto.
Y esta bien.
Todo esta bien.
Tu tienes tu droga,
tu tienes tu vida,
yo tengo un recuerdo viejo,
tengo nada y mil estrellas.
Tengo un absurdo sentimiento,
tengo un terco deseo,
tengo unas irrefrenables ganas de probarte,
pero ya ves, me contengo.
Como un preso,
como en un régimen.
Ya no como junto a ti porque,
precisamente,
estoy a dieta de ti.
Fue justo lo que pediste, ese mismo día hace ya tanto.
El mio no llega, ni llegará.
Yo no quiero comerlo contigo,
no quiero sentarme a tu mesa.
A mi me basta con esto.
Bueno, me bastaba.
Porque ya no existe nada a lo que llamar esto.
Y esta bien.
Todo esta bien.
Tu tienes tu droga,
tu tienes tu vida,
yo tengo un recuerdo viejo,
tengo nada y mil estrellas.
Tengo un absurdo sentimiento,
tengo un terco deseo,
tengo unas irrefrenables ganas de probarte,
pero ya ves, me contengo.
Como un preso,
como en un régimen.
Ya no como junto a ti porque,
precisamente,
estoy a dieta de ti.
Tuyo. Mio.
Es tuyo.
Todo. Nada.
El vacío y la soledad que me invade.
Son tuyos y de tu ausencia.
Pertenecen al viejo,
al oxidado,
al condenado,
tiempo.
Eso nos falta
y eso nos sobra.
Eso te hace gritarle al sol,
te hace llorarle a la luna,
eso que te hace desgarrar las venas de mi corazón.
Mi maldito corazón.
No importa, nunca importa.
Yo soy el payaso,
el bufón,
tu propio juguete personal
y eso esta bien.
Está bien, nena,
porque me gusta serlo.
A mi alma,
si es que tengo,
le gusta el dolor que causas.
Es algo valido,
este juego no lleva reglas,
esas fueron las clausulas de mi condena,
y yo acepto perder.
Como siempre,
pierdo y gano,
como siempre,
te veo.
Porque es tuya,
mi voz,
mi alma,
mis fuerzas,
son tuyas,
soy tu paladín.
Porque todo,
incluso lo podrido,
es tuyo.
Y aunque tuyo
también es mio.
Todo. Nada.
El vacío y la soledad que me invade.
Son tuyos y de tu ausencia.
Pertenecen al viejo,
al oxidado,
al condenado,
tiempo.
Eso nos falta
y eso nos sobra.
Eso te hace gritarle al sol,
te hace llorarle a la luna,
eso que te hace desgarrar las venas de mi corazón.
Mi maldito corazón.
No importa, nunca importa.
Yo soy el payaso,
el bufón,
tu propio juguete personal
y eso esta bien.
Está bien, nena,
porque me gusta serlo.
A mi alma,
si es que tengo,
le gusta el dolor que causas.
Es algo valido,
este juego no lleva reglas,
esas fueron las clausulas de mi condena,
y yo acepto perder.
Como siempre,
pierdo y gano,
como siempre,
te veo.
Porque es tuya,
mi voz,
mi alma,
mis fuerzas,
son tuyas,
soy tu paladín.
Porque todo,
incluso lo podrido,
es tuyo.
Y aunque tuyo
también es mio.
26 jul 2012
¡Somos unas genias!
Si, eso me gritó Belle harán unos cuantos segundos. Pero tiene razón, lo somos. Somos unas magnificas idiotas. Y todo porque nos acabó importando demasiado alguien a quien parece que no le importamos mucho. Todo iría bien si no fuera porque queremos importarle, queremos más, mucho más.
Y somos realmente geniales.
Eso es todo.
P.D. Entiéndase por "geniales" todo lo opuesto. Es decir, somos unas idiotas.
Si, eso me gritó Belle harán unos cuantos segundos. Pero tiene razón, lo somos. Somos unas magnificas idiotas. Y todo porque nos acabó importando demasiado alguien a quien parece que no le importamos mucho. Todo iría bien si no fuera porque queremos importarle, queremos más, mucho más.
Y somos realmente geniales.
Eso es todo.
P.D. Entiéndase por "geniales" todo lo opuesto. Es decir, somos unas idiotas.
20 jul 2012
Hoy hace un año
Me interrumpo en mi labor (si, yo estudio. De hecho ahora mismo estoy enormemente ocupada pero esto es necesario) porque algo vino a mi mente.
Si, hoy se cumple un año.
Hoy, exactamente en una o dos horas, se cumplirá un año de la última vez que me quebré total y completamente. No es algo que me enorgullezca, las ideas que surgieron en mi esa vez no se han marchado, si acaso se arraigan aún más, sin embargo no puedo evitar recordarlo.
No puedo evitarlo, mi piel cicatriza fácil, mi alma no tanto.
Y mi alma tiene marcas tan profundas que no logro verlas todas, que no logro saber hasta donde van. Que me asustan, que me aterran, que me paralizan y me mueven. Que me impulsan y me detienen.
Esto es todo, solo quería hacerle saber a esa yo que se perdió hoy hace un año, que pienso en ella, que la recuerdo, y que aunque nunca más podamos ser las mismas, al menos seguiremos siendo nosotras.
Cambio y fuera.
Seguiré con mis intereses.
Ups, creo que me hice bolita.
Y eso es lo que resulta de mi paso por el mundo.
Un muro con mi nombre en él.
Una hebra de mi cabello que escapa adivinando el caos venidero.
Unas cuantas palabras sin sentido lanzadas a un muro sin sentimientos.
Un par de lágrimas vertidas por las personas equivocadas.
Unas cuantas cartas por quemar.
Un beso que no me han dado.
Un amor que no he sentido.
Y un sueño que aún no es mio.
Un muro con mi nombre en él.
Una hebra de mi cabello que escapa adivinando el caos venidero.
Unas cuantas palabras sin sentido lanzadas a un muro sin sentimientos.
Un par de lágrimas vertidas por las personas equivocadas.
Unas cuantas cartas por quemar.
Un beso que no me han dado.
Un amor que no he sentido.
Y un sueño que aún no es mio.
19 jul 2012
Aquí estamos. Si soy honesta, se supone que deberíamos estar trabajando en un ensayo o yo no sé qué cosa sobre intereses y eso. Pero, como siempre, la procrastinación rige mis actos. Si, yo se, yo se, no debería ser así pero que rayos, no es mucho lo que pueda crear cuando mi mente se niega a dejarle en paz.
Sigo pensando en él, cada día más que el anterior y me preocupa. Me preocupa enormemente. Sigo esperando una señal, una palabra, un gesto, algo. Lo que sea pero algo. Algo que me diga que no soy la única ilusa, algo para saber que todo esto no es un juego tonto del que soy presa. Y todo pasa, como decía Heráclito, todo fluye. Y la yo de hoy no es la misma que la de hace un tiempo, pero la yo de hace un tiempo no sabía de ti, no te conocía, y eso nos hacía las cosas más sencillas.
Nosotras nos preguntamos cuál es la parte más difícil de todo esto. Si el que me causes tal desastre interno o el que no lo sepas o pretendas no saberlo. Una cosa es que tu no lo sepas, que inintencionadamente seas causa de este enorme caos y confusión que rige mi reino. Otra cosa, y algo totalmente diferente, es el que lo sepas y elijas ignorarlo. Y yo no sé cual es mejor, no sé con cuál puedo vivir mejor. Porque la primera mata mi esperanza y me deja en evidencia, y la segunda hace lo mismo además de también aplastar mi orgullo.
Y aqui estamos, ya lidiando con el sueño, esperando una palabra para que esto sea algo bueno.
P.D. Me gusta la sensación de tu cabello en mis dedos. Es reconfortante, si, esa sería la palabra. Después del abandono de mis musas, tener tu cabello en mis manos fue algo que me trajo calma. ¿Puedo hacerlo de nuevo?
Sigo pensando en él, cada día más que el anterior y me preocupa. Me preocupa enormemente. Sigo esperando una señal, una palabra, un gesto, algo. Lo que sea pero algo. Algo que me diga que no soy la única ilusa, algo para saber que todo esto no es un juego tonto del que soy presa. Y todo pasa, como decía Heráclito, todo fluye. Y la yo de hoy no es la misma que la de hace un tiempo, pero la yo de hace un tiempo no sabía de ti, no te conocía, y eso nos hacía las cosas más sencillas.
Nosotras nos preguntamos cuál es la parte más difícil de todo esto. Si el que me causes tal desastre interno o el que no lo sepas o pretendas no saberlo. Una cosa es que tu no lo sepas, que inintencionadamente seas causa de este enorme caos y confusión que rige mi reino. Otra cosa, y algo totalmente diferente, es el que lo sepas y elijas ignorarlo. Y yo no sé cual es mejor, no sé con cuál puedo vivir mejor. Porque la primera mata mi esperanza y me deja en evidencia, y la segunda hace lo mismo además de también aplastar mi orgullo.
Y aqui estamos, ya lidiando con el sueño, esperando una palabra para que esto sea algo bueno.
P.D. Me gusta la sensación de tu cabello en mis dedos. Es reconfortante, si, esa sería la palabra. Después del abandono de mis musas, tener tu cabello en mis manos fue algo que me trajo calma. ¿Puedo hacerlo de nuevo?
...
No se que tiene el color de tus ojos que me hace perder el control y me provoca a devorar tus palabras y tu aliento.
18 jul 2012
14 jul 2012
Que no es obvio?
No. Mi problema no es con la vida real, ella y yo nos la llevamos bien. Pero esto, esto difícilmente puede ser llamado vida. Menos aún si todo el tiempo voy a estar tratando en vano de complacerte. No, esto definitivamente no puedo llamarlo vida.
12 jul 2012
Y aquí vamos de nuevo. Pensé que habíamos terminado con esto, pero no.
Quiero que te quede claro: Yo soy una buena persona.
¡Soy una maldita buena persona!
No podría hacer algo malo ni aunque quisiera, y créeme que muchísimas veces lo he querido. Incluso he intentado hacerlo, no, no me enorgullece, pero es algo que ocurre. Y no lo he logrado, no he podido. No sé si es que me enseñaste bien, no se si es que los golpes ya echaron raíces en mi alma, no sé si es que mi naturaleza es buena y cobarde o si simplemente no puedo y punto. Solo sé que no puedo hacer algo malo, no el tipo de cosas que tu pareces esperar de mi.
No me importa la advertencia, nunca me ha importado eso, me importa el hecho de sentir tal seguridad en tu voz, me importa el que estés tan convencida de mi culpabilidad que ni siquiera me permitas opinar. Me importa que estés tan encerrada en esa convicción que no sea sino verme para declarar mi condena.
Y yo me pregunto, ¿Dónde has estado cuando te necesito? ¿Donde estabas cuando obtuve mi primer premio? O quizá eso es muy banal, ¿Donde estabas cuando mi vida cambio? ¿Como crees que me sentí al saber que no te tenía para consolarme o para aconsejarme? ¿donde estabas cuando sentí las mariposas por primera vez? ¿Recuerdas lo que hiciste? ¿Donde estuviste cuando mi mundo se deshizo? Oh, espera, fuiste tu quien lo destruyó. ¿Donde estabas cuando sentí que el corazón se me rompía en mil pedazos? Estabas ahí, tomando mi tragedia como la cosa mas normal del mundo y convirtiendo mi dolor en solo un drama sin sentido.
No me vengas ahora con el que todo es por mi bien. Yo podría haber renunciado a todo, a todo, simplemente por sentirte, por saber que te tenía. Y en cambio lo único que he sabido es que no basta. Que nada de lo que haga o diga bastará jamás para llenar la expectativa o la ilusión que pareces tener de mi. Y pareces no tener ni idea, ni una maldita y simple idea, de lo mucho que he tratado, de todo lo que he hecho solo por ver una sonrisa en tu rostro y una palmada orgullosa en mi espalda. No, no esas que sueles dar cuando duermo y que según tu no escucho, yo quiero algo en lo que pueda creer, no esas que mi corazón rechaza y de las que reniega.
Quiero eso que no me has dado, quiero eso que me robaste. Quiero que me regreses la confianza en mi misma, esa que jamás me has ayudado o permitido poseer; quiero que me regreses todas las lágrimas que por ti he derramado y que sé que derramaré alguna vez; quiero que me regreses el orgullo que perdí cuando vi que tu no estabas para compartir mis pasiones, mis éxitos, ni las cosas que amo. Tu no estabas allí cuando necesité tanto una mano amiga, que es por ti que terminé refugiándome en ellos. Que es por ti que existe ella. Que es por tu culpa que no puedo volver a la normalidad, que no soporto volver a la normalidad, porque tu eres normal, tan normal y tan dentro de los cánones que no lo soporto. Porque me harté de ser lo que buscas, lo que quieres, yo no lo soy ni lo seré. Eso lo se, pero, ¡maldita sea!, lo sigo intentando.
Y eso es lo que duele.
Y eso es lo que mata.
Y eso es lo que aviva mis ganas de largarme, de irme volando como un ave y de no regresar en mucho tiempo.
Y eso es lo que me hace odiarme.
No te odio a ti, no puedo.
Me odio a mi y a mis estúpidos intentos.
¡Soy una maldita buena persona!
No podría hacer algo malo ni aunque quisiera, y créeme que muchísimas veces lo he querido. Incluso he intentado hacerlo, no, no me enorgullece, pero es algo que ocurre. Y no lo he logrado, no he podido. No sé si es que me enseñaste bien, no se si es que los golpes ya echaron raíces en mi alma, no sé si es que mi naturaleza es buena y cobarde o si simplemente no puedo y punto. Solo sé que no puedo hacer algo malo, no el tipo de cosas que tu pareces esperar de mi.
No me importa la advertencia, nunca me ha importado eso, me importa el hecho de sentir tal seguridad en tu voz, me importa el que estés tan convencida de mi culpabilidad que ni siquiera me permitas opinar. Me importa que estés tan encerrada en esa convicción que no sea sino verme para declarar mi condena.
Y yo me pregunto, ¿Dónde has estado cuando te necesito? ¿Donde estabas cuando obtuve mi primer premio? O quizá eso es muy banal, ¿Donde estabas cuando mi vida cambio? ¿Como crees que me sentí al saber que no te tenía para consolarme o para aconsejarme? ¿donde estabas cuando sentí las mariposas por primera vez? ¿Recuerdas lo que hiciste? ¿Donde estuviste cuando mi mundo se deshizo? Oh, espera, fuiste tu quien lo destruyó. ¿Donde estabas cuando sentí que el corazón se me rompía en mil pedazos? Estabas ahí, tomando mi tragedia como la cosa mas normal del mundo y convirtiendo mi dolor en solo un drama sin sentido.
No me vengas ahora con el que todo es por mi bien. Yo podría haber renunciado a todo, a todo, simplemente por sentirte, por saber que te tenía. Y en cambio lo único que he sabido es que no basta. Que nada de lo que haga o diga bastará jamás para llenar la expectativa o la ilusión que pareces tener de mi. Y pareces no tener ni idea, ni una maldita y simple idea, de lo mucho que he tratado, de todo lo que he hecho solo por ver una sonrisa en tu rostro y una palmada orgullosa en mi espalda. No, no esas que sueles dar cuando duermo y que según tu no escucho, yo quiero algo en lo que pueda creer, no esas que mi corazón rechaza y de las que reniega.
Quiero eso que no me has dado, quiero eso que me robaste. Quiero que me regreses la confianza en mi misma, esa que jamás me has ayudado o permitido poseer; quiero que me regreses todas las lágrimas que por ti he derramado y que sé que derramaré alguna vez; quiero que me regreses el orgullo que perdí cuando vi que tu no estabas para compartir mis pasiones, mis éxitos, ni las cosas que amo. Tu no estabas allí cuando necesité tanto una mano amiga, que es por ti que terminé refugiándome en ellos. Que es por ti que existe ella. Que es por tu culpa que no puedo volver a la normalidad, que no soporto volver a la normalidad, porque tu eres normal, tan normal y tan dentro de los cánones que no lo soporto. Porque me harté de ser lo que buscas, lo que quieres, yo no lo soy ni lo seré. Eso lo se, pero, ¡maldita sea!, lo sigo intentando.
Y eso es lo que duele.
Y eso es lo que mata.
Y eso es lo que aviva mis ganas de largarme, de irme volando como un ave y de no regresar en mucho tiempo.
Y eso es lo que me hace odiarme.
No te odio a ti, no puedo.
Me odio a mi y a mis estúpidos intentos.
A veces no es que no quiera dormir, me encanta dormir. Mucho. Es solo que, a veces, le tengo más miedo a mis sueños que a la realidad. A veces me preocupan más esas lágrimas derramadas cuando duermo y entre sueños que las muchas que surgen de mi vida despierta. A veces me asustan más esas palabras que balbuceo dormida que la enorme labia que puedo poseer despierta.
11 jul 2012
8 jul 2012
Sueño raro. Generalmente no los menciono pero este me dejo pensando demasiado.
Sé que ya estaba tardando, pero es que igual y no me decidía sobre si decirlo o no. Pero como necesito escribir y ya no sé sobre qué, aquí va esto.
Volví a soñar con él. Si, ese él, el ultimo.
Mi sueño, como muchos de mis sueños, era de una rareza indescifrable.
Lo siento, Freud, pero no entiendo que tendría que ver ese sueño con mi subconsciente.
Esta bien, si, una parte si esta muy clara, pero el resto no.
Prosigo a relatar.
Estaba en una especie de isla, era algo como un reality show, de esos que tanto detesto, donde teníamos que sobrevivir o algo así. Lo que no me cuadra del todo es que todos tenían pinta de actores o modelos, y estaban haciendo era eso, ensayando escenas o cosas así, entonces no sé por qué estábamos en una isla. Hay partes que no recuerdo claramente, por ejemplo hubo un momento donde hicimos un cambio de isla, (que no era una isla como tal, era más como una casa flotante) y luego regresamos.
Lo que realmente me marcó de mi sueño, porque es común para mi soñar cosas raras y sin sentido, fue el momento en el que, estando en una especie de muelle o embarcadero de una de las islas, vimos a lo lejos una pequeña tromba marina que se dirigía hacía nosotros. En alguna parte de mi mente sabía que debía moverme de allí, que era peligroso porque no sé nadar (es deprimente que ni aún en sueños pueda nadar) y que me podía ahogar si caía al agua, sin embargo, y como solo pasa en sueños, estaba bastante segura de que no me iba a pasar nada, que la tromba seguiría de largo.
Por un momento pensé estar loca porque, aunque la tromba si siguió de largo, pasó a una distancia de unos veinte metros o así, me pareció ver el la parte superior la figura de una mujer. A los pocos segundos apareció otra tromba marina. Esta vez pasó un poco más cerca y pude comprobar, con una sensación que no sé si era asombro o la satisfacción de saber que tenía razón, que si había una figura femenina en la parte superior. Estaba desnuda y rodeada por un cortinero, como esos que ponen en los baños para las cortinas de la ducha o de la tina, y del cortinero se desprendía el remolino de agua que formaba la tromba. Pasó tan cerca que el viento que despedía el movimiento del agua me golpeó la cara, igual que unas cuantas gotas.
Pensé, pensamos, porque estaba incluida la gente que me acompañaba en mi sueño, no, no recuerdo ni sus rostros ni nombres, solo sé que no eran gente que conociera; pensamos que eso era todo, cuando de pronto, a una distancia de menos de veinte metros, apareció un enorme remolino en el agua, era como si hubiesen abierto un agujero abajo y estuviese drenando el agua a su alrededor, pero se movía y se movía realmente rápido en nuestra dirección. Me recordó a Caribdis, porque tuve la fatalista seguridad de que caería dentro y de que, al no saber nadar (repito que es un asco que ni siquiera en mis sueños pueda nadar) me ahogaría.
No me gusta morir en mis sueños.
Cuando el remolino llegó hasta donde estábamos, sentí como el muelle sobre el que estaba se levantó por el movimiento tanto de agua como de algo más solido, y como, creando una onda sobre el muelle, acabé precipitándome al agua de cabeza.
¿Conocen ese vacío que se siente en las montañas rusas o en los juegos de los parques de diversiones o en los aviones cuando despegan o aterrizan? Eso mismo sentí.
Y mientras estaba allí abajo, completamente sumergida en el agua, empecé a pensar en lo mucho que quería salir. Pataleé con todas mis fuerzas, pero no lograba averiguar donde era arriba y donde abajo. Cuando de pronto, sin que me lo esperara pero totalmente temerosa de que ocurriera, un par de manos asieron mis tobillos. Empecé a luchar aún con más ahínco, no podía permitirme morir en mi sueño, no quería que acabara así porque entonces despertaría con el corazón acelerado y con miedo de volver a dormir. Sin embargo, las manos que me asían no me halaban hacía abajo, como pensé en un principio, sino que me empujaron hacía arriba, dándome el impulso que me faltaba para salir del agua.
Una vez pude respirar de nuevo me concentré en nadar como perrito, que es la única forma en la que medio puedo nadar, y en llegar nuevamente a la cabaña flotante. No había rastro de la Caribdis de mi sueño y la cabaña ahora se me parecía a uno de esos bares que hay en las piscinas.
La parte linda fue que, al llegar a la cabaña y sentarme en una banca sumergida, ya lo dije, parecía un bar de piscina; alguien vino y se sentó a mi lado.
Si, ese alguien.
El dueño de los ojos que me persiguen en sueños.
No me explicaba qué hacía en mi sueño, pero no le dí demasiadas vueltas, era lindo verle.
No dijo nada, se limitó a abrazarme y a sostenerme junto a su pecho.
Entonces lo supe. Esas manos que me habían impulsado eran las suyas.
Se lo dije.
Lo admitió. No quería verme ahogada, eso dijo.
Mi corazón trinaba, mi hígado cantaba. ¿Qué? Era mi sueño y puedo ser todo lo cursi que quiera en el mundo de mis sueños.
Más o menos en ese momento desperté.
Hubiera querido seguir soñando, ver qué más pasaba, ver si lograba obtener mi beso.
Quería saber si sus labios tendrían rastros del sabor a sal del agua o si sabrían a chocolate.
Quería volver a estar entre sus brazos y sentir esa calidez en mi interior.
Quería volver a sentir su aliento en mi cuello.
Quería volver a ver sus ojos.
Le quería a él en mi sueño y no sé aún por qué.
Es normal que sueñe cosas raras, estoy acostumbrada, pero esto fue excepcionalmente raro porque generalmente o sueño algo totalmente raro y con gente desconocida o sueño una situación algo más normal con gente que conozco. Pero, gente, en mis sueños no suelen mezclarse la fantasía y las personas conocidas, no muy a menudo.
Quizá por eso me extrañó tanto.
O será por él.
Cosas que se me ocurren al intentar dormir.
No eres tu, soy yo. Que no sé si lo que me dices es cierto, que no sé si tal vez sea parte del juego, que nisiquiera sé si es todo un juego. Y entre las risas y coqueteo, acabo preguntandome qué es lo que siento y qué tan real sea para ti el juego. Y, entre las miles de cosas en las que podría pensar, yo pienso en que pudiste haberte robado más mi atención, pudiste haberme abrazado un poco más, pudiste haber dejado el rastro de tu aliento en mi cuello o tus palabras en mi oído y pudiste incluso haberte llevado ese beso que ruega por ser reclamado y que sólo quiere responder ante tus labios que tan dulces se me antojan.
Pero eso es sólo lo que a veces, antes de dormir, pienso.
Pero eso es sólo lo que a veces, antes de dormir, pienso.
7 jul 2012
El día de hoy.
Te juro que se sintió tan raro, pero tan raro, y a la vez tan dulce, tan lindo, tan genial, que ya me asustan mis reacciones.
Y no, no pasa nada.
Todo bien, todo tranquilo, total aún no sé nada de nada.
Pero no puedo evitarlo, eso de que me abracen me encanta, mucho, y más aún si es alguien que me da vueltas la cabeza.
No me mires así, Belle, sabes que a fin de cuentas a ti te afecta más que a mi.
Pero es que no sabemos qué hacer. Esto se siente raro, se siente bien, y, por miedo que de y por aceleradas que podamos ser, queremos disfrutarlo un poquito más.
No quiero pensar en lo inconstante que somos, ni en lo poco que conocemos, ni en lo que los terceros metiches digan, no queremos pensar en el mañana.
Hoy se sintió lindo, un abrazo, una palabra, una mirada, una mano en mi cintura guiándome, un beso en la mejilla y adiós, un fue lindo verte hoy.
No me importa que lo vea, total no hará daño que nosotras nos desahoguemos, no podríamos dormir sin decir nada y menos después de todo, simplemente es así, es lo que somos y es tan divertido como incómodo.
Me gustó, eso es todo. Fue un día lindo y divertido.
Fue un día que quisiera repetir pero solo si vas conmigo.
Es un día que quisiera repetir pero donde estuvieras solo tu conmigo.
Es un día que acabó y que hubiese querido terminar contigo.
Es un día que me dio pie a muchas ideas y extravagancias que quisiera contigo.
Es un día contigo.
Es una noche que seguro te soñaré.
Son palabras que quizá un día te diré.
Y no, no pasa nada.
Todo bien, todo tranquilo, total aún no sé nada de nada.
Pero no puedo evitarlo, eso de que me abracen me encanta, mucho, y más aún si es alguien que me da vueltas la cabeza.
No me mires así, Belle, sabes que a fin de cuentas a ti te afecta más que a mi.
Pero es que no sabemos qué hacer. Esto se siente raro, se siente bien, y, por miedo que de y por aceleradas que podamos ser, queremos disfrutarlo un poquito más.
No quiero pensar en lo inconstante que somos, ni en lo poco que conocemos, ni en lo que los terceros metiches digan, no queremos pensar en el mañana.
Hoy se sintió lindo, un abrazo, una palabra, una mirada, una mano en mi cintura guiándome, un beso en la mejilla y adiós, un fue lindo verte hoy.
No me importa que lo vea, total no hará daño que nosotras nos desahoguemos, no podríamos dormir sin decir nada y menos después de todo, simplemente es así, es lo que somos y es tan divertido como incómodo.
Me gustó, eso es todo. Fue un día lindo y divertido.
Fue un día que quisiera repetir pero solo si vas conmigo.
Es un día que quisiera repetir pero donde estuvieras solo tu conmigo.
Es un día que acabó y que hubiese querido terminar contigo.
Es un día que me dio pie a muchas ideas y extravagancias que quisiera contigo.
Es un día contigo.
Es una noche que seguro te soñaré.
Son palabras que quizá un día te diré.
5 jul 2012
Esto lo amerita.
Una taza de chocolate caliente, una muy buena película (It, la de Stephen King, por supuesto. En mi opinión es una excelente producción y un gran libro tambien.), una interesante conversación y una idea latente, y un poco de frío que amenice todo.
En fin, falta el abrazo para entrar en calor, pero por ahora sobreviviré.
Una taza de chocolate caliente, una muy buena película (It, la de Stephen King, por supuesto. En mi opinión es una excelente producción y un gran libro tambien.), una interesante conversación y una idea latente, y un poco de frío que amenice todo.
En fin, falta el abrazo para entrar en calor, pero por ahora sobreviviré.
4 jul 2012
Conquistame.
Oh, vamos. Que merece la pena el esfuerzo.
En primer lugar, infierno y condenación, como me gusta morder. Y ser mordida también, que eso no puedo negarlo.
Segundo, eso de necesitar ayuda ajena, bueno, no digo que sea malo, pero si me atacan indiscriminadamente y de forma tan obvia, claramente me rebelaré.
Tercero, no se para qué me molesto, sigo sin tener nada claro, ni siquiera mi propio caos.
Pero hay algo que si sé. Que me gustaría haber vivido en esa vieja época donde cortejaban a las mujeres y donde el romance era algo normal. No tengo nada en contra de esta época, excepto lo olvidado que tienen el concepto de romance pre-sexo. Si, que todo ahora es querer llevarse cualquier cosa que se mueva a la cama y bueno, por divertido y todo, a mi me gusta ser un poco "acaramelada" antes incluso de regalarle un beso a cualquier baboso. Bah, no todos son babosos, pero si conozco demasiados.
En fin, no cuesta mucho invitarme a cenar, llevarme al cine, a jugar bolos, a montar en bicicleta o incluso a conocer a su familia o a una tarde de películas donde él cocine. Estoy casi cien por ciento segura de que no es tan complicado.
Y si, dime tonta romántica, pero espero que el primer beso tenga algo de especial, algo de romance, algo de magia. Que eso de que sea por la fuerza es tedioso.
Por eso, y hasta nuevo aviso, me niego rotundamente a vivir sin mi dosis de romance. ¿Quieres un beso? Ganatelo. Convénceme, róbamelo, pero por favor hazlo de forma linda para que sea un recuerdo grato y digno de rememorar.
Así que, queridos, o aprenden a conquistarme o dan la vuelta y regresan por donde vinieron, que al fin y al cabo no estoy desesperada por perder la razón.
En primer lugar, infierno y condenación, como me gusta morder. Y ser mordida también, que eso no puedo negarlo.
Segundo, eso de necesitar ayuda ajena, bueno, no digo que sea malo, pero si me atacan indiscriminadamente y de forma tan obvia, claramente me rebelaré.
Tercero, no se para qué me molesto, sigo sin tener nada claro, ni siquiera mi propio caos.
Pero hay algo que si sé. Que me gustaría haber vivido en esa vieja época donde cortejaban a las mujeres y donde el romance era algo normal. No tengo nada en contra de esta época, excepto lo olvidado que tienen el concepto de romance pre-sexo. Si, que todo ahora es querer llevarse cualquier cosa que se mueva a la cama y bueno, por divertido y todo, a mi me gusta ser un poco "acaramelada" antes incluso de regalarle un beso a cualquier baboso. Bah, no todos son babosos, pero si conozco demasiados.
En fin, no cuesta mucho invitarme a cenar, llevarme al cine, a jugar bolos, a montar en bicicleta o incluso a conocer a su familia o a una tarde de películas donde él cocine. Estoy casi cien por ciento segura de que no es tan complicado.
Y si, dime tonta romántica, pero espero que el primer beso tenga algo de especial, algo de romance, algo de magia. Que eso de que sea por la fuerza es tedioso.
Por eso, y hasta nuevo aviso, me niego rotundamente a vivir sin mi dosis de romance. ¿Quieres un beso? Ganatelo. Convénceme, róbamelo, pero por favor hazlo de forma linda para que sea un recuerdo grato y digno de rememorar.
Así que, queridos, o aprenden a conquistarme o dan la vuelta y regresan por donde vinieron, que al fin y al cabo no estoy desesperada por perder la razón.
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