Luces oscuras
que cubren la ciudad,
flores marchitas
sobre un suelo inmemorial.
Plantas que crecen
cubriendo sacrilegamente
un espacio vacio
donde duerme la suerte.
Los pajaros callaron
reverenciando timidamente
aquella luz apagada
que lo ultimo que vio fue aquel puente.
Allí, junto a ese abismo,
sobre ese lugar vacío,
yace mi cuerpo inerte
puesto que duermo junto a la suerte.
Aquí en este espacio
donde nadie entiende
que no puedo abandonarte
ni aun en la muerte.
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