Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

28 mar 2013

Vasos a medias. Vasos vacíos. No te necesito.

Medio vaso. Estaba aun ahi, frente a ella. La retaba como si tuviera algun derecho de hacerlo. Ella miró en otra dirección, a donde se girase veía lo mismo, o una situación similar, siempre había sido él quien terminaba con el vaso. Era su papel, su responsabilidad particular y ella lo aceptaba, le agradaba incluso. Cada salida era un juego, una fachada para sus muchas competencias y esa era su favorita. La primera frase que él le dirigiera había sido un reto a su capacidad. Ella no iba a poder con su plato, eso había sido todo. Competitiva como era, ella no lo había dejado pasar. El plato, sin embargo, si había sido más de lo que ella había podido manejar. Se había encontrado a sí misma al borde del vomito pero sin desear admitirlo. El, como un extraño gesto de caballerosidad, se había sentado a su mesa y en silencio había terminado el plato. Ninguno de los dos había comentado al respecto, pero ese había sido el inicio de un hábito y de un juego. Desde entonces era siempre así, cuando ella no podía él aparecía en silencio. Y ella nunca se quejaba.
Ahora estaba sola, sin su presencia para ayudarle con el vaso a medias que tenía frente a sí y que parecía mofarse de su incapacidad. Sus ojos escocían, ella extrañaba todo eso, extrañaba todo el juego, toda la complicidad, extrañaba que él la retara y que ella quisiera responder al reto. Y aun entonces, después de todo el tiempo transcurrido, ella se sentaba y esperaba que alguna fuerza mística le ayudara a terminar el vaso, el plato o lo que fuera que tuviera entre manos porque eso era lo que él hacía por ella. Él simplemente era ese respaldo que ella necesitaba y que ahora no tenía. Y le extrañaba.
Con un ultimo esfuerzo, se terminó el vaso. Esta vez no le necesitaría, porque nadie iba a volver de una tumba para ayudarla, y tendría que aprender a sobrevivir. Esta vez sería ella quien terminara algo por él, terminaría su más divertido juego, terminaría la vida.

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