Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

10 mar 2013

Rayos

Pasan los días, uno tras otro, mientras en mis manos sostengo las palabras que una vez me dijiste al oído. 
Pasan los meses, con su ritmo habitual, y yo sé, en el fondo, que no ha cambiado nada, que sigue siendo igual. 
Todo sigue su curso, todo se mueve.
Y yo, por el contrario, permanezco aquí, pensando en ti. 
Suplicándole a la noche que me permita olvidarte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.