Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

3 feb 2013

Ya ves, ahora me apendejé.
Yo, que juro ser despreocupada y descomplicada en lo que a relaciones humanas se refiere, ahora me encuentro nerviosa, ansiosa e incluso temerosa.
Y no, no me voy a morir por la respuesta, eso creo, pero si me puede doler. Es el miedo a saber qué tanto puede doler lo que me tienen en este estado.
Miedo a saber que no pensás en mi, niño tonto. Miedo a saber que no recordás mis palabras con dulzura o con ternura, miedo a saber que si fue lo que yo pensé. Miedo a saber que, si hubiera tenido que ser por tu iniciativa, nos hubiéramos quedado en el Hola, mucho gusto y ya.
Y ya. Me hice bolita.
No pudo dormir bien, eso es todo.
Realmente no le extraño tanto, para nada.

(Solo le extraño demasiado)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.