Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

26 feb 2013

Verte es veneno pero aun así vivo en busca de tu rostro


De toda la infinita trama de texturas que guarda el mundo, de tantas sensaciones que el cuerpo humano puede registrar, tenia que ser esa la que yo extrañara. Tenia que ser la suavidad de mariposa que llevaban los besos, la dulzura de caramelo que llenaba cada encuentro. Tenia que ser esto lo que me golpeara al verle.
Es un mundo enorme, es un mundo inmenso, es un mundo tan complejo y a la vez tan simple, tan sencillo, tan cruel. Es cruel. Es cruel que deba ser tu rostro el que encuentre al levantar la vista, ese rostro que vivo buscando entre la gente, y que en él sólo pueda ver el vacío. Es totalmente inexpresivo. Esos ojos que solían decir tanto, o que yo creía que lo hacían, estaban vacíos y sin vida. No importa, claro que no, tu estas perfectamente bien y eso a mi me es consuelo suficiente, sin embargo, y me pesa demasiado, yo no estoy bien. Yo estoy aun lejos de estar bien. Yo estoy metida en ese vacío donde no logro recomponerme a mi misma con rapidez suficiente como para sonreír, apenas logro esbozar un gesto resignado, y eso no basta.
Es un mundo gigante, sabes, sumamente enorme. Es un mundo no hecho a mi medida, aunque aun así planeo conquistarlo, pero es un mundo grande. Y mi suerte, mi suerte es muy pequeña, infinitesimal, invisible, un invento de mi infame imaginación. Ya me explicaste mil veces, no puedes ser más de lo que fuiste, no sabes cómo, y, aunque yo lo sabía, no me permitiste enseñarte.
Ya sé, vos te vas y yo me quedo, y debo perdonarte porque otra cosa no quiero, porque no quiero un fantasma más grande que todos los que te han precedido. Porque si, porque me dueles, porque en lo más escondido de mi valor y de mi coraje y de mi orgullo y mi falsa autoestima, me dueles. Me dueles como duele algo que se desea y no se obtiene, me dueles como duele soñar intensamente con algo y luego despertar de golpe, tu me dueles en lo más profundo del alma y del orgullo.
Eres tu. No necesito otra explicación para esto. No necesito atribuirle nada a tu rostro, a tus palabras, a tus besos o a tus caricias. No es necesario. Se trata de ti y eso que tienes, ese rostro, esa voz, esos ojos son sólo la parte visible de la trampa. Se trata de ti, de ti que posees demonios similares a los mios, de ti que conoces el miedo al no saberte digno, de ti que veías en mi algo que a mi se me escapa, de ti que creías que mi locura era algo ... ¿rescatable? ...
Sabes, pensándolo un poco, jamás supe que fuera linda, o preciosa o hermosa o atractiva. Y eso no me importó hasta que me di cuenta que deseaba oírlo, deseaba saber que te interesaba y que no te era indiferente.
Aquí me tienes, yo aun pienso en ti, no me duele admitirlo, no me avergüenza. Sentí, siento. Te quise, te quiero. Yo soy la absurda ilusa que esta sentada pensando en cuántas cosas pudo haber dicho antes del final y no dijo. Y sé que sobreviviré, voy a estar bien, tu lo sabes. Sin embargo, no aun, no hoy, quizá no mañana. Porque esto duele, porque esto es amargo, porque el sabor en mi boca al pensar en ti y en tus besos es veneno, un veneno que me quema las venas y que me llena de ponzoña el corazón.
Aun así, por mucho que duela, ese veneno sale de ti, proviene de un destello tan brillante como el sol y de momentos en los que recorrí el cielo con las manos, y no pudo odiarlo.
Y es patético, porque tu no leerás esto, pero es mi forma de sobrevivir cuando, por crueles jugarretas de la vida, te encuentro en mi camino y ni siquiera deseas hablarme.

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