Yo soy la primera en admitir que soy despistada, olvidadiza, distraída y que no suelo poner atención a los detalles la mayor parte del tiempo. Sin embargo, y a pesar de lo que muchos piensen, esto no es una regla general en mi. Siempre he dicho, y me gusta decir esto, que soy un juego de contrastes. No soy una sola yo, no hay una sola percepción, todo varía según la persona, la situación, el día o mi estado de ánimo. Puedo ser la persona más normal y seria de este mundo y un segundo después puedo ser la cosa más extraña e inquieta.
Entonces, necesito que si me quieren, me quieran así, inconstante y voluble para muchas cosas pero sabiendo que, una de las cosas en las que más constante puedo ser, es en el enorme amor que puedo desarrollar por las personas a una velocidad alarmante.
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