- No te odio -Dijo el corazón.
- Y yo tampoco -respondió la mente-. Nuestro problema no es contigo.
- Nuestro problema -replicó el corazón-, es con la poca cordura que te queda.
- Es a ella -continuó la mente, con esa sincronización que asustaba- a quien queremos destruir.
(Discusiones entre los "yo".)
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