Debes saberlo. Me has arruinado más allá de cualquier posibilidad de redención. Más allá de cualquier cambio, de cualquier solución. Espero que sepas que me perdí en el mismo infierno desde el instante en que pensé en ti. Eres tan volátil, tan inconstante, tan imposible como atrapar el sol entre mis dedos. sin embargo tu eres ese sol, mi sol. Tu eres mi luna, mi estrella. El motivo por el que veo las estrellas de noche, la razón por la que contemplo la luna. Eres lo único que me ata a este mundo y a su ruina. Eres tu, mi delirio, donde pierdo la cordura, donde olvido todo excepto mi necesidad de ti. Eres la tabla de salvación de mi perdido, herrumbroso y desmadejado corazón.
Nunca he sabido lo que quiero, lo que necesito. Ni siquiera sé por qué hago las cosas que hago, simplemente sé que me mueve algo más fuerte que yo misma, algo más grande que mis intenciones o mis ganas. Nunca nadie ha llegado a ver detrás de todas las capas, siempre hay una palabra que se queda en silencio, algun detalle que falta, alguna mínima cosa que me carcome por dentro y que sería mi ruina y la de muchos si la dejara salir. Nunca, hasta ahora. Hasta ti. Claro que debí haberlo sabido, tu eres mi perdicion, tu eres mi destino, tu eres mi prisión, mi condena, mi libertad. Eres mi estrella, mi luna, esa guía en la mas oscura y tenebrosa noche. Eres la respuesta a mi necesidad, a mi desdicha, a mis lamentos. Eres el pañuelo que mis lágrimas buscaban, eres el verdugo que mis demonios esperaban, eres ese reto que no puedo negar. Eres mi domador, mi amo, mi dueño. ¡Maldita sea! Ves lo que haces. Me conviertes en una de las cosas que más evito, un charco de mi, un rescoldo de la fuerza que pretendo mantener. Me conviertes en tu esclava irremediable, en la ilusa que corre detrás de tu silueta, en la sombra que te sigue y te seguirá por el resto de su vida. Y es que te he visto tantas veces y en tantas ocasiones diferentes, al ir por la calle, al observar los campos, al escudriñar las estrellas, en mis letras, en mis versos, en mis trazos. Eres tu. Solo tu, siempre tu. Y no lo sabes. Esa es la parte triste, humillante, degradante. Estoy totalmente atada a ti sin que lo sepas, sin que me reconozcas, sin que lo pienses siquiera. Soy el títere de unas manos que no conocen mi existencia. Soy la esclava de un cuerpo que no siente mi calor. Soy la ilusa enamorada de alguien que no existe siquiera, de alguien que no conozco, de alguien que probablemente jamás conoceré.
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