Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

28 dic 2012

Odio los intocables.

Se me permite un poco de indignación, por favor?
Es que, planteense mi situación. Aparece alguien intocable, y que no diré quién es, pero intocable. Por una y mil razones está fuera de toda posibilidad y no importa, eso es bueno, pero qué cojones se supone que haga yo con la rabia y la inconformidad que siento.
Resulta y pasa, pasa más de lo que digo que pasa, que el-par-de-ojos-que-me-perseguían ahora parecen indiferentes a mi existencia. Y no es que me muera, es que creo que duele un poco, básicamente porque tenía una cierta esperanza pero a mi el tiempo y la indiferencia me matan, y entonces me pongo así, como yo cuando estoy indiferente a algo, o quizá no deba decir indiferente, porque me importa aun, pero me pongo en ese estado donde ya no espero nada ni anhelo nada ni quiero nada. Ni su voz, ni sus palabras, ni siquiera el fuego líquido que me recorría las venas cuando le veía. Ya nada.
Oh, pero no es eso lo que me indigna. No. Lo que me indigna es que aparezca alguien intocable, como ya dije, alguien que hable y escuche y me haga reír y me diga las cosas bonitas que me gusta que me digan y que sea intocable. Si, es totalmente intocable. Primero, porque no salgo con menores que yo, no logro verlos románticamente, así que no funciona. Segundo, porque no toco las cosas sagradas, y esa persona es terreno sagrado e inaccesible. Tercero, porque no me atrae específicamente, me encanta su trato, su actitud, su forma de ser pero no del modo que se necesita para encenderme o apagarme. De eso falta mucho. Y no necesito un cuarto,

Me interrumpieron y se me fue un poco la liebre... por donde iba... ah si.
No necesito un cuarto motivo, los que ya tengo me bastan, pero no reducen mi indignación.
Y eso es lo que pasa, cuando pasa, y yo reniego de todos ellos, de los tocables y de los intocables, de los buenos y los malos, y reniego de mi misma y de mi convicción de que ninguno me conviene.
Y, siendo brutalmente honesta, yo sé de quienes debería enamorarme, a quienes debería amar sin reservas,pero no logro amarlos, no de esa forma. Y mantengo este circulo vicioso de fijarme en poco convenientes o en intocables.
Seamos francas, soy un desastre, pero, desastre y todo, me muero de ganas por ser el desastre de alguien.

1 comentario:

  1. Cito: "Y, siendo brutalmente honesta, yo sé de quienes debería enamorarme, a quienes debería amar sin reservas,pero no logro amarlos, no de esa forma. Y mantengo este circulo vicioso de fijarme en poco convenientes o en intocables."

    No te asustes... no tanto. No eres la única. Me sumo a ti, claramente, hablo de ellas como tú de ellos.

    ResponderBorrar

Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.